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Eran las dos de la tarde, las clases ya habían terminado un chico estaba sentado en las gradas de la cancha donde practicaban los que estaban en el equipo de baloncesto, pero el solo fijaba su vista en uno de ellos, Min Yoongi, un chico de cabello verde, su piel era blanca y a ojos de el parecía esculpido por los dioses, lamentablemente era demasiado tímido para acercarse a el, así que solo podía observarlo de lejos, no tenia que preocuparse que lo vieran ya que siempre nadie lo ve, es como si fuera invisible.

Cuando termino la práctica los chicos se fueron a los vestidores así que el se fue a su casa, cuando llegó fue directo a su cuarto, quería evitar a sus padres, ya que ellos nunca lo quisieron siempre le decían que era solo un error, tal vez por eso adapto su actitud, no quiere que lo juzguen, dejo a un lado su mochila y se recostó en su cama, con el celular en mano, se entretuvo un rato viendo vídeos hasta que le dio hambre, tenia que ir a la cocina para comer pero sabia que su madre estaba allí, su hambre fue mas fuerte y ahora se encontraba fuera de su habitación camino a la cocina, cuando llego se encontró a su madre hablando, ella estaba dándole la espalda así que con sigilo se dirigió al refrigerador cuando estaba a punto de abrirlo su madre se volteo, la llamada había terminado y ahora su madre lo veía con una mueca de asco.

— Que haces aquí? — dijo su madre seria.

— Sólo vine por algo de comer — dijo agachando instintivamente la cabeza.

— Que no te cansas de tragar, mira como estas y aun así comes como cerdo — dijo su madre.

Sus palabras le habían hecho mucho daño, tenia los ojos acuosos, trato de reprimir las lágrimas pero no pudo, se hecho a llorar, corriendo a su habitación, en cuanto llego se hecho en su cama, lloro todo lo que restaba del día hasta que se quedo dormido...

Esa era la vida de Park Jimin y no tenía a nadie que lo consolara.

Como el viento ( Yoonmin )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora