Los días pasaron muy rápido, y estábamos en otra fiesta de cumpleaños... Bueno, reunión. Era cumpleaños de Bob y fuimos de sorpresa a su casa para celebrar. Fue un gran alivio cuando le entregue su regalo y ver que le encantó, era un vinilo de su artista favorito y un juguete de su caricatura preferida de niño.
Estábamos platicando con el cumpleañero sobre hacer algunos planes de ir a un festival de música ese verano, y a mitad de la plática me dieron ganas de ir al baño. Me levanté sin hablar y fui rápido al baño, pero en cuanto salí me encontré con Rox. Por alguna razón me sentí como si estuviera en el video de Bad blood de Taylor Swift, quiero decir, hasta ella se parecía a Selena Gomez...
Recordé esa canción porque, por alguna razón, ella se miraba molesta al verme ahí. Lo cual fue extraño ya que en toda la reunión no la noté así cuando nos tocó intercambiar un par de palabras.
—Candace, ¿puedo hablar contigo un momento?
Mi confusión era obvia, sabía que ella lo notó y traté de cambiar mi expresión por una más relajada.
—Claro.
Caminamos a los escalones y tomamos asiento, la parte de arriba estaba sola y los demás conversaban en la cocina, ni notarían que no estábamos.
—Quiero preguntarte algo.
—Lo que sea —respondí rápido.
Me sentía como una hormiga cerca de ella, por su belleza y porque me intimidaba un poco. Ay, que no sea lo que estoy pensando. Recé.
—¿Arvel no ha hablado contigo últimamente?
La verdad era que sí, ya conversábamos como los mejores amigos de toda la vida, lo que nunca debió cambiar. No sabía a qué venía su pregunta, pero me atreví a contestar con sinceridad.
—Sí, ¿por qué?
—Ay era obvia esa respuesta, quiero decir, son mejores amigos —dijo casi sin respirar—. Ammm, ¿no te ha dicho algo sobre nosotros? —titubeó.
—¿Algo malo?
—Bueno o malo.
—No. No que recuerde.
Estaba diciendo la verdad, no quería decir mentiras, en especial a ella.
—Es que en el cumpleaños de Marshall escuché que tu hermano y él estaban platicando, y sé que se trata de una chica —suspiró—. Creo que me está siendo infiel.
¿Qué él que? Pff, debía ser una broma.
—Arvel no haría eso, lo conozco.
—¿Lo estas encubriendo? —preguntó molesta.
—No, es solo que Arvel tiene demasiadas cosas que hacer como para pensar en serte infiel.
—Ahora lo entiendo todo —Se quedó viendo hacia bajo—. Con razón Rory le pedía... —se quedó en silencio.
—Mira, Rox, no sé qué pasó esa noche. Pienso que lo mejor es que hables con Arvel.
Sin embargo, parecía no prestarme atención.
—Ella eres tú, ¿no es así?
—No tengo idea a que te refieres. Será mejor que...
—No —interrumpió. Después me vio de pies a cabeza—. ¿Cómo no me di cuenta antes?
—Rox...
—Lo siento, Candace, lo hablaremos después.
¿Qué acababa de pasar? Primero estaba furiosa y luego tan calmada. No lo entendía.
Di un sonoro suspiro y caminé de regreso a la fiesta.
*
Cuando todos se fueron, por fin me pude acercar a Bob para platicar como era debido. Teníamos un plato con golosinas en el centro de la mesa y tres vasos con refresco a lado de este.
—Entonces, ¿ya tienen trabajo? —preguntó mientras comía.
—Sí, empezamos mañana —respondí con tristeza.
—Adiós vacaciones —suspiró Marshall con melancolía.
—Pero valieron la pena —mencioné con una sonrisa—. Lo bueno que teníamos un poco ahorrado.
—Eso quiere decir, ¿qué se quedarán más tiempo aquí? —cuestionó Bob emocionado.
—Así es. Ni creas que te desharás tan fácil de nosotros.
—No, de hecho, estoy feliz de que así sea —volteo a verme—. ¿Cómo convenciste a Marshall?
—Es un secreto —guiñé mi ojo izquierdo. Bob rio.
—¿Y los demás lo saben?
—No, tú eres el primero al que le decimos.
—De acuerdo, pero deberían decirlo porque si no los tendrás en tu casa cantándote las razones por las cuales no te deberías ir.
—Lo haré, por WhatsApp, pero lo haré.
—Oye Candace —dijo Marshall—, ¿todo está bien entre Rox y tú?
Recordé la conversación tan extraña que habíamos tenido horas atrás, era mejor no sacar conclusiones precipitadas.
—Eso creo, ¿por qué?
—Las vi conversando y cuando Rox regresó se notaba un tanto pensativa. Y, al verte, se miraba muy molesta.
—No me había dado cuenta —mencioné, un tanto metida en mi mundo.
Con lo que acababa de decir Marshall todo cuadró en mi mente y dolía un poco.
Mi conclusión fue que no le agradaba a la novia de mi mejor amigo, y no era como lo imaginé cuando tenía catorce. Debía hacer algo, ella no era mala persona y, si quería que Arvel fuera feliz, debía llevarme bien con su casi prometida.
ESTÁS LEYENDO
Siempre fuiste tú ✔
Novela JuvenilCandace Delaney y Arvel Winslow han sido amigos casi toda su vida, ambos pueden deletrear sus aventuras o callar cuando se trate de sus travesuras. Candace está enamorada de Arvel, y Arvel está enamorado de Candace. Solo que ninguno sabe sobre dich...