prólogo

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— Pulsamos aquí y ya lo tenemos, no te preocupes. –Finalizó la llamada para sonreír complacida.–

Se acomodó en su silla para mirar la pantalla y observar la obra maestra que se encontraba frente a su mirada. Había terminado por fin las tareas online en grupo que les habían mandado y se encontraba exhausta, un mensaje inesperado se encontraba irrumpiendo la paz mental y descanso momentáneo que aprovechaba la chica, rodó levemente los ojos para adivinar a su mejor amiga molestando otra vez para que jugase el juego otome de citas o algo así para distraerse o siquiera practicara con uno para sus parejas futuras. Decidió algo furiosa echarle un vistazo a aquel insistente mensaje que se había convertido en un buzón de treinta en menos de diez minutos, intentó mandarle stickers de gatitos llorando o llorando mientras comía una lechuga para que la dejase en paz y que supiese mantener su palabra.

Cansada de la insistencia lo descargó echando humos cuál chimenea se tratase, observaba las críticas y comentarios y la mayoría decía que eran perfectos que ojalá existiesen y burradas para ella. Mientras abría la aplicación sacó una bolsa de Honey Butter Chips mientras combinaba tomando de su lata de coca cola, descargando los elementos necesarios tarareaba una canción para animar su humor de perros momentáneo.

— Sentado debajo de un mango, debajo de un árbol de mango. –probaba bocado por cada segundo desperdiciado en esa descarga infinita. Comenzó el juego iniciando con un nombre de broma, gato perdonador era un apodo que solía utilizar para hacer bromas e incluso jugar en línea para matar a los más inexpertos.

Unos datos comenzaron a salir en su pantalla con un error desconocido, no le había preocupado tanto ello ya que al principio parecía haber aparecido lo mismo hasta que de un momento a otro un par de luces la absorbió a su celular mientras esta se desmayaba por la impresión.

░dentro de la pantalla ✤ mystic messengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora