Introducción

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Hace mucho tiempo dos razas Vivian en paz, los "Formas" y los "Sin Formas" (Form y Sin Form).

Los Formas eran considerados seres perfectos, de grande belleza y un sumo poder, siendo también considerados la raza dominante de ese planeta. Tenían un aspecto "humanoide". Con grandes patas en la cabeza, para las mujeres las patas estaban ubicadas atrás de la cabeza, y para los hombres atrás del cuello, casi en la espalda. A pesar de ser "perfectos", estos tenían una debilidad, su Forma. Su Forma era un pequeño muñeco a imagen y semejanza de ellos, que los representaba casi en todas sus características, si le sucedía algo a su Forma, les sucedía a ellos.

Los Sin Formas eran todo lo contrario, estos no tenían Forma, y ni siquiera tenían un cuerpo físico en donde habitar. Solo eran una esencia pura o espíritus, que se representaba de muchas maneras y colores, los cuales se iban desvaneciendo poco a poco y Para sobrevivir, los Sin Formas tenían que estar continuamente poseyendo objetos tras objeto, para no desvanecerse, pero cuando poseían algo, este se deterioraba más rápido de lo común.

Un día, un Sin Forma desesperado por tener y poseer un cuerpo duradero, y perfecto se dirigió a la ciudad de los Formas, saliendo así de su territorio, al parecer había encontrado la manera de poseer a un Forma y quitarla su cuerpo, desvaneciéndola poco a poco, dejando solo su Forma.

No obstante, durante la transición del cuerpo, el Sin Form fue descubierto por otra Form, que intervino en el proceso e intento destruir al Sin Form, para salvar a la de su misma raza que estaba muriendo.

Pero al hacer eso, tanto la Forma que estaba siendo poseída, como el Sin Forma, murieron en el proceso.

Este suceso creo un conflicto y un desequilibrio entre ambas razas, lo cual conllevo a una guerra ese mismo día en que sucedió estos acontecimientos. Una guerra que culminó con la derrota de los Sin Formas.

Los Formas despojaron a los Sin Formas de todas sus posiciones, desterrándolos por un gran portal, que llevaba a un vacío oscuro, el cual estaba exento de vida, sin nada que poseer y para asegurarse que los Sin Formas nunca volviesen, los que invocaron el portal se sacrificados para mantener la entrada oculta.

Sin nada que poseer en ese vacío oscuro, los Sin Formas comenzaron a desvanecerse poco a poco, uno por uno, llegando casi a la extinción. No parecía haber esperanza, ni salvación para ellos.

Se escuchaban los gritos de ayuda de los Sin Formas, que resonaban por el vacío, pero nadie respondió; Parecía que no había salvación y que ellos habían sido condenados solo a morir, y dejar existir.

Hasta que un día apareció un ser de la nada, que portaba un misterioso manto de hilos dorados, el cual le otorgaba grandes poderes.

Nadie sabía de donde venia este ser, ni como se llama y de cómo había llegado allí, pero lo que hizo fue lo que importo.

Este ser comenzó a crear cuerpos para Sin Formas, logrando salvar a muchos que no se habían desvanecido hasta el momento de su llegada. A este ser se le fue dado el nombre del "Muñequero", y desde ese entonces, comenzaron a nacer de los Sin Forma, más Muñequeros.

Cada generación de Muñequeros, cuando nacía uno el antiguo moría inmediatamente y viceversa, no podía haber dos muñequeros al mismo tiempo y cada nuevo que nacía, tenía un don diferente al anterior.

Pasaron los muchos años, siglos y gracias a los Muñequeros se edificó un mundo para los Sin Formas, llamado "Sin Form".

Form Sin Form (fragmentada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora