Antes y Después: Una Mezcla Heterogénea De Historias

Capítulo 7 - vii. aire fresco (ante)

Ugh Después del trabajo y bebidas. Sólo quería ir a casa.

"¿Y tú, Mark?" mi desagradable compañero de trabajo, Tony, se dirigió a mí.

¿Y yo qué? Lo siento, me distraje, "respondí, riéndome.

"'¡Uh, me distraje! ¡Wubwub! '"Se burló Tony. "¡Vamos hombre! Rebecca! De marketing! ¿No solo quieres golpear ese trasero? Quiero decir, yo me la llevaría a casa y le daría una buena probada del gran Tony".

"Esa parece una forma realmente inapropiada de hablar sobre una colega", respondí.

Tony rio. "Cualquier hombre." Se volvió hacia los otros imbéciles y le devolví el último tercio de mi cerveza.

La puerta principal se abrió y entró un grupo de mujeres bulliciosas y risueñas. Alcé una ceja, incrédulo de las cosas que me ocurrían en un intento por poner a prueba mi paciencia, y lentamente me volví para mirar molesto a las recién llegadas.

Todas eran hermosas y vestían profesionalmente. ¿Otro grupo agarrando bebidas después del trabajo? Pero uno de ellas se destacó de inmediato.

Ella era una hermosa chica con curvas perfectas y rellena en los lugares indicados. Pelo oscuro y piel tan suave que podía sentirlo mientras me miraba, apretada con un vestido ajustado que me hizo preguntarme cómo se mantenía unida cuando se tensaba contra su amplia gordura durante un día entero de estar sentada. También era notablemente una de las más tranquilas del grupo, con una sonrisa amable en su cara regordeta. No podía decir si estaba avergonzada por las personas con las que estaba, o si estaba preocupada por avergonzarlas. O tal vez estaba leyendo algo y ella estaba perfectamente contenta con la compañía que mantenía.

Mis ojos seguían mirándola, desesperado por comprometerme con la memoria de esta creación perfectamente diseñada del Universo. Pedí otra bebida y fingí jugar en mi teléfono e incluso entraba y salía de charla cada cierto tiempo, pero mi verdadero enfoque era ella.

La vi conversar. La observé lentamente acomodar su atuendo sobre su vientre gordita en el asiento. Observé que sus caderas se extendían más allá del ancho de su silla y su grasa suave se derramaba por los agujeros. Observé que sus brazos se tambaleaban mientras abría su menú y escaneaba las ofrendas. La vi comer, encorvada sobre su plato, comiendo de manera voraz como si no hubiera comido en todo el día, asumiendo que ella tenía algún control en si o tal vez no. Todavía había un aire de refinamiento sobre ella, incluso a través de sus acciones cerditas. Ella comió rápido, pero comió limpiamente. Se tapó la cara hasta que sus mejillas se hincharon, pero lo masticó todo con la boca cerrada. La vi acariciar y frotar su barriga debajo de la mesa. Juro que incluso escuché la silla crujir y gemir desde donde estaba sentada.

Pronto, su plato estaba vacío y su cuerpo se echó hacia atrás, notablemente más grueso y ancho que antes de sentarse; aunque puede que solo haya sido notable para mí porque había estado examinando su tamaño desde su llegada.

Después de un rato, le dijo algo a la mujer sentada a su lado y luego comenzó a balancearse para alejarse de la mesa. Se inclinó hacia adelante y se puso de pie, su cuerpo parecía hincharse aún más. Ella apartó su masa esférica de la mesa y se volvió para irse, alejándose y apretando su tamaño entre mesas y sillas.

Me puse de pie para irme, obligado a seguirla.

"¿A dónde vas?" Tony gritó mientras agarraba mi brazo.

"Necesito un poco de aire fresco", le expliqué, tratando de mantener la compostura, molesto y enojado. Tenía que explicármelo a alguien fuera de las horas de trabajo.

"Oh, claro", dijo Tony, burlonamente. "Voy a tomar un poco de 'aire fresco', ¿eh?" bromeó, haciendo un gesto de "fumar" con sus dedos índice y medio.

Puse los ojos en blanco, aparté mi brazo de él y salí a la calle.

Empujé las puertas dobles, salí del bar y busqué en el bolsillo interior de mi chaqueta para recuperar mis cigarrillos. Saqué uno y lo saqué con mis labios mientras caminaba por el pasillo junto al restaurante, en dirección al estacionamiento, tratando de poner distancia entre mí y todos los carteles de no fumar.

Doblé la esquina alrededor del edificio hacia la estación de aparcacoches los fines de semana, pero me detuve en seco cuando volví a ver la hermosa forma gorda de la misteriosa mujer. Me congelé de asombro, su cuerpo compartía dimensiones con las de una indulgente diosa de la fertilidad. Debilitada por su belleza, me apoyé contra el edificio y la miré mientras estaba sola, ajena a que alguien estaba cerca.

Entonces, escuché lo que sonó como una triste tuba o la canción de una ballena jorobada. La mujer se frotó el vientre y otra explosión de barítono emanó de ella, audible para mí incluso a esta distancia. Me di cuenta de que estaba respirando con dificultad, deteniéndose por un momento para liberar otra explosión gaseosa de su trasero grande y globular. Con una mano todavía descansando sobre su monumental estómago, usó la otra para abanicar su nariz, haciendo que sus bíceps almohadillados se tambalearan.

Encendí mi cigarrillo y caminé hacia ella. "¡Buena noche!" Me anuncié, haciéndola gritar y poner una mano sobre su generoso y abultado pecho.

"¡Oh, wow, me asustaste!" dijo con una sonrisa nerviosa, riéndose de sí misma, todo su cuerpo temblando.

"Lo siento, señora", dije y di una calada, quitándonos el humo y dejando que el viento lo tomara. "Mi nombre es Mark", le dije, extendiendo una mano.

"Abigail", dijo la misteriosa mujer, tomando mi mano y sacudiéndola. "Entonces, eh ..." comenzó, de repente dándose cuenta de algo. "¿Cuánto tiempo estuviste detrás de mí?"

"No mucho tiempo", mentí con una sonrisa, no queriendo avergonzar a la pobre chica. Sin embargo, todavía podía oler su aroma después de la cena; Las nubes invisibles de la glotonería todavía florecen a nuestro alrededor. "¿Tratando de esconderte de tus amigas allí?" Yo pregunté.

"No, yo solo ..." ella dudó, insegura de cómo explicar por qué había salido, antes de finalmente encontrar una excusa confiable: "Solo necesitaba algo de aire fresco".

-- continuará...