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Especial Namjin.
Ya saben como funciona, si no les gusta el shipp, bye.

"En algún momento pensé que nosotros nunca estaríamos juntos."  Mencionó Namjoon.

"¿Porqué? Creo que nunca te di una razón para que pensaras eso." Jin dijo casi ofendido.

"Sabes que si lo hiciste, pero agradezco que lo hayas tomado con calma." La sonrisa de Namjoon iluminaba el lugar, él sonrió al verla.

"Gracias a ti por esperarme tanto, has sido muy paciente conmigo, he cancelado muchas citas por el restaurante y a veces me siento muy mal por ello porque tú trabajas en una empresa y es cien veces mas difícil que la mía pero siempre tienes mas tiempo para mi que yo para ti." Seokjin solía ser bastante serio pero ese día sentía ganas de portarse como un bebé.

"Bebé nunca es demasiado si es para ti y el restaurante, bueno, no es solo uno." Dijo riendo. "Además tienes que atender a toda esa gente importante."

"Aún así..."  Hizo un puchero.

"Oye no estés triste, mira ya llegamos." Dijo Namjoon señalando un edificio.

"¿Que hacemos aquí?" Estaban en un edificio departamental.

"Vemos mi nuevo departamento." Dijo Namjoon de lo más normal.

"¿Te compraste un nuevo departamento?"

"Estás especialmente preguntador hoy, y no, no me compré un departamento, nos compré uno." Las puertas del elevador se cerraron y Seokjin lo miró sorprendido.

"Tú..."

"Cariño, solo veamoslo ¿sí? Yo... Se que no te lo dije antes pero..."

"Está bien, veamos que maravillosa elección hiciste."

Namjoon estaba nervioso, él no había pensado en que Seokjin aceptara vivir con él, no tenían mucho tiempo saliendo. Y sí, tal vez estaba un poco celoso de que Yoongi viviera prácticamente con Jimin y que Tae y Kook también vivieran juntos. Él solo deseaba poder ver a quién amaba al despertar.

El departamento en general no tenía mucho, habían unos muebles de color arena y unos cojines de rayas celestes. Tenía muchas ventanas y algunos cuadros muy agradables a la vista. En una esquina había una repisa de tres pisos donde estaban las plantas de Namjoon.
Habían tres dormitorios, aunque uno parecía más bien una oficina. El lugar tenía mucha iluminación y Seokjin se sintió muy cómodo. Olía a lavanda y un poco de menta. Era hermoso. En la cocina. Vaya... La cocina lo enamoró.
Habían todo tipo de utensilios, sartenes, olla, cucharones, cuchillos, moldes. En fin, Seokjin amaría pasar su tiempo libre en ese lugar en especial.

"Wow Nam, este lugar es realmente precioso, hiciste un gran trabajo eligiendolo."

"¿Realmente te gusta?" Jin pudo ver el miedo en los ojos de su novio.
Realmente él no había pensado vivir con Nam, pero ahora que veía el lugar podía ver que Namjoon realmente deseaba que vivieran juntos. Más que nada porque el lugar era todo lo que Seokjin le había dicho que quería en cada cita que tuvieron.

"Claro que si mi amor, este lugar es estupendo." Dijo pasando sus brazos por el cuello de su novio. Las manos de Nam en su cintura. "Deberías aprovechar que estoy conmovido y pedirme matrimonio."

Namjoon se sonrojó por las palabras del mayor, pero ¡hey! No era mala idea.

"No me tientes, podría hacerlo." Seokjin sonrió y lo besó, porque no sabía que mas decir o hacer y porque sintió que era lo más correcto en ese momento.

Fue un beso suave y lleno de sentimientos. Lento, un beso que disfrutaron bastante, un beso que decía a todo sí sin dudar jamás.
Se separaron en buscabde aire manteniendo sus frentes unidas y los ojos cerrados. Ambos estaban sonriendo, solos en su mundo.

"Si." Dijo Seokjin.

"¿Si qué?" Preguntó Nam separándose un poco para poder mirarlo. El beso lo dejó sin neuronas.

Seokjin estaba tiernamente sonrojado. Él sabía lo que vivir juntos implicaba y no le molestaba pero ello solo habían intimado un par de veces, ambos demasiado ocupados como para hacerlo más.

" Si quiero vivir contigo Nam." Vio los ojos de su novio iluminarse y luego llenarse de lágrimas, iba a preguntar porque lloraba pero el menor lo en sus brazos levantandolo del suelo y gritando de felicidad.

"Espera ¿es en serio?"  Estaba eufórico.

"Por supuesto, nadie en su sano juicio diría que no." Seokjin estaba a punto de llorar también. Dios, si eso lo ponía tan sensible no imaginaba como estaría el día en que le pidiera matrimonio.
Porque si de algo estaba seguro Jin, era que el resto de su vida la pasaría al lado de aquel chico un poco tímido pero lo suficiente arriesgado que se metió en su corazón sin vergüenza alguna y que estaba seguro, jamás saldría de ahí.

"Gracias, gracias por todo mi vida." Namjoon volvió a besarlo, pero esta vez el beso fue más intenso, pedía más, necesitaban más.

"Espera, espera." Seokjin se alejó buscando su teléfono que estaba sonando.

Namjoon lo vio alejarse un poco mientras atendía la llamada, se sentía un poco frustrado porque sabía que el mayor seguramente tenía que volver al trabajo, pero al mismo tiempo ya estaba acostumbrado a ello. Él lo entendía pero seguía sin gustarle.

"Trabajo ¿verdad?" El mayor asintió. Namjoon no dijo más y tomó las llaves del auto dispuesto a estar hasta el último minuto con Jin.

"Espera ¿a donde vas?"

"A llevarte al restaurante, te llamaron ¿no?" Jin sonrió enternecido, Nam estaba llendo en contra de sus deseos solo por llevarlo al trabajo.

"Pero no sabes lo que me dijeron ¿acaso no quieres terminar lo que empezaste?" Nam lo miró confundido. "No tengo que volver, ellos lo arreglaran."

Seokjin empujó a Namjoon al sofá, este aún no salía de su confusión, pero lo hizo pronto ya que Jin estaba sentado sobre él besándolo una vez más. El beso era todo un desastre.

"Sabes que no me detendré, no importa nada no nadie, no te dejaré ir." La voz ronca de Namjoon solo hizo que lo desee más.

"No lo hagas por favor." Y fue entonces cuando Nam se dio cuenta de que ambos habían elegido donde quedarse.

Y bueno, ese día estrenaron el sofá, la cama, la cocina e incluso el baño.
Porque no importa como empiece una relación si es con la persona correcta no tendrá final. Y lo que es mejor cada día será la aventura mas increíble de sus vidas.

Contrato Amoroso 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora