YoonGi y JiMin, mejor conocidos como Agust D y KittyGang, son dos de los mafiosos más poderosos de Corea del Sur. Un encuentro es suficiente para que una obsesión nazca de Agust hacia AlleyCat incluso luego de separarse por un período de tiempo, aun...
—Si mataron a los hombres que lo manejaban y otros tipos se lo llevaron. Cypher se lo robo.
Kitty ardió en furia, vacío el cartucho de su arma dando en todos lados de la habitación. Quería matar a alguien. No soportaba tal humillación.
—Voy para allá— corto sin esperar respuesta empezando a buscar la salida del aquel basurero ante sus ojos.
—¿¡Como demonios saldré de aquí!?
Noto como unos guardias se le acercaban con la intención de escoltarlo, pero Kitty fue más rápido y asesino a los seis hombres.
—¡Joder, todo estaba tan listo! ¡Maldita sea, todo se arruinó!
Una carcajada se escucho en eco donde el se encontraba. Paro en seco. Las luces se apagaron, creando un tema escalofriante.
Empezó a buscar más rápido la salida, pero de un momento a otro se encontró en una habitación sucia y abandonada. Estaba tan confundido. ¿No se suponía que era la salida? Sus pensamientos estaban muy perdidos, que no se dió cuenta de la presencia que se había colocado detrás de el.
—¿Pero que tenemos aquí?— hablo una voz gruesa, profunda y sensual. —Te he estado buscando por meses, Kitty.
El nombrado miro discreto al apuesto hombre de pies a cabeza, si creer quien estaba frente a el. El gran Agust D... ¡Dios! Al igual que el, lo había estado buscando por mucho tiempo. Su gran amor estaba frente a el.
El ahora pelinegro continuo —Eres más lindo que en las fotos.
—¿Qué es lo que quieres?— por fin hablo.
—Valla, preciosura, porque crees que yo quisiera algo.
—Porque será...— fingió pensar —...Será porque... ¿¡Secuestraste mi camión, con mi caja fuerte y me tienes aquí para que no hulla?!
—Tranquilízate, mi amor, no grites de esa manera.
—No me digas "mi amor", ni siquiera me conoces.
—¿Qué si no te conozco? ¡JA! Veamos, Park JiMin, alías KittyGang. 20 años, amante del color rosa y todo lo que tenga que ver con el, millones de pretendientes pero ninguno aceptado, más bien muertos, arma favorita Glock 45. Te conozco bastante bombón.
—Ya idiota que quieres. ¿Qué es lo que quieres?
—Te diré que quiero— acorraló a Kitty entre una mesa —Te quiero a ti.
—¿Ehh? — Kitty estaba confundido.
—Como escuchaste, te quiero a ti, te deseo tanto. Desde el primer asalto que cometiste, desde que te diste a conocer como KittyGang, desde que formaste tu mafia.Te quiero a ti.
JiMin estaba cautivado por esas palabras, nadie en sus 20 años de vida le habían dicho cuánto le deseaban de esa forma.
Inconscientemente pregunto. —¿Me deseas?
—Te deseo tanto, bebé— contesto Agust.
Kitty ordenó —Bésame.
Agust abrió los ojos —¿Qué?
—Bésame, Agust D.
YoonGi le miro, JiMin lamió sus grueso labios esperando que le obedeciera.
Agust no los hizo esperar más, junto sus delgados labio con los gruesos del menor.
Kitty tomo las mejillas del mayor para luego abrazarse al cuello del mayor, y Agust se aferro la pequeña cintura del más bajo.
A duras penas se separaron, Kitty lamiendo los labios entreabiertos del sanguinario Agust, para luego preguntar.
—¿Solo me deseas?
—No solo eso, no te imaginas cuántas cosas tengo en mente.
—Primero, devuélveme mi caja y nos arreglaremos— le menciono Kitty mientras besaba repetidas veces la marcada mandíbula del mayor.
—No dame tu lo que yo quiero— cegado por el placer le hablo.
Kitty freno los besos y le pregunto: —¿Qué es lo que quieres?
—A ti.— tan cegado estaba que ni se fijaba de sus palabras.
—De que forma.
—¿Cómo que de que forma?
—¿Solo para una noche?
Agust abrió los ojos pensando en sus palabras. El momento hizo que sus palabras se expresaran mal, mientras que no buscaba las palabras para reparar la idea en la cabeza de Kitty.
Kitty se enfureció por segunda vez en el día , soltándose del agarre del pálido, haciendo qué el mayor buscará como engancharse otra vez a el.
—Valla imbécil que eres.— alejo de su cuerpo a Agust de un empujón.
—No, no es como crees— el mayor trataba de arreglar.
—Si claro, ya sabía yo porque "me deseabas tanto"— dijo haciendo comillas en la última frase.
—No, gatito, lo dije mal.
—No, ya te escuché, ahora dame mi caja y déjame en paz.
—No, escúchame primero y te la devolveré.
—¡Oh! ¿Lo harás así? Entonces quédate con la jodida caja y desaparece de mi vista.
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