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Cuando termine de comer y de llenar las nominas realice llamada con los ingenieros que construirían un salón como el que habíamos realizado en Las Vegas.

Luego de estar horas discutiendo y negociando habíamos llegado a un acuerdo.

-Eleonor- hablo Ariel asomándose

-Dime- sonreí, pero su rostro era preocupante

- ¿Sucede algo? – me puse rápidamente de pie

-Tenemos un inconveniente en la cocina- dijo nerviosa

Rápidamente salí a la cocina para ver lo que sucedía.

- ¡Eres un hijo de puta! - escuche la voz de Alejandro

Al entrar él tenía a Marcus tomado del cuello de su uniforme mientras Marcus de igual manera agarraba el cuello de su camisa.

-Se me separan- dije empujando a Marcus

Todavía no tenia fuerza si que no hice nada.

-Marcus suelta a mi novio de una buena vez- hable fuerte logrando que fijará su atención en mi

-Me haces el favor y quitas tus manos de mi pareja- me cruce de brazos esperando que reaccionara

-Alejandro tu también quita tus manos de su uniforme- lo mire

-Ya – respondió Alejandro mirándome mientras levantaba sus manos

Marcus no quitaba sus manos al contrario apretaba el cuello de su camisa cada vez mas duro

-Pierce- dije en forma de advertencia

El simplemente lo empujo alejándolo

-Que sea la primera y la ultima vez que algo así pase en mi restaurante- los señales a los dos y tome la mano de Alejandro para salir de ahí

Cuando estuvimos en la oficina lo mire con ganas de matarlo.

-Explicación- dije seria mientras me sentaba en el sofá

El solo tomo su celular y me lo mostro.

Había un mensaje de un numero privado que le decía que fui secuestrada por culpa de Marcus.

-Gracias por querer defenderme, pero puedo sola- dije enojada

-Si claro, tanto que te tuvieron por días y de manera milagrosa te soltaron- dijo enojado

-Te envié la dirección de donde estaba, pero no llegaste- dije igual

-Claro que si llegue Eleonor solo que era muy tarde ya no estabas ahí ni siquiera tu motora. No sabes lo difícil que fue para mi. Todos los días me culpaba por no haberte salvado. Pensé que algo malo te paso- hablo desesperado

-Pero ya estoy bien- sonreí un poco

-Eso ya lo se, pero todo fue por su culpa- respondió enojado

-Ya tranquilo- dije mientras lo abrazaba

-Solo me alegra saber que estas bien- beso mi frente mientras me abrazaba mas fuerte

-Tuve mucho miedo- confeso con su voz quebrada

-Yo también- dije sincera mientras que mis emociones me controlaban en ese momento

Por días me había obligado a ser fuerte y aguantar cada golpe, pero no estaba lista para este cambio repentino y para todo lo que me había enterado de mi familia.

En sus brazos comencé a llorar mientras a la misma vez me prometía no volver a llorar.

Soy demasiado débil para todo lo que pasa en mi vida.

Amor en la CocinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora