Sujeto: Jaime Noé Magallanes Cárdenas
Alias: Jimmy
Edad: 17 años.
Sexo: Masculino
Relación: Amigo
Todos podemos pensar que todo va bien en cualquier momento si uno no espabila lo suficiente durante todo el día, puede llegar a no sospechar de nada incluso cuando las señales de peligro se intensifican bastante.
Jimmy, en ese entonces, era un chavo normal, vida normal y todo regular. Su vida, al igual que la de casi todo el mundo estaba repleta de cosas sin sentido, de placeres vacíos y relaciones innecesarias y demasiado efímeras. Las únicas cosas que realmente valían la pena en la vida de Jimmy –al menos para él– era su bajo, con el que soñaba algún día poder ser parte de una banda de metal en la que convertiría su hobby en su oficio.
La filosofía de Jimmy era bastante retorcida pero bastante justificable, él se desligaba de los problemas que aquejan generalmente a cualquier sociedad, pero regularmente se adentraba en estos campos a investigar un poco y disfrutar de los frutos que alcanzaba a cultivar de estas relaciones.
Realmente pocas cosas valían la pena en la vida de este chaval, era como si nada le importara, nada más allá de su bajo. Era como si ese bajo fuera lo más importante de su vida, incluso más que su familia. Para él, ese bajo era la llave de la puerta del éxito que permite la entrada al habitáculo de la independencia.
La mañana en que todo comenzó, éste muchacho, con su actitud despreocupada, ignoró cada señal de peligro que percibía.
Al momento que despertó ese día se levantó como todas las mañanas, se preparó algo sencillo para desayunar, se preparó para la escuela y se aseó lo suficiente como para no molestar a sus semejantes con sus olores corporales. Todo esto lo hizo sin ningún tipo de apuro ni interés en hacerlo de la mejor manera y con la actitud más apropiada.
Al éste contar en su casa con servicio de televisión de paga, Jimmy selecciona el canal en concreto que le interesa mirar, el cual es uno de series animadas ya casi olvidadas, clásicos de la televisión que muchos de su generación en detrás podrán recordar con nostalgia y unos cuantos de las próximas las disfrutarán como en su tiempo Jimmy lo hizo.
Salió de su casa caminando rápidamente como de costumbre, ya que vive literalmente tan cerca de la preparatoria que puede llegar en menos de dos minutos a ésta. Regularmente llega entre tarde y temprano a cada una de las clases, pero ese mismo día llegó temprano hasta a la misma escuela.
En cuanto llegó miró directamente a la estricta guardia que vigilaba la puerta de entrada al cole, la que en seguida le miró e identificó como al que le dijo justo el día anterior a la salida que se cortara el cabello al verlo un poco largo.
Jimmy notó su mala suerte inmediatamente, pero hizo caso omiso a sus instintos de huida y autoprotección y decidió simplemente reacomodarse el cabello un poco y entrar.
Como era de esperarse, la guardia le detuvo en el acto y le recordó su amenaza de ayer, que “Si no llegaba mañana con el cabello corto no iba a poder entrar”. Jimmy comienza a alegar y defenderse diciendo que no tenía dinero para cosas así por el momento, pero entonces llegó otro chico con el cabello todavía más largo que Jimmy, pero que lo disimulaba mucho mejor que él. Jimmy le hace darse cuenta a la guardia de éste truco e inmediatamente se pone a alegar contra el chico.
Jimmy ve esto como una muy buena oportunidad de escapar y la aprovecha. Para cuando la guardia se ha dado cuenta de la ausencia de Jimmy, éste ya se encontraba corriendo y dando vuelta por un pasillo.