La mañana había llegado con los relinchos de Hera pidiendo más comida. Vegetta abrió sus ojos poco a poco molesto por los sonidos que producía su potra. Todo parecía normal hasta que decidió erguirse en su cama. Un dolor punzante en su cabeza le hizo pararse en seco y llevarse una mano a la cabeza. De un momento a otro recordó que la noche anterior se había emborrachado y ahora al hacer cualquier mínimo movimiento su cabeza parecía dar mil vueltas.
Así es,tenía una resaca cojonuda.
Intentó volver a erguirse y sentarse en su cama. Las resacas para el siempre habían sido muy jodidas,le pasaban una buena factura. Y cuanto más bebía peor lo pasaba al día siguiente.
Se levantó de la cama lentamente para que el dolor fuera lo más leve posible. En cuanto dio unos cuantos pasos por su habitación intentando ubicarse,la puerta de su habitación se abrió sobresaltando al aun aturdido Samuel.
-¡Buenos días,borrachina!-Exclamó Rubius entrando con un vaso de agua y una pastilla que Vegetta intuyó que sería una aspirina.
-Doblas,baja un poco el tono de voz,anda.-Refunfuño en un tono bajo,pues no tenía muchas fuerzas.
-Perdona princesa. Tomate la pastilla,que se nota que estás ya viejo y las borracheras te pasan factura.
Vegetta se puso la pastilla en la lengua y seguidamente dio un trago al vaso de agua.
-Calla tontito,que esto me pasa desde que soy un chaval. Siempre lo paso fatal a la mañana siguiente,por eso no me suelo emborrachar.
-Bueno,esta vez estoy yo aquí para cuidarte Vegettita,así que no te preocupes.
Rubius era realmente tierno cuando no estaba a la defensiva por hacerse el macho,algo que Vegetta notó pero tampoco tenía fuerzas como para seguir hablando por mucho que quisiera.
Cuando Vegetta iba a volver a recostarse para seguir durmiendo un móvil en la planta baja de la casa sonó repetidas veces.
-Debe ser tu móvil,vete a ver que pasa que me está taladrando la cabeza tanto ruidito.-Dijo Vegetta gruñendo tapándose sus dos orejas con la almohada.
-¡Voy!-Rubius bajó las escaleras a paso rápido,pues el móvil seguía recibiendo notificaciones sin parar.
Lo encontró vibrando en la mesa de la cocina,donde seguramente lo habría dejado mientras le preparaba la aspirina a Samuel.
Al mirarlo se dio cuenta de que las notificaciones eran mensajes de Mangel,le pedía que fuera a su casa,que era urgente y tenían que hablar.
Rubius se asustó un poco,aun no habían tocado el tema de su pelea y suponía que Mangel quería zanjarlo ya que las cosas entre ellos empezaban a estar más calmadas.
Rubén se acerco a la entrada de las escaleras y gritó para que Vegetta lo escuchase.
-¡Veggg,me tengo que ir a ver a Mangel,lo siento por tener que marcharme. Luego te sigo cuidando!
-¡Que te vayas ya,pesado!-sonó un molesto Vegetta desde la planta alta.
Rubius sonrió satisfecho y salió de la mansión dirección a casa de su novio.
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Unos golpes anunciaron la llegada de Rubius,el cual espero un rato hasta que Mangel decidió abrir la puerta.
-Mahee,ya pensaba que no me abrías.-Dijo mientras rodeaba a Miguel entre sus brazos.
Este correspondió al abrazo pero se soltó en pocos segundos,cuando ellos solían abrazarse por casi un minuto. A Rubius le pareció extraño pero no hizo ningún comentario al respecto,estaba preparándose mentalmente para afrontar la charla sobre la pelea.
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-Tontito -Una historia Rubegetta-
RomanceVegetta,uno de los habitantes más importantes e influyentes del pueblo de Karmaland tiene una relación espinosa y toxica con Willy,el líder de la hermandad oscura;una mafia muy poderosa. Mientras tanto Rubius intenta superar una pelea con su pareja...