Heaven ━ Wangxian | Case Fic

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AVISO DE TW: CHILD ABUSE.

Si crees ser particularmente sensible con temas detallados de abuso infantil por favor, POR FAVOR, salteate la parte que comienza desde la frase "Todo comenzó con una madre" y termina con "La vida era buena". En las notas del final hay un pequeño resumen de toda esa parte para que no te pierdas a grandes rasgos lo que ocurre porque es totalmente relevante a la trama.

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No existía nadie en tierra que conociera más a los muertos que Wei Wuxian.

Era lógico. Su habilidad, aquella que tuvo que ganar a la fuerza como su última esperanza, estaba directamente relacionada con ellos. Su energía yin era superior a la de cualquier otro cultivador, su costumbre a tratar con los muertos lo volvió hasta fluente en su idioma. Sin contar además que haber estado trece años muerto era un buen plus.

Es parte de ellos, y estaba seguro de que los cadáveres que respondían a su llamado estaban de acuerdo.

Sin embargo, su experiencia en el tema no lo volvía experto en todo lo referente a él.

De lo contrario no estaría teniendo a una pequeña niña, que apenas lucía de unos tres años de edad, aferrada a él como si su vida (¡Ja!) dependiera de ello.

—¡¿No pueden deshacerse de ella?! —exclamó el dueño del hogar que había acudido a su ayuda, mirada espantada de la criatura que se escondía entre las piernas de Wei Wuxian.

—¿Qué quieres que haga? —reclamó, frunciendo el entrecejo— ¿Que la corte en millones de pedacitos hasta que no quede nada de ella?

—¡Pero algo tienen que hacer! ¡Me ha estado volviendo loco con sus gimoteos, llantos y gritos! Destroza todo a mi alrededor, espanta a toda persona que venga de visita. Les he dicho, daozhang, incluso mis hijos tuvieron que resignarse a dormir en una posada y se niegan a volver. Enloquece aún más cuando están cerca... —continuó replicando su dueño, el sufrimiento por lo pasado manifestándose en su voz—. Apenas recuerdo lo que es tener una noche completa de sueño...

Wei Wuxian soltó un bufido de risa contenida. Él tampoco lo recordaba, pero por razones bastante diferentes que las del campesino. Al instante, la mirada de advertencia que su esposo le dedicó fue una que supo reconocer a la perfección.

Cerró la boca, pero no se evitó un coqueto guiño hacia su amado. Lan Wangji prefirió concentrarse en su cliente.

—No es un espíritu violento —explicó—. No hay necesidad alguna de destruirlo. El mejor paso a seguir es buscar qué la mantiene atada a éste plano y brindarle paz.

Wei Wuxian asintió varias veces. —Y saber cuál es su pena podría solucionarse con tu guqin, ¿verdad? Pero ésta niña ni siquiera puede hablar más que palabras sueltas.

Lan Wangji asintió de regreso, firme y calmado a comparación de su pareja. —Comunicarme con ella sería inútil.

—¿Entonces...? —preguntó su cliente, variando su mirada entre los dos cultivadores.

Una sonrisa se extendió en el rostro de Wei Wuxian. Animada y alegre para cualquiera que no lo conociera, pero una que era capaz de traer problemas para quienes ya sabían cómo era.

—¡Entonces tendremos que hacerlo a la antigua! —concluyó.

Sin dudarlo, tomó a la pequeña con ambos brazos y la levantó por encima de su cabeza. La niña soltó una risita, sus bracitos y piernas moviéndose en el aire sin ninguna clase de aprehensión. Su largo cabello negro tapaba su pequeño rostro por completo, y teniendo en cuenta que se trataba de un literal espíritu capaz era para mejor. Lan Wangji se mantuvo cerca, observando la escena, mas no intervenía.