Craig Tucker ha nacido con un don extraordinario, el poder de ver los hilos rojos del destino pero a un costo, él no posee uno propio. Un día conoce a Tweek Tweak, un muchacho desafortunado quien no posee un hilo rojo llamando la atención de Craig...
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Tweek estaba realmente intrigado por la actitud de Craig, desde que volvió en la hora del almuerzo no podía concentrarse en nada ni salir de su expresión seria, varias veces le preguntó a donde se dirigían pero simplemente le respondía "A hablar con un viejo amigo", esto realmente le intrigaba de igual manera, pues hasta donde sabia, él y el resto del team eran los únicos que Craig consideraba sus amigos.
El chico miraba todo el tiempo la dirección en su teléfono, ¿no se supone que si es su amigo sabría donde vive? esta y mas preguntas se formaban mientras intentaba seguir el paso apresurado del mas alto.
—¿Y porqué es tan necesario ver a tu amigo hoy?—La pregunta hizo que los pasos de Craig pararan para luego mirarlo como si hubiera sido atrapado en algo.
—Hoy hablé con otro viejo conocido que me hizo recordar mi infancia, así que quise ir a visitarlo hoy—Prácticamente no estaba mintiendo pues realmente era así... parcialmente.
—Bueno pero podrías haberlo hecho sin mi, no entiendo porque estás tan ansioso de que yo lo vea—Craig abrió la boca para decir algo pero no salieron las palabras, realmente no sabia bien porqué estaba haciendo todo esto, tenia un gran conflicto interno sobre como sentirse al respecto de todo.
¿Que pasará cuando Tweek y Thomas se encuentres? ¿Se amarán aun sin un hilo de por medio? Después de todo por algo eran destinados, ¿Los viejos sentimientos de Craig aflorarán nuevamente causando un choque con los que tenia actualmente? muchas cosas le estaban causando al oji-rubí ganas de querer huir, de llorar, de maldecir a todo el universo y las personas a su alrededor.
Pero ver los ojos curiosos de Tweek lo reconfortaban como nunca, en ese momento esos ojos eran como la luz de un faro y él un barco perdido, le hacían recordar la razón por la que arrastraba al rubio a conocer a su verdadero amor.
Para que fuera feliz.
Incluso, si él debía sufrir en el medio.
—Escucha Tweek, este amigo fue una persona muy importante para mi en el pasado y hace mucho tiempo no lo veo—Explicó mientras lo tomaba de los hombros—no me siento seguro yendo solo y en este momento necesito alguien que me reconforte—Sonrió antes de continuar mientras sus mejillas se ruborizaban—y que mejor confort que tener a mi lado a la persona que mas admiro—El mas bajo también se sonrojó por sus palabras, aun no superaba esa etapa de no poder controlar los fuertes latidos de su corazón que le causaba cada vez que Craig le decía ese tipo de cosas.
—Yo... te juro que me quedaré a tu lado el tiempo que me lo permitas—Sus palabras salieron solas, una orden directa desde su corazón a su cerebro y de su cerebro a su boca. La expresión de sorpresa y agradecimiento de Craig era lo mas lindo que había visto.
—Entonces te lo permito el resto de mi vida—Respondió y ambos sonrieron nerviosos pero felices, algo dentro de ellos sentía eso como una extraña declaración de amor, pero eran tan tercos que se convencieron de que era la señal de que ahora eran "mejores amigos". Craig volvió a mirar su teléfono notando que ahora se encontraban al frente de su destino, suspiró y luego sintió la mano de Tweek en la suya, dándole apoyo, la agarró con fuerza antes de tocar.
