💙💋Beso💋💙

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Lance permanecía en su habitación, golpeando el piso con su pie izquierdo mientras miraba con atención una hoja sobre el escritorio. Mordió su labio inferior en un intento de liberar estrés. ¿Debería hacerlo? ¿Entregar una carta de amor a su amor no correspondido? Era algo tonto, además, estaba casi completamente seguro de que no sentía lo mismo. Suspiró de manera pesada y tomó la pluma de tinta azul que estaba a su alcance. Decidió escribir la carta, si la tiraba o se la entregaba a Kogane ya sería otro asunto que discutiría después.

Después de minutos casi horas de intentos fallidos y hojas completamente desperdiciadas que yacían en el suelo, finalmente Lance había terminado. Miró la hoja con un poco de esperanza. Había puesto todos su corazón en unos cuantos simples renglones.

—Al menos sentirá pena por mi, ¿no? —se preguntó a si mismo mientras que sus esperanzas se desvanecían de a poco.

—¿A quién engaño? Esto fue una estupidez... —Lance hizo bolita el dichoso papel y lo aventó sobre su hombro derecho, considerándolo basura.

—Hey Lance, vamos a... —el intruso recibió el golpe de la carta de Lance en el rostro, el moreno se dio la vuelta alarmado para dar con el ladrón de sus suspiros y sus sueños.

Keith Kogane.

—¿Qué es esto...? —cuestionó Keith confundido. Se agachó a recoger el papel, siendo detenido por Lance, quien como rayo se había puesto de pie para golpear la mano de Keith al momento de tomar la bolita, haciéndola caer al suelo.

—No toques mis cosas, Mullet. —se quejó Lance, Keith alzó sus cejas incrédulo y suspiró.

—Como sea, se supone que vamos a entrenar... si quieres puedes adelantarte. Yo tengo que ir por algo. —Lance suspiró y salió de su habitación tomando rumbo hacia la sala de entrenamiento. Keith fingió entrar a su habitación, y justo después de que la silueta del cubano desapareciera por los pasillos de castillo, Keith volvió a la habitación del moreno. Entró con cautela, revisando que no hubiese ningún tipo de cámara de seguridad que delatara sus acciones.

Miró a su alrededor apreciando las múltiples bolitas de papel que yacían en el suelo de la habitación. Keith se puso de cunclillas en medio de la habitación, recogiendo cada uno de los papeles. Tomó asiento a la orilla de la cama y fue abriendo uno por uno.

"Tus ojos me vuelven loco, tal y como tu manera de mirarme a través de la sala de entrenamiento..." y luego un borrón

"¿Me permitirías presumirte delante del resto?" y otro borrón.

—Una... ¿carta de amor? —se preguntó a si mismo confundido, ¿Lance? ¿Enamorado? Se partía de risa. Finalmente observó el único papel faltante, el que había golpeado su rostro al entrar por primera vez.

"¿Recuerdas la primera vez que te conocí? Probablemente no, pero yo sí. Te admiraba... muchísimo. Y luego fuiste expulsado, y me molesté bastante, dejaste ir una oportunidad fantástica, decidí (y no tan voluntariamente) reemplazarte. Claro que nunca te enteraste de esto. Pero jamás creí volver a verte, y mucho menos salvar el mundo a tu lado dentro de una clase de robot gigante y ser una pierna de él. Suelo fingir que te odio para ocultar la verdad. Ocultar lo que siento desde... hace menos de 4 meses. Ocultar que me encantan tus ojos violeta, que en realidad adoro tus greñas anticuadas. Pero sobretodo, admiro mucho lo valiente que has sido, sé que no me entiendes, y sinceramente prefiero no explicarlo, solo me queda decir que me gustas. Me gustas muchísimo, y no sabes las ganas que me dan de besarte cada vez que nuestras frentes se juntan durante una pelea. Me gustas Keith Kogane. Y sé que es muy probable que no sea correspondido, pero está bien... Claro que me importa, pero no puedo forzarte a nada. Así que... solo quiero aclarar las cosas, y que no me veas de una manera extraña y no trates de alejarme, puedo hacerlo solo, ¿sí?

Con cariño, y desde lo profundo de su corazón,
Lance.

Posdata: Me gustas Mullet."

Las mejillas de Keith estaban coloreadas de un rosado leve, estaba seguro que su expresión parecía de colegiala después de su primer beso, pero jamás se creyó que algo así fuese posible, es decir... ¿El gran Loverboy, the Tailor, sharpshooter, Lance? ¿Enamorado de él? ¿De su supuesto "rival"? No parecía encajarle, y simplemente le gustaba.

—¿Dónde lo dejé...? ¿¡Keith!?— Keith saltó en su lugar de la sorpresa, tras escuchar la voz del autor de aquella carta que leía. —¿¡Qué crees que haces!?— preguntó palideciendo al ver todos los papeles abiertos a un lado de Keith.

—Eh... N-no lo sé, perdón Lance, yo sólo quería... El papel y... —Keith suspiró bajando la cabeza nervioso, no podía mirar al castaño ni a los pies. Era demasiado vergonzoso.

—¿Leíste todo? —preguntó el moreno un poco más calmado, pero aún así ansioso. Keith asintió avergonzado por la situación, era una falta de respeto a la privacidad de Lance, pero en su defensa, debía saber la procedencia del papel que perturbó su rostro.

—Sólo... sal, por favor. — pidió Lance igual de avergonzado que el de menor estatura. Keith alzó la mirada finalmente.

—Lance... toma asiento. —agregó Keith, palmeando un lugar a un lado de él, Lance suspiró y arrastrando los pies se sentó a un lado de Keith.

—¿Cuándo... cuándo planeabas darmela? —cuestionó el pelinegro tratando de cachar la mirada zafiro del cubano que tanto le enloquecía.

—¿Sinceramente...? No planeaba hacerlo. ¿Por qué crees que la deseché al suelo? —cuestionó Lance, Keith miró el papel entre sus manos y se puso de pie, se acercó al escritorio y buscó una pluma,que casualmente era de tinta roja. Lance lo miró confundido anotar algo en la carta y curioso intentó asomarse, sin conseguir nada.

Cuando Keith se dio la vuelta, le tendió el papel a Lance con una media sonrisa de lado.

"[...] Posdata: Me gustas mucho Mullet...     Tu también me gustas mucho Loverboy... Sharpshooter.. the Tailor... Lance ❤ "

Al terminar de leer ésto, Lance alzó la mirada para dar con la violeta del pelinegro. Keith se acercó a él para sentarse de nuevo a su lado.

—Desearía que lo hubieras hecho antes, y nos habríamos ahorrado este momento... —mencionó Keith con gracia, Lance seguía sin creerselo.

—Quiero besarte. —masculló sin tartamudear o pensarlo, llamando la atención del pelinegro, quien alzó las cejas sorprendido.

—¿Qué es lo que te detiene? —preguntó levemente. Ágilmente, Lance atrajo a Keith hasta su regazo, y con una mano aferrada a su cintura y la otra en su cuello, besó a Keith como siempre había soñado... o al menos desde hace 4 meses. Keith pasó sus brazos por detrás del cuello del moreno, deleitándose con el tacto que el de mayor estatura le brindaba.

30 días OTP [LAITH/KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora