Contradicciones.

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Vuelvo a clase. Me dirijo a mi sitio pensativa. Alex e Ignacio son dos polos opuestos. Alex es perfecto: guapo, bueno, simpático. Pero Ignacio es... Enigmático, atractivo y  masculino. No digo que Alex no lo sea. Pero es que él... Joe, no lo puedo explicar. ¡Y cada uno me hace sentir cosas tan dispares! Sé que es una tontería, apenas les conozco. Pero cada uno hace a su manera que me sienta feliz. Sin preocupaciones. Sin... No. Sin recuerdos no. Alex tenía algo que ver en lo del autobús. ¿Qué nos unía con el conductor?

Rápidamente dejo de pensar en todo esto. Es más, se me queda la mente en blanco. Ignacio entra y se sienta a mi lado sin dedicarme la más mínima mirada. Con orgullo, soporto la primera clase. Pero en el cambio de clase, cuando me decidí a ir a hablar con Steisy, me paró.

-¿Qué quieres?

-¿Qué es lo que tienes con Alex o con Ángel?

-Una pregunta no se responde con otra pregunta. Además, no creo que sea de tu incumbencia. No has tenido ningún problema en ignorarme durante esta clase. ¿Por qué he de responder a tus preguntas?

-Kira...

Paso de largo esquivándole y Steisy me mira con preocupación. Sin embargo nuestra tutora entra y vuelvo a mi sitio.

-Buenos días, chicos. Cómo ya sabréis, mañana tenemos excursión. En esta excursión, se les permitirá llevar móvil y cámaras, pero el instituto no se hace responsable de la pérdida de estos. Además, podrán en su rato libre ir a la playa del parque natural y darse un baño. Sin embargo, la más mínima falta de respeto entre chicos y chicas hará que a todo el curso le esté prohibido el baño. Una vez esto claro...

La profesora sigue hablando, pero yo ya no presto atención. Ignacio posa su mano sobre mi muslo y me paralizo. Cuando quita la mano, además de volver a respirar de nuevo, veo una notita. La abro.

"Espérame a la salida de clase"

Le miro con cara de desaprobación. Sin embargo, él sabe que estaré allí.

Acaba la clase y recojo mis cosas. Paso por delante de él, y cómo no, posa la mano en mi cadera. Le quitaría la mano, pero para qué mentir, me encanta. Andamos sin decir nada hasta su moto y allí nos paramos.

-Bueno, señorita, esta es mi moto: Stela. Stela, ella es Kira.-Dice sonriente mientras le da dos palmadas en el asiento.

-¿Y Stela nos va a llevar a algún sitio?- Digo sonriente.

-Ah, das por supuesto que vas a venir.-Dice con cara... Malévola. Empieza a reír y me acerca a él cogiéndome de la cadera. ¡Qué rápido coge costumbres!

-Anda, déjame.-Aparto sus manos y ando hacia la parada. Pero oigo el arranque de la moto y se para delante de mí, aún en marcha.

-Entonces, ¿subes o no?

-¿A dónde vas?

-¿Te subes o no?

Entonces, por un impulso me subo a la moto, abrazándome a él sin dudar.

-Esta es mi chica.-Sonríe, satisfecho de mi decisión.

Pero, ¿cuál es tu historia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora