Capítulo 2.

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-¡Mamá! –Grito desde la escalera. Mi madre se asoma desde abajo con un trapo entre sus manos. -¿Has visto mi libro de filosofía?

-No, cariño, mira por el despacho de tu padre, ayer estuviste estudiando allí. –Asiento con la cabeza y camino hacia el despacho de mi padre.

-Dios, voy a llegar tarde. –Susurro para mí mismo.

Entro en el despacho y veo el libro al borde del escritorio. Si es que soy tonto. Lo cojo y salgo de ahí cerrando la puerta. Me dirijo a mi habitación y cojo la mochila y la gabardina negra. No hace mucho frio, pero mejor prevenir antes que curar. Cierro la puerta de mi habitación y bajo a trote las escaleras.

-Adiós, mamá. –Grito desde la entrada. Cojo las llaves del cesto que hay en un mueble de al lado de la puerta y salgo, cerrando despacio para no dar un portazo.

Camino hacia la parada del bus y espero sentado. Saco el móvil y los cascos del bolsillo derecho de la gabardina y me pongo a escuchar música. Cuando el bus llega, me pongo de pie y me paro delante de las puertas. El conductor las abre y entro pasando mi tarjeta por la pequeña maquina a mi izquierda. Le saludo con una sonrisa al conductor y paso a sentarme en el primer asiento que veo libre.

Hoy es el primer día de clases después del verano. Estoy en segundo de bachiller y realmente nervioso. No es que fuera nuevo en el instituto pero he oído hablar de los profesores de este año y dicen que son bastante estrictos. A mí nunca me ha quedado ninguna asignatura, pero aquellos rumores decían también que los chicos como yo, en segundo de bachiller siempre se llevaban, como mínimo, dos asignaturas para septiembre. Y yo no me puedo permitir eso si quiero pasar selectividad con buena nota. Estoy haciendo el bachiller científico ya que quiero ser médico.

El bus para enfrente de mi instituto y yo bajo de él. Hay bastante gente esperando para que suene el timbre. Muchas chicas y chicos corren a saludar a sus amigos y caminan hacia la entrada. Busco con la mirada a Niall y le veo bajar del coche de su madre. Voy hacia él y le doy un abrazo con unas palmadas en su espalda. Él me corresponde igual.

-¿Qué tal, tio? –Caminamos hasta la entrada.

-Genial, Niall. ¿Y tú? ¿Tienes ganas de empezar? –Le empujo ligeramente con mi hombro. Sé que no tiene ni pizca de ganas, por eso bromeo.

-Uy si, tanto como tú, amigo. –Reímos.

-Bueno, hoy es el primer día, no haremos clases y a la una estamos fuera. Tenemos toda la tarde libre. –Él asiente.

-¿Quieres venirte a mi casa después de comer y nos viciamos un poco a la Play?

-Vale. –Le sonrío.

Caminamos hacia nuestras taquillas de siempre ya que nunca cambiamos y están una al lado de la otra.

-Tenemos que ir al pabellón, ¿no? –Pregunta guardando los libros.

-Sí. –Cierro la taquilla después de haber guardado los míos y caminamos hacia el pabellón.

En el pasillo hay un murmullo bastante alto por la gran cantidad de adolescentes que hay. Sin darme cuenta choco con alguien y le rozo ligeramente su pecho.

-Lo s-siento mucho. –Digo mirando hacia abajo ya que la chica es más baja que yo. –De verdad que lo siento, no era mi intención, iba distraído. –Digo rápido y nervioso.

-Joder, ten más cuidado, hostias. –La chica se aleja sin ni siquiera mirarme por segunda vez.

Tiene los ojos azulados y el pelo castaño que le llega un poco más abajo de su pecho. Va de negro. Su maquillaje es escaso pero notable, también de negro. Es preciosa, pienso.

Posh two. || PAUSADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora