Capitulo 4: "La Arquera Fantasma"

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11 de Enero del 2018.
Venezuela. Estado Lara.

Los cinco días que ya habían transcurrido, Victor podría catalogarlos con toda sinceridad, sin ánimos a quedarse en cuanto a lo académico, como tareas, tareas y más tareas. Tras planes y planes de estudio. Tras largas clases dónde odió con su vida la matemática, lo cual era cómico puesto que el calcular la distancia de una bala si no le molestaba al cazador. Cosas del oficio. Cómo no había movimiento fuera de clases, más que el de volver a su hogar, realizar las tareas, entrenar físicamente con sus Spectres, para luego invertir horas en dicha red social.

Apelando a su locura interna. Victor se tomó una denominada selfie, con un filtro en blanco y negro, pero que revelaba sus ojos rojos. Antes de subirla la mostró a Aldrich el cual con su típica sonrisa burlona dijo:

—Si alguien pregunta, diles que es un efecto del filtro editado—Y le guiñó un ojo.

Y para la portada, colocó una foto de calavera con dos tibias entrecruzadas con un fondo negro. Ya podía decir que había hecho algo a su perfil. A veces veía cosas que compartían los demás, en una ocasión, Andy compartió un vídeo de un joven que se cayó de una bici para terminarlo golpeándose en la entrepierna. Causando una risotada en el joven. La más vivaz de las carcajadas

Entre clases de disponía a observar a su pelirroja, aunque tristemente dudaba de usar aquel termino tan posesivo puesto que la verdad era que no era suya. Pensar en esto causaba que estrujase su corazón con amargura y apretase con fuerza aquella cruz de plata. Suspiró, aún mantenía el ritual de besar la cruz tres veces. Era ya una especie de rito común en él. Verla era como estar en una montaña rusa de sentimientos, rápido descubrió que su alma gemela no solamente era atractiva para él.

Podía notar como cierta población masculina en el liceo estaba tras su enamorada, no era tonto, podía ver muy claras las intenciones de los jóvenes, cada uno más distinto al otro. Desde los más apuestos galanes, algunos con aspecto más de mal viviente que de alumno y así iba. Notó que solo a dos parecía prestarles atención. A Cesar que era el Mercenario Fantasma y a uno llamado Cole. Ambos parecían competir con ella.

Luego, estaba él.

Victor, siempre lo diría, lo dirá y si los seguirá diciendo, de que él no es para nada atractivo y mas podría catalogarse como ¿Feo? tal vez presa de algún sentimiento antiguo enterrado en su subconsciente, dónde la autoestima que tenía sobre él. Eso, surgia por compararse con sus dos competidores. Y mientras más lo pensaba, más se veía sin oportunidades.

César, era aquello que toda adolescencia venezolana quería, o eso era lo que el vió con el resto de féminas en su Liceo. Con un cuerpo musculoso, buen porte, rostro que se podría clasificar de atractivo y la altura lo dejaba, irónicamente, por el suelo.

Luego estaba Cole, que podría no tener tales rasgos físicos, pero que su actitud lo compensaba, con una confianza envidiable ante la señorita. Se mostraba cual canalla de las películas donde estos solían quedarse con la dama, al enamorarlas con sus dotes de sinvergüenza.

Si no fuera porque tenía un control ciertamente notorio sobre si mismo, ya habría cometido una locura. Para cierta felicidad, Victor notaba como ella a veces le miraba. Más no le había hablado desde el día que se presentó.

No todo era malo, pues había establecido una especie de amistad extraña con una de las mercenario fantasma, y esa fue Hilary que insistía en llamarle destripador. Cosa que al final aceptó resignado. Solían hablar al ingresar al salón y dentro del mismo.

Victor, por igual había desarrollado, una manía de llegar temprano. Y eso surgió por sus costumbres Militares. ¿Y que hacía mientras todos llegaban, tanto alumnos como profesores? Fácil, leer. Pues, mientras investigaba en la casa, descubrió una serie de libros de un tal H.P Lovecraft que con su horror cósmico se ganaron el corazón del Cazador.

El Hombre Sin Miedo (Saga: El Cazador Libro#2)."Actualizaciones Lentas""Donde viven las historias. Descúbrelo ahora