Otrera
Dedicamos las últimas dos semanas a prepararnos. Elizabeth y Zara aprovecharon todo ese tiempo para recuperarse al igual que Sher, si íbamos a enfrentarlos necesitábamos que estuvieran en buen estado y no había nada que pociones diarias de las curanderas y un poco de tiempo en pareja no pudieran curar.
Mara tomó el lugar de las dos Brujas y se encargó de dirigir a las personas mágicas. Día tras día me informaba de sus avances y los nuevos aliados que sus amigas iban encontrando alrededor del mundo.
Para el final de las dos semanas pasamos de ser 130 personas aproximadamente a ser más de 5 mil. Némesis y Pablo estimaban que debían haber más de 1.000 demonios activos en la base de Sebastian sin contar los que podrían seguir emergiendo del Tártaro. Gustavo nos informó que al menos dos mil personas habían Desertado y debían encontrarse ahora del lado de Sebastian. Los superábamos en número pero no debíamos confiarnos: los Desertores también eran Genetics antes de abandonarlos, lo cual significa que poseen habilidades como Samael y los Demonios no sufren el frío ni el cansancio de la misma forma que los humanos, además del hecho de que son mucho más difíciles de matar.
Para bien o para al la última noche había llegado y nadie quería pasarla solo. Muchos miembros de la compañía se habían juntado ya sea en las habitaciones del edifico o habían llevado sus colchones al salón de baile para compartir una última noche de paz antes de la última batalla.
Los Elementos y los Legados se mantenían apartados y hablaban solo cuando la gente se dirigía a ellos. Habíamos pasado gran parte de la tarde conversando sobre sus anécdotas del Olimpo. Eiden, el Fuego, incluso me habló sobre mi padre.
Era entrada en la noche cuando nos fuimos a acostar. Hércules me rodeó con sus brazos y me atrajo hacia él. Recordé la primera vez que nos vimos, era la primera vez que veía un hombre de verdad. En aquel momento tenía otro nombre y otra vida.
-¿Qué pasará cuando vuelva a casa?- murmuro contra su pecho- las Amazonas no permiten a los hombres vivir en Temiscira.
-Encontraremos la manera de vernos- murmura, su voz contra mi cabello sonando apagada por el mismo- Siempre lo hacemos.
Elizabeth
-¿Puedes venir a la cama de una vez?- me pide Zara. Hacía un buen rato que me encontraba caminando de un lado para el otro, inquieta.
De pronto fuerza invisible me empujó hacia la cama y caí sobre la misma.
-¿Usaste sus poderes en mí?- le pregunto, indignada. Zara ríe y me atrae hacia ella. Me dejo caer sobre su pecho y ella usa su magia para cubrirnos con las sábanas.
-Tienes que calmarte- me dice, sus manos encontrando la piel de mi espalda bajo mi camiseta.
-La Bruja Roja puede ser tanto la salvación como la perdición del mundo, ¿Qué tal si soy la segunda?- le pregunto levantando mi cabeza de su pecho para observarla. Los ojos de Zara recorren mi rostro un momento.
-Y tú preocupada porque te deje por Selene- murmura, distraída y se inclina para besarme. Por un momento, la dejo, sin embargo sabía lo que estaba haciendo.
-¡No me halagues!- me quejo, sonrojada. Zara me ignora y opta por besar mi cuello en su lugar- hablo en serio, ¿Qué tal si lo arruino todo?
Zara vuelve su atención a mí y sostiene mi rostro entre sus manos.
-Mírame- me pide y obedezco, sus ojos grandes y redondos me observan con determinación- salvarás al mundo, estoy segura. Supe que lo harías desde el momento que te ví.
-Pensaste que sería una hechicera- le recuerdo. Zara sonríe.
-Bueno, sí, pero eso no significa que no me dejaras completamente encantada. Tu presencia sola bastaba para hacerme sentir invencible.
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Genetics
ActionSebastian se ha aliado con Urian para destruir a los Dioses de una vez por todas y depende de los Genetics acabar con ellos. El problema es qué hay cinco personas en el mundo que conocen a Sebastian y cómo podrían derrotarlo y todas ellas se encuent...