33. Todo sea por ti

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Ibrahîm Farûq.

Mi cabeza no deja de dar vueltas, no deja de pensar en el sufrimiento que la hermosa chica tuvo que pasar. Ella no se merecía eso.

Siempre me ha mostrado una cara bondadosa llena de mucho amor y alegría cual repartir. Nunca me hubiera imaginado que alguien tan buena haya tenido un pasado tan duro y doloroso o que alguien tan alegre haya pasado por mucha tristeza.

Yo sabía que había sufrido, pero nunca pensé que de una manera tan destructiva, tan indigna, tan horrible.

Si algo así me hubiera sucedido a mi, creo que probablemente ya estaría muerto. Sophia me ha enseñado que la esperanza es lo último que se pierde cuando hay un problema, que no me tengo que rendir con el primer golpe que siento en el rostro.

Sophia Pavanelli la chica que hizo que mi rostro se convirtiera en uno sensible, generoso, alegre y amoroso lleno de luz. Mucho tiempo atrás ni me lo hubiera imaginado pero ahora que me di cuenta de este nuevo yo, siento miedo, por que no quiero que la vida de Sophia, fracase o peor a un que algo suceda por culpa mía.

No quiero eso para ella.

Peleare por Sophia, por que si no lo hiciera me consideraría un cobarde, un sentimiento que no quiero experimentar pero si la vida de ella se encuentra en peligro, con mucho dolor tendría que decirle adiós al amor.

Mi padre llegará hoy a la mansión y  aunque no quiero que ese momento llegue, en el cual tendré que exigirle a él que cancele todo por Sophia, aunque no quiera tengo que hacerlo.

—Ibrahîm —veo a Zahida en el marco de la puerta —. ¿Puedo pasar?

La quedo viendo y solo asiento.

—Solo quiero decir que, no me siento nada bien con lo que esta sucediendo, he hablado con papá pero no me escucha, he intentado todo pero no funciona nada.

La quedo viendo y se ve igual de afectada que yo, en el asunto del compromiso.

—Gracias por intentarlo, de todos modos era de esperarse.

—Disculpa Ibrahîm.

—No tienes por que... Ahora lo único que me queda es convencer a mi padre de cancelar todo.

Se acerca y me da un abrazo.

—Te deseo suerte.

—Gracias... Te digo algo, nunca pensé que nos fuésemos a llevar tan bien.

—Estamos igual —sonríe.

Zahida sale de la habitación y yo solo siento piedras caer sobre mi espalda, mi mayor esperanza era Zahida y ahora solo siento que estoy perdiendo.

Toc, toc, escucho que tocan la puerta.

—Pasé —digo.

—Joven el jefe acaba de llegar —una de las mucamas me avisa.

—Gracias.

La joven sonríe y sale.

Llego el momento, el día en el cual tendré que enfrentar a mi padre por el amor de Sophia, haré todo lo que pueda para salir vencedor, pero cuando te toca batallar con un gigante, sabes que no será nada fácil.

Sophia amor, todo sea por ti.

Me adentró a la ducha para poder bañarme y llegar con el sentido activo, y la mente despejada.

Al terminar, salgo y lo primero que veo es a Sophia sentada en la cama.

Me le acerco.

—¡Hola cariño! —digo.

El Hijo del Jeque ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora