𝑑𝑖́𝑎 𝟣𝟥

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Fell caminaba entre la soledad de la calle mientras observaba la dirección escrita en su teléfono

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Fell caminaba entre la soledad de la calle mientras observaba la dirección escrita en su teléfono. Por suerte tenía uno de repuesto al haber roto el anterior en su momento de crisis, ya que se conocía muy bien. Siempre terminaba en el mismo resultado y no duraba más de un mes.

Aunque era la primera vez que lo hacía por algo que no tenía que ver con agresiones, siempre cambiaba de número mayormente porque se metía en peleas y no quería que le contactaran ya que recibía demasiadas llamadas de amenaza. Que tedioso. ¿No tenían nada mejor que hacer?

Pero en ningún momento sintió tanto nerviosismo hasta ese momento, Sans le había escrito antes mientras estaba aún en su agujero de depresión, ni si quiera se le paso por la mente que fuera él. Ese número apareció algunas veces en el registro de llamabas perdidas, más no le tomo importancia en responder de vuelta.

Ahora que sabía quién era estaba algo aturdido aunque solamente le solicito hablar en persona. Eso no podía ser nada bueno después del desastre que sucedió semanas atrás, pensaba que si podía tener la mínima posibilidad de regresar a trabajar iba a terminar hablando con Carrot *. Le tomó completamente por sorpresa.

Su hermano en ningún momento le dirigió la palabra y eso era muy raro, esperaba un regaño de proporciones bíblicas pero suponía que en parte no lo hizo porque manejó muy bien su dinero y tenía todavía ahorros hasta el día de hoy. Podía comprar lo necesario para la semana y quedarse con el cambio que normalmente lo gastaba en algún perrito caliente que vendían en la esquina.

Ni se le iba a ocurrir en la cabeza si quiera mencionarle que estuvo involucrado en lo del asesinato, la asesina estaba suelta en quién sabe dónde con posibles intenciones de volver a atacar.

No quería pensar en eso, tal vez si la buscaba y hallaba su paradero podría enmendar su error sin llegar a daños aún más graves. Pero sabía que no podía él solo.

Quedó al frente de la casa similar a la suya, con unas pequeñas diferencias. Esta tenía colores más alegres y decorados con luces de navidad. Fue inevitable no hacer una mueca de desagrado. Suspirando guardó su celular en el bolsillo de su chaqueta para tocar la puerta. Aunque al segundo se dio cuenta que había un timbre. Era costumbre ya que en su hogar se había dañado por las veces que los amigos de Papyrus entraban a su casa y sin remedio alguno tocaban como si no hubiera un mañana. Lo arreglaron unas tres veces hasta que tiraron la toalla.

Una voz algo chillona gritó el nombre del esqueleto mayor haciendo que su atención se desviara a la puerta de madera. Segundos después está fue abierta.

—Bienvenido. —le recibió el de suéter azul para ponerse a un lado invitándole que pasara adentro. Fell caminó en silencio sin decir nada mientras paseaba su vista brevemente por el lugar. Todo era exactamente igual pero no había ninguna cosa fuera de lugar.

—¡Sans! ¿Ya llegó nuestra visita? —la voz de Papyrus del universo original se acercó a su posición haciéndoles girar sobre sí. —¡WOWIE, pero si es justo igual a ti! —el comediante pareció causarle gracia el comentario mientras que el de colmillo de oro solo hizo una mala cara.

30 días de OTP! ¦  𝑘𝑢𝑠𝑡𝑎𝑟𝑑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora