𝘾𝙃𝘼𝙋𝙏𝙀𝙍 • 𝙁𝙄𝙁𝙏𝙀𝙀𝙉

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Kihyun miró a Hoseok y este imitó su acto. No sabían qué hacer exactamente y eso que ya habían sido muchas las veces en las que habían llegado a casa de ese rubio sin avisar, aunque era obvio que esta era una situación diferente.

Estaban parados fuera de la casa de Minhyuk ya unos cuantos minutos mirándose entre todos para saber quién sería el valiente de tocar el timbre. Después de clase -como habían quedado-, se juntaron para ir hasta la casa de los Lee y visitar a su desaparecido amigo, pero el problema era que los nervios los habían hecho quedarse como tontos fuera del portón.

- Créeme, no sé porqué estoy tan nervioso si no somos unos desconocidos -. Mencionó Kihyun sin despegar sus ojos de su amigo pálido quien asentía a sus palabras. - Me da miedo que de verdad nos echen.

- No perdemos nada intentándolo. - Hoseok sonrió dándole ánimos al menor y por fin se atrevió a tocar el timbre de aquella casa. No tardó mucho en escucharse la voz robotica de una mujer en aquel aparato preguntando de quién se trataba. - Hola buenas tardes, somos amigos de Minhyuk y queremos verlo.

- Disculpe, joven. Los señores Lee me dejaron muy en claro que no dejara entrar a nadie para ver al señorito, él se encuentra algo indispuesto para visitas.

- ¿Señora Choi? - Jimin se entrometió frente a Hoseok. - Soy yo, Jimin. Por favor, señora Choi. Queremos ver a Minhyuk, lo extrañamos demasiado y estamos preocupados por él, somos sus amigos, déjenos verlo.

La señora pareció pensarlo mucho ya que el otro lado de la línea quedó en silencio. Los muchachos se miraron esperando la respuesta de aquella mujer la cual no llegaba dejándolos impacientes y algo nerviosos. Kihyun bufó bajito por la tardanza pero como si algo del otro lado hubiera hecho un gran escándalo, levantó su vista. La mujer venía a ellos algo nerviosa y apurada, abrió la puerta con un toque de arrepentimiento y miró a los muchachos soltando un suspiro.

- No tarden, pasen. - El primero en entrar fue Jimin. El pelirrojo se acercó a la señora y agradeció mil veces por su ayuda. - Los señores están de viaje, pero de todas formas, no me gusta desobedecer sus ordenes.

- Muchas gracias, señora.

- No haremos mucho escandalo para que no tenga problemas. - Changkyun hizo una rápida reverencia y le sonrió amable, al igual que los demás.

- El señorito Minhyuk está algo enfermo, así que sean cuidadosos ¿está bien? - los demás asintieron mientras subían las escaleras para dirigirse a la habitación del rubio.

Hyungwon miró a Hoseok, que al escuchar la palabra "enfermo" hizo que su mirada se alarmara. Dio unas leves caricias en el dorso de su mano y le aseguró que todo estaría bien. Jimin agradeció nuevamente a la señora cuando esta los dejó frente a la puerta y después se retiro diciendo que su visita fuera breve ya que no quería tener problemas con sus patrones, y que si necesitaban algo ella estaría disponible en el piso de abajo.

Por alguna extraña razón ninguno se atrevía a dar el primer paso y abrir la puerta. Nuevamente la inseguridad y miedo de lo que verían al otro lado de esa blanquecina puerta los hizo dudar.

- Bueno... - Changkyun fue el primero en hablar, lo cual los demás agradecieron. - Está entendido que debemos ser breves en la visita, así que ¿qué esperamos? - El menor del grupo miró a los presentes y sonrió levemente. - Venimos aquí a ayudar a Minhyuk hyung ¿no? no hay que mostrarnos débiles frente a él.

Los demás estuvieron de acuerdo con Changkyun. Tan pequeño y tan sabio. Ese morocho a veces imprecionaba a los mayores; era serio la mayoría de veces y un tanto bobo, y escucharlo hablar cosas así de sabias, era realmente admirador. Decidieron tomarle la palabra y Hoseok fue quien dio unos cuantos toques a la puerta para después abrirla.

𝙀𝙇 𝘾𝙃𝙄𝘾𝙊 𝘿𝙀 𝘾𝘼𝘽𝙀𝙇𝙇𝙊 𝘿𝙊𝙍𝘼𝘿𝙊 ─  jooнyυĸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora