Plena cuarentena; personas desesperadas del encierro, muchas perdimos nuestra fragancia; dejamos el olor a vainilla y empezar a dejar fragmentos de rosas rojas a lo largo de nuestras pisadas.
A cada paso un aroma exquisito y llamativo pero que al acercarse podría lastimar por las espinas que vienen con ella.
La niña enamorada del amor se canso de cuentos de hadas y de lágrimas; cambio pero se le fue de las manos, ya nada la llenaba, tardes de sexo sin emociones, conversaciones con extraños; corazones rotos. Pero si el tuyo ya no está roto ¿Por qué rompes el de los demás?; cariño estás hecha completamente una mierda, estás rota y a cada persona le dejaste un pedazo de vidrio a tu camino. Estás sola sobreviviendo, arrastrandote hacia un barranco del cual es difícil salir, huye. ¿O es acaso que ya miraste el vacío y te cautivo?, al final de cuentas ese hoyo profundo eres tú.