Hermanos

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  Bueno solo vengo a decir que esta historia la soñé, así que por favor no se tomen nada tan apecho.  Bien con eso dicho vamos a leer esta madre mal hecha :3

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Cuando las tierras aún eran vírgenes se adoraban a los tres descendientes de las deidades, sin embargo su madre solo reconoció a uno su amado Tenochtitlan. Sus otros dos hijos solo fueron un ser al izquierdo, su único papel era ser útil para su hermano.Los trillizos no eran como los demás hermanos, solo dos hermanos se consideraban familia y al otro lo odiaban desde el fondo de su corazón y ser. Su madre jamás les dio un nombre, pero si un cruel apodo; Norte y Sur.

Con el pasar del tiempo los dos hermanos se adaptaron al no tener el amor de su madre, pues tenían a su gente quienes los amaban y adoraban sólo a ellos. Pero no todo fue hermoso, pues un hombre llegó a sus tierras enamorando a su madre. La admirable mujer hacía todo para que aquel hombre amara a su amado Tenochtitlan. Nada dio frutos pues ese hombre odiaba al hijo prodigio, lo maltrataba al contrario de todo lo que pensaban el hombre eligió a los hijos renegados.

El amor de aquel hombre a Norte y Sur era un golpe al orgullo de la mujer. El les decía a sus pequeños hijos era que sus ojos eran la puerta a otro mundo. Lo cual causó caos en aquellas tierras lejanas, los dos pequeños se jactaban de eso frente a su hermano. Norte poseía unos hermosos ojos verdes como una esmeralda, eran un bosque entero con belleza misterioso pero atractiva. Sur la pequeña niña tenía unos ojos rojos como el mismo ruby, sus ojos mostraban la guerra, la sangre de sus enemigos pero sobretodo el amor a su gente.

Eran tan exóticos que aquel hombre español los quiso tener para él solo, también descubrió que el otro niño se estaba quedando ciego. Nada del niño llamó su atención con un ojo marrón y el otro de un gris opaco, sin vida, no mostraba nada tras sus ojos muertos de envidia y arrogancia.

Azteca dolida en su orgullo decidió hacer un ritual para regresar le la visión a su único y adorado hijo. No había nada que a España le importara en lo más mínimo, pero a Sur si ya que ella conocía ese ritual. Para que funcionara necesitaba un sacrificio, cuando no encontró a su amado hermano Norte corrió hasta su padre. Lo encontró con otros adultos el ser mujer jamás le causó problemas, su hermano le decía que ella valía más que 10 hombres juntos, que tenía el mismo derecho que cualquier otra persona, que se sintiera orgullosa de ser mujer, porque ella era la hija de una deidad. Pero su padre solo la miro y le dijo "Eres una mujer, no puedes hablar a menos de que un hombre te lo ordene o te de permiso. Empieza a pensar en tu posición, ahora vete y ayuda en la cocina como una buena niña"

Entendió que para aquel hombre ella solo era una cara bonita no una persona, con la verdad ante sus ojos corrió lo más rápido que sus pequeñas piernas le permitieron. Tenía que llegar antes de que algo malo le pasara a su único hermano, sus ojitos derramaban lágrimas no quería perder a la única persona que la amaba de verdad. Cuando llegó al templo, pudo contemplar cómo su madre abrazaba a Tenochtitlan con amor y en aquel círculo de velas y flores estaba Norte sin vida con tres cuchillos en su cuerpo.

Su madre había asesinado a su propio hijo, ese día perdió todo lo que le importaba. El hermoso color verde se fusionó con el marrón, dejando un hermoso color aceituna que podía confundirse con un dorado. España atrapado por la belleza de los ojos de aquel niño decidió darle todo, le cambió el nombre a Nueva España y lo educó como su heredero, olvidando por completo a sus otros dos hijos. Nueva España se apoderó de las tierras de su hermano mayor, de su gente y todo lo que su hermano pudiera tener. Sur pasó a ser solo una herramienta para que su hermano pudiera brillar.

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