-No he sido totalmente sincero contigo, Carolina.- Las primeras palabras de Axel hicieron que mi corazón de buenas a primeras empezase a latir tan fuerte que estaba cerca de sufrir un infarto.- ¿Recuerdas que te dije que mi hermano y tú sois las únicas personas que sabéis lo del chantaje de Erika?
-Sí, lo recuerdo.
-Han pasado algunas cosas durante esta semana, y una de ellas es que he localizado a Carla fuera del programa para hablar con ella. Es una chica que me ha demostrado que realmente ha venido por mí des del primer momento, y no por fama o dinero como hacen muchas. Le tengo tal aprecio y cariño a Carla que no he podido evitar verme con ella y contarle la verdad.
-¿Y qué le has contado exactamente?
-Todo. He querido ser franco con ella, y le expliqué el chantaje de Erika, que tú y yo nos habíamos visto fuera del programa un par de veces y confesé que tenía pensado irme contigo en cuánto mi trono terminase.
-¿Y ella qué dijo?
-Se enfadó, sacó su genio y por un segundo pensé que lo contaría todo al programa el siguiente día de las grabaciones. De hecho, hoy estaba seguro de que lo iba a hacer.
-Pero no lo ha hecho.-Lo sé. Supongo que habrá recapacitado y habrá comprendido la situación, pero por otro lado, si no hubiese reaccionado de esa forma cuando se lo expliqué todo, no hubiera sido esa Carla que he conocido estos cinco meses.
-Tienes razón.
Ambos nos quedamos en silencio, pensativos. En ese momento me vino en mente la despedida de mi tronista y mi exrival. Entre ellos había habido miradas de complicidad, de compresión. Me preguntaba dos cosas: la primera es cómo había sido tan tonta para no darme cuenta que Carla lo sabía todo, y lo segundo es si los demás detectarían esa misma conexión que habían tenido Axel y Carla, como conmigo con él.
-¿Por qué no le has dado una cita a Erika?- Solté inesperadamente. Ni siquiera había pensado cómo lo había preguntado y si realmente esa duda existía en mí.
-¿Quieres que le dé una cita a Erika?
-Claro que no.- Dije mientras negaba con mi cabeza como si fuera una niña pequeña.- ¿Se ha vuelto a poner en contacto contigo?
-No, supongo que por el momento está contenta respecto como están saliendo las cosas.
-¿Y crees que esta noche o estos próximos días te llamará para hablar contigo sobre mí?
-Puede.- Él se encogió de brazos.- De hecho, quería advertirte, Carol.
-¿Sobre qué?
-No quiero que te tomes en serio la conquista. Por mucho que Erika te moleste, te chinche
para hacerte rabiar, me utilice para que te entre un ataque de celos, no quiero que olvides que ella solo quiere eso. Quiere montar un show inmenso para que su paso como pretendienta sea inolvidable y así conseguir el trono.
-O sea, ¿quieres que quede como una idiota delante de todo el mundo?
-¿Nunca has escuchado que el silencio a veces es la mejor respuesta?
-Sí, pero eso son chorradas. El mundo nunca ha cambiado con silencios, sino todo al contrario. Para conseguir algo hay que luchar, decir lo que opinas a cada momento sin filtro y no rendirse por muchos obstáculos que se presenten.
-Eso suena muy bonito, Carolina, pero te olvidas de lo más importante.
-¿El qué?
-Que no tienes que luchar por mí, por qué yo soy tuyo.- Sus palabras me sorprendieron. En fin, ¿no se suponía que eso ya era una obviedad? Axel me había dejado muy claro que si fuera por él su trono ya hubiera finalizado y ambos estaríamos en la calle, haciendo una vida de pareja corriente. Pero debido a las circunstancias ahí estábamos, haciendo un teatro que por el momento, la gente parecía creérselo.