Todo Esto ¿Por qué?©

27. No entiendo..

   Sentía como personas hablaban a mi alrededor, yo solo escuchaba murmullos indefinidos, supongo que serían los chicos levantándose y eso; como usualmente lo hacían en realidad. Traté de tomar mi cobija y moverme hacía un lado, pero habían varios problemas:
1. No tenía mi cobija
2. No me pude mover
3. En el intento de moverme, me dolió todo el cuerpo
4. No hay una cuarta razón, pero es extraño

Mis ojos se sentían pesados, por lo cual cuando vi a mi alrededor además de que todo se encontraba un poco borroso, me costaba demasiado. Una sola cosa visualicé en ese momento, una luz. Esperaba que no estuviera muerta y que no fuera esa luz

Parpadee repetidas veces, ya podía distinguir las cosas mejor, miré a mi alrededor, no estaba en la habitación junto a los demás, me encontraba en una habitación que estaba algo oscura, o no sé si serían cosas mías. Lo único que se veía muy claro, era yo, gracias a la gran lámpara que se encontraban frente a mí, está lograba cegarme por completo con tan solo mirarla un corto micro segundo. Miré mi cuerpo el cuál se encontraba en una especie de camilla, no tenía el usual traje rojo sólo una bata de hospital. Mis brazos y piernas se encontraban atados, por ello no podía moverme...

Tragué con miedo, mi garganta se encontraba seca, eso me hizo toser. Tenía mucho miedo, no tenía ni idea de dónde me encontraba, ni que hacía aquí, ni que día era, tenía que respirar y tratar de relajarme un poco, no quería entrar en un ataque de pánico justo ahora. Cerré los ojos tratando de respirar profundo, pensé en los murmullos que había escuchado hace un momento, me extrañe ya que no había nadie en la habitación, olvidé eso y me concentré en el último momento que recordaba, esto era cuando hablaba junto a Matt y eran las seis de la mañana, del resto mi mente se encontraba en blanco. Mis pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de una puerta abriéndose, y de nuevo los murmullos de personas. Busqué con la mirada por el lugar, encontrándome con dos hombres con batas blancas y carpetas en sus manos y dos mujeres junto a ellos, una última persona se hizo presente en la habitación, Manuel. Caminaron en mi dirección mientras hablaban entre ellos, no me habían mirado aún, ni siquiera la única persona conocida entre ellas. Unos segundos después uno de los hombres se acercó a mí, este usaba lentes, y tendría unos ¿cuarenta años? No lo sé, al menos eso aparentaba. Cuando llegó justo frente a mí, me miró un segundo y me dio una sonrisa de boca cerrada, yo solo lo miré fijamente

— Hola Paula — dijo mirándome, yo me tomé tiempo para responder, estaba analizando la situación unos segundos, cuando finalmente me digne a hablar, no pude, mis labios se entre abrieron pero no logré decir nada, el al instante entendió, fue como sí algo en el hizo clic. Se acercó un poco más a mí y empezó a desatarme. Me indicó que me sentara y así lo hice, tomó una botella de agua y una pastilla y me la dio, la tomé sintiendo el agua recorrer por mi garganta y con ello la sensación de estar en el paraíso se hizo presente, ¿Cuánto tiempo tendría sin ingerir agua, o algo?

— Te hicimos algunas pruebas — comentó — No hay nada de qué preocuparse. Por si te preguntas, solo fueron chequeos usuales, las enfermeras te llevarán al cuarto y ahí descansarás, te dimos un tranquilizante por eso justo ahora debes sentir tu cuerpo pesado y sin equilibrio alguno, es normal — sin más que decir me dio una última sonrisa y se dio la vuelta, no entendía nada, osea sí entendí lo que dijo pero, no lograba entender el por qué. Miraba lo más que podía a Manuel ¿Cómo no sentía mi mirada? Bueno en realidad no lo miraba tanto ya que el solo era El guía en estos momentos, mis ojos se dirigieron a mis brazos y piernas, en ellos estaban marcados una línea violeta parecida a un moretón, entre abrí mi boca sorprendida por toda la presión que habían puesto en esas vendas. Miré el resto de mi piel, el color casi blanco en ellos me asustó, hasta donde yo sabía eso nunca sería normal, ¿Qué mierda me hicieron?