La noche había transcurrido como de costumbre, su madre encerrada y su padre zumbido en la inconsciencia, producto del alcohol en su sistema.
Sin pensarlo la rutina de la vida muchas veces te envuelve en una constante de situaciones que ya conoces, te levantas cada mañana con el pensamiento de que ya sabes lo que sucederá el resto del día, respasas en silencio cada acción que llevarás a cabo y la repites de forma casi inconciente.Eso es la rutina, la monotonía de pensar que cada día es lo mismo, por lo tanto pierdes de vista la expectativa de que algo te pueda sorprender, más sin embargo a veces la misma vida se apiada de tí y te permite una chispa de sospresa para corroborar si aún sigues con vida.
Dan sonreía pensando en esto mientras se dirigía al parque cerca de la universidad.
En cuanto recibió la llamada de Sara diciéndole que ella estaba en ese lugar con sus hermanos más pequeños y lo invitaba a acompañarlos, Dan no dudo un instante y ya se encaminaba hacia ese lugar.Al llegar empezó a buscarla con la mirada, el parque era un lugar amplio pero para Dan la cabellera castaña sentada a unos metros frente a él era inconfundible, mantenía las manos en los bolsillos de su pantalón mientras caminaba hacia ella con pasos lentos pero seguro.
Ella no lo sabía y talvez nunca se enteraría pero con una simple llamada lo había salvado de pasar una tortuosa tarde de domingo encerrado entre cuatro paredes y la soledad.- Sara...- la llamo unos pasos antes de llegar a ella, está se giró y le regaló una sonrisa, él sentía como su pulso se aceleraba pero pensó que era por la caminata.
- Dan... Hola - este llegó a su lado y tomó asiento en la banca junto a ella...- ¿Cómo has estado?-
- Bien ¿Tú?..- se regañaba mentalmente por ser una persona tan borde con los demás, podía sonar como poco amable pero al observar en ella aquella sonrisa intacta sabía que no lo había tomado de esa manera
- Bien gracias a Dios ... Ya sabes las cosas pudieron arreglarse entre los gemelos y Andy - su tono de voz siempre era tan modesto y la sonrisa no abandonaba su rostro.
- Es bueno oír eso... Yo...-
-¡Dan!- Tommy llegó hasta él interrumpiendo su plática, corrió con los brazos abiertos y se aferró a sus piernas - ¡Te extrañé!- Dan revolvió el cabello del pequeño y sonrió ante esas palabras.
- Tommy... Pero si nos vimos el viernes- dijo sonriendo mientras observaba como la pequeña Kim se acercaba a ellos corriendo a pasos torpes mientras traía el balón de Tommy en manos.
Sara sonreía frente a la escena que se presentaba ante sus ojos, sus hermanos pequeños le habían tomado cariño y aprecio a Dan, desde que lo habían conocido preguntaban siempre por él y pedían verlo.
Ese domingo después del culto en la iglesia por la mañana, decidió ir al parque con sus hermanos pequeños ya que los más grandes preferían quedarse en casa y terminar algunos deberes, Sara pensó que sería una buena oportunidad para que ellos pudieran hablar mejor.
Decidió invitar a Dan no sabía bien donde vivía él, pero intuía que podía ser cerca del parque ya que lo había visto en ese lugar.Para ella Dan representaba un verdadero dilema, pero no podía negar que quería verlo, él era misterioso, reservado, y callado la mayor parte del tiempo como lo había observado el viernes en la noche, parecía muy pensante siempre que hablaban no decía muchas palabras solo se limitaba a escucharla, pero lo envolvía un misterio que lo hacía curioso ante sus ojos, pero esta no se sentía como una curiosidad mala.
Ella podía notar entre líneas en las palabras de Dan que había dolor, sus ojos profundos y su penetrante mirada café oscuro le mostraban un corazón bueno y sincero. De un tiempo hacia acá Sara se había vuelto muy observadora y lograba conocer en las personas más por sus actitudes y acciones que por lo que podía decir.
Sentía que debía ayudarlo, le parecía un muchacho atractivo pero el tratar de acercarse a él no solo se debía a ello, persivia que dentro de ese sujeto serio y misterioso existía un pequeño Dan tratando con todos sus medios salir a la superficie y que de apoco se estaba quedando sin fuerzas.Observó la sonrisa en el rostro de Dan cuando Kim se acercó a él dejando el balón a un lado y copiando la acción que Tommy había hecho antes de abrazarlo, pero esta vez Dan sentó a Kim sobre su piernas mientras platicaba animadamente con los pequeños.
- Te has ganado el corazón de mis hermanos- sus miradas se encontraron y Sara sintió su rostro arder desvió la mirada a Tommy tratando de ignorar la mirada penetrante de Dan.
- Ellos son grandiosos...- Dan bajo a Kim de su pierna y Tommy la llevo a jugar con él unos metros frente a ellos.
-¿Tienes hermanos?- esa simple pregunta hizo que Dan se tensara.
- Una..- su voz sono tan dura y cortante que Sara se vio sorprendida por ello. Dan observó cómo lo miraba con una ceja enarcada, sabía que él había sonado tan borde como de costumbre pero ella no tenía la culpa de nada y sabía que su pregunta era inocente...- Tengo una hermana...- explicó, tratando de ser amable, ella solo asintió pudo percibir que no le gustaba hablar sobre ello.
- Oh... Bueno en realidad yo te invite hoy para proponerte algo...- decidió cambiar de tema, Dan la observó interrogante.
-¿Que cosa?- su voz se volvio más relajada, observando a Sara allí con una chispa de ilusión en sus ojos antes de hablar.
- Bueno... Con el grupo juvenil de la iglesia nos encargamos de ayudar en algunas instituciones públicas de la ciudad y hace un par de semanas se nos propuso ayudar a dos hogares de ancianos....- mientras ella le explicaba, Dan se perdió en el sonido de su voz, en la sonrisa de su rostro y en el brillo particular que sus ojos desprendían...- Hemos recaudado dinero con los pasteles y las tartas de Mel y Sandy y logramos comprar las pinturas que necesitábamos pero ¿Que tan bueno eres pintando?- los ojos de Sara se posaron en él con interrogación e ilusión.
- No sere un profesional pero me defiendo...- dijo encogiéndose de hombros
-¡Genial!.... Yo quería proponerte si tú ¿Quieres ayudarnos?... Es decir son dos hogares y nos hemos dividido pero no nos vendría mal un par de manos extras, además sería una buena oportunidad para continuar viéndonos...- Sara guardo silencio al momento en el que esas palabras abandonaron su boca, su rostro se tornó carmesí y los nervios la dominaron...- Yo... bueno.... Me refería a que tú y yo... Bueno no como eso... Yo no quería que eso sonará como lo hizo... Yo lo siento....- su rostro carmesí y sus palabras entrecortadas dejaron a la vista su nerviosismo y provocaron que Dan la viera con ternura.
- Descuida... entiendo a qué te refieres...- Dan trato de reprimir la sonrisa en su rostro y la carcajada que amenazaba con salir de sus labios debido a la situación....
- Es solo si quieres, además puedes invitar a Tim y Max...- Al levantar la mirada Sara aun permanecía sonrojada y sus ojos daban paso a su vergüenza.
- Claro... Cuentas conmigo- no pensaba declinar su oferta, él también quería pasar más tiempo a su lado y como el informe ya estaba prácticamente terminado no quería dejar de frecuentarla ni a ella ni a sus hermanos.
- ¡Es grandioso!... Empezamos el jueves por la tarde Jack y Ross irán después del entrenamiento- explicó Sara.
Luego de esa plática la conversación giró en torno a cosas vanas, tratando de conocer uno un poco del otro, Dan se limitaba a responder lo justo y necesario habían cosas de su vida que no quería compartir y mientras él se mostraba reservado, Sara parecía muy transparente para él.
La tarde había sido hermosa, el sol había acaparado la totalidad de la ciudad y aunque la brisa era fría el sol permitía el disfrute de muchas familias al aire libre, compartieron juegos, y pláticas pero la tarde estaba tocando a su fin y mientras el sol retrocedía y el frío se intensificaba, marcaban la hora de dar fin a esa tarde.
Dan se ofreció a acompañarlos hasta su parada, ella cargo a Kim mientras él tomaba a un cansado Tommy hasta la parada, permanecío allí con ella hasta que subió al bus.
La miro alejarse y se sentó en la parada a pensar en todo lo que había pasado, todavía le aguardaban horas para que culminará el día y aún en contra de lo que él quisiera debía volver a casa pero esa noche tendría algo en que pensar, tendría más días para disfrutar de la compañía de Sara y pensar en su rostro sonrojado y en su sonrisa sincera que adornaba su rostro, le provocaba un ligero cosquilleo en su estómago y una sonrisa se apoderaba de su rostro.Había encontrado la forma de pasar las últimas horas de ese día y esa era pensar en Sara, sin darse cuenta su curiosidad había aumentado, llevandolo a considerar aquello como una oportunidad de estar más cerca y conocerla un poco más a ella y su familia.
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¡Y Si Decido Creer!
EspiritualMuchas veces la vida nos puede sorprender con mucho dolor y tristeza, sin embargo siempre existe una luz al final del túnel, la cual la podemos encontrar en personas quienes se cruzan en nuestro camino y nos ayudan en los procesos Nunca las cosas es...