Me paso todo el resto del día y parte del siguiente encerrada en una de las habitaciones de la casa de Bia.
Anoche, la niña se quedó a dormir cerca de mí y me contó que Richelle le hizo la ansiada flor que quería. Ellas dos se han hecho amigas muy rápidamente y por ende, también de Frederick. Ellos son como un pack de dos.
Salgo de la cama arrastrando mis pies con pesadez. Bia se fue hace horas a dar un paseo. Me miro al espejo y tengo que contener un grito de horror. Mi pelo está revuelto, mis ojos hinchados, mi nariz roja y mi cara totalmente pálida. Un fantasma se asustaría al verme.
Salgo afuera para lidiar con el mundo, no me queda otra. Me doy una ducha lenta y luego me visto con cosas que he encontrado en los armarios. Hoy no estoy de humor para llevar vómito de unicor... ropa colorida así que me pongo una camiseta negra básica y unos pantalones blancos con circulitos negros. Por último, me peino el pelo y ya parezco una persona normal y corriente.
Cuando llego al salón, todos están sentados en los sofás hablando en susurros hasta que me ven y se callan abruptamente.
Me siento con ellos sintiéndome un poco malhumorada. No es de mí de quien se tienen que preocupar, no es mi hermano el que ha muerto, es el de Arian.
—¿Qué os pasa? —Ellos se miran entre sí y es Richelle quien toma la palabra.
—Te conocemos, Adalia.
—Sabemos que te estás culpando de lo que pasó. —Interviene Blaz.
—Yo lo intenté, intenté entrar en su mente pero no pude.
—Lo sabemos —Responde Adler—, por eso no te debes culpar de lo que pasó.
Asiento. Mi mirada busca a Arian, que está mirándome también. La intensidad con la que me mira me hace apartar la vista y sin querer acabo mirando a Adler inconscientemente. El rubio no se pierde ni un detalle de lo que pasa entre el moreno y yo. ¿Qué narices estoy haciendo? No me gustan. Ninguno de los dos.
Me aclaro la garganta con incomodidad y miro al resto de personas.
—Está bien, no me culparé de lo que haya pasado. La culpa la tienen Los Mejoradores.
Bia salta del regazo de Richelle y viene corriendo hasta mí. Me abraza y la dejo sentarse a mi lado. Las únicas dos personas con las que ella se siente en confianza somos Richelle y yo. También está cogiendo confianza con Frederick.
—Bueno, tendremos que empezar con los entrenamientos. —Arian corta el momento con su voz fría. Le doy una mirada preocupada, no creo que ocultar su dolor bajo una capa helada lo ayude a superarlo.
—¿Y yo qué haré? Mi habilidad no sirve de nada contra los descerebrados —Hago una mueca de fastidio—. Seguro que lo han hecho a propósito.
—Puedes aprender a golpear y a usar armas. —Ofrece Leyna hablando por primera vez.
—Yo te puedo enseñar —Agrega Adler—. Se me dan muy bien las armas.
—Lo mejor es que la enseñe Blaz, él tiene la habilidad de la fuerza —Los ojos de Arian taladran al rubio— y tú no tienes ninguna.
Todos miran de Arian a Adler como si fuera un partido de tenis. Tengo que interrumpir antes de que se agarren a golpes aquí mismo.
—Está bien, Blaz me enseñará combate cuerpo a cuerpo y tú las armas. —Miro a Adler.
Todavía no olvido las cosas que me dijo cuando casi muere, cosas que me dejaron muy confusa. No creía que yo le pudiera gustar a él, ni me imaginé que me lo fuera a decir justo en ese momento. Todo esta situación irreal me tiene en shock.
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Versteinerung © [#1 Experimentos Letales]
Fantastik🏆 HISTORIA FINALISTA EN LOS PREMIOS AMBY, NOVELA CORTA. En el año 2050, en un pueblo llamado Auserwählten (Alemania), las personas empiezan a caer en una especie de coma sin ninguna explicación. Es como si derrepente se quedaran paralizados por com...