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❝No me duele nuestra lejanía, sino el sentir como te alejas cada vez más y más❞
Hiashi siguió los pasos de la Senju, caminaron por largos pasillos y atravesaron puertas que los llevaron a zonas del hospital que el castaño desconocía. Finalmente se detuvieron en un solitario pasillo junto a una amplia ventana que dejaba ver el interior de una habitación, en primera Hiashi miro dentro de reojo sin prestarle atención, entonces algo oscuro que contrastaba con el blanco del lugar llamó su atención, girando completamente su mirada observo lo que habia dentro.
Era su hija.
Estaba en una camilla, a cada lado habia una máquina de la que conectaban varios tubos y cables que se perdían bajo la sábana que la cubre, tiene una maquina respiratoria cubriendo su boca y nariz, en cada brazo tiene una intravenosa, eran tantos cables enredados entre sí que le fue imposible contarlos.
—Como puedes ver tu hija está estable en este momento — empezó a hablar Tsunade, haciendo que regresara sus ojos a verla — Aunque eso no signifique que su condición sea buena — la mujer hizo una pausa, como si se preparara para lo que diría — no te mentiré Hiashi, tu hija está en un estado crítico, tuvo que ser inducida a un coma, todas las máquinas que le ves son lo único que la mantienen con vida, en teoría podríamos quitarselas pero sería cuestión de tiempo para que su corazón deje de funcionar. La herida que sufrió fue más grave de lo que a simple vista creí, fue peligrosamente cerca del corazón, la herida logró rasgar puntos vitales cerca del corazón, tan pequeños como la picadura de un mosquito, pero estamos hablando del corazón, es el órgano fundamental de una persona. Si dejamos que ese pequeña herida se agrave puede ser mortal, con cada respiración, cada movimiento, su vida esta mas cerca de acabarse, es como un delgado hilo tenso que llega un punto en que se rompe — sus ojos miel se clavaron firmemente en los perla — Te soy honesta, me sorprende que aun siga viva, aunque no haya sido directamente al corazón la herida que sufrió fue lo suficiente grave para que hubiera muerto hace horas — una débil sonrisa bailo en sus labios y en un susurro dijo: — debe tener muchas ganas de seguir viviendo para seguir aferrándose a la vida de tal manera
El silencio que le siguió se torno ahogante, Tsunade espero en calma, sabía que la manera tan abrupta que soltó lo que dijo tomaría su tiempo para ser procesado. Aunque Hiashi Hyuga fuera un hombre serio que no dejaba entre ver sus emociones con normalidad era ante todo un padre y el saber que tu hija está al borde de la muerte no es una noticia fácil de digerir.
