I'll be there for you ; Chandler Bing

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Camile salió del Central Perk con una sonrisa coqueta, hace mucho tiempo no había tenido un día tan divertido. A pesar de que ahora tenía que buscar rápidamente un lugar donde quedarse, no podía parar de pensar en ese chico nervioso del café, había algo de él que le causaba mucha ternura, un sentimiento infantil que le encantaba.

Encendio un cigarrillo y se sentó en una banca a pensar acerca de todo y cuando levanto la cabeza vio un gran hotel llamado Hotel Newton. Entró y se acercó al mesón de la chica que atendía.

-Hola, quisiera ocupar una habitación.

La muchacha le dio las llaves y Camile entró.
Se sentó en el borde de la cama y se puso a pensar.

-Es un vicio bastante atractivo-dijo para sí misma recordando la conversación con Chandler, y rió delicadamente mirando su cajetilla de malboros.

Camile no era el tipo de persona que le daba muchas vueltas a las cosas, casi siempre solamente actuaba aunque le perjudicara su decisión, pero en ese momento su cabeza estaba apunto de estallar en pensamientos acerca de todo.
Llevó su cuerpo hasta la otra esquina de la habitación examinando cada detalle; sonrio boba al ver pequeñas botellas de licores en un pequeño refrigerador. Tomó un sorbo de ron y uno de tequila.
Se sentó en la orilla de la ventana teniendo una gran vista hacia el Central Park, le encantaba caminar por ahí de vez en cuando. Sacó otra vez su cajetilla y puso su mano dentro de su bolso para sacar el encendedor, encontrándose con un papel. Cuando lo abrió recordó que era el papel que Joey le había dado en el café y miró al vacío.

-¿Por qué no? Será solo salir a cenar- volvió a decir para si misma y tomó el telefono para marcarle al muchacho.

El teléfono no paraba de marcar y la castaña se ponía cada vez más nerviosa. En un momento se decidió a cortar y a olvidarse del tema pero justo logro escuchar un "Hola" desde el otro lado.

-Hola... - respondió insegura-¿Joey... ¿Joey Tribianni? - leyó desde el papel.

-Síp, el mismo.

La chica carcajeo aliviada.

-Si, hola Joey. Soy Camile-hizo una pequeña pausa al ver si el chico la recordaba por el nombre, pero solo en los momentos de silencio solo se podía escuchar a alguien comiendo al otro lado del teléfono. - La chica del café.

Joey tomó aire recordando a Camile y dejó de comer lo que sea que estaba comiendo.

-Hola nena, ¿Como estas?

Camile rió boba, esa frase funcionaba incluso por teléfono.

-Te llamaba para decirte que estoy en el Hotel Newton y si podemos salir a comer.-entrecerró los ojos nerviosa.

Por si se preguntan lo que sinceramente pensaba Camile acerca de esto es que no estaba para nada segura de lo que estaba haciendo, pero ella era así, siempre ha tenido esa maña de hacer las cosas contra la espada y la pared, a veces mientras más loco sonara o más le pusiera los pelos de punta más le gustaba. Era su mejor y peor cualidad. Por otro lado no podía negar que disfrutaba la atención que le habían dado en la cafetería, se sentía hermosa, cosa que no pasaba tan a menudo.

Joey por su parte sonrió coqueto al otro lado del teléfono, pero había una parte de él que sabía perfectamente que Camile le iba a llamar.

-Muy bien, ¿A las siete está bien si te paso a buscar?

-Sí, está bien.- La muchacha corto sonriente.

Comenzó a morder sus uñas del nerviosismo, los minutos comenzaban a desvanecerse así que decidió tomar una ducha, sin antes discutir consigo misma acerca de lo que se iba a poner, para dejarlo preparado encima de su cama.