Wild Boy [GonKilluGon]

||Prólogo||

La noche del 7 de Julio, Gon Freecss no pudo conciliar sueño, y decidió ir al bosque. — Y esto también. —- Murmura. La chaqueta color verde rápidamente fue enrollada, y puesta en el morral del joven azabache.

No puede explicar el porqué de su decisión, solamente sabe que sintió la necesidad de ir. Como si el bosque lo llamase. — Ya me voy... —    "Con cuidado".    La puerta la cierra lo más lento y silencioso posible, y suspira.

Una vez fuera de casa, ya puede respirar con tranquilidad.
Así que camina lento, y seguro, en dirección al bosque, como su intuición le ordena. Tarareando la canción que hace unos días se había puesto de moda, dando pasos alegres.

La luna tan brillante, y las nubes tan obscuras. "¿Qué horas serán?".     

Pero no importa ya. Su parada está cerca, es solo cuestión de adentrarse entre los árboles, arrastrarse entre el pasto, escabullirse entre las sombras, lo más silencioso posible, y entre más rápido mejor.

Lodo, lodo es el que ensucia sus botas verdes, provocado por la fuerte llovizna que lo azotó en pleno trayecto a las profundidades. — Tuve suerte. — Firme, murmura.

Grandes árboles, aún con sus frondosas melenas no lo podían  arropar y proteger de las frígidas gotas de lluvia.

El tronco antiguo, áspero, y suave le sirve de recargo. Se apoya en el su espalda, y tan rápido como puede se coloca el abrigo, y extiende su paraguas. — ¡Listo! —    "Tal vez debería de volver".

Pero no, su corazón, y mente no están satisfechos.

No sabe si es porque ha pasado poco tiempo desde su partida, o si es que hay algo más. Algo en lo profundo, que lo perturba. Pero quiere seguir, y eso hará. Seguir adelante con su instinto autoproclamado como guía.

Asiente, siente de repente un subidón de energía, aprieta su paraguas solemne, y avanza.
No pierde la oportunidad de ver el paisaje. El bello panorama que esa noche de llovizna le brinda.

En su trayecto va observando todo tipo de cosas; animales, frutas y plantas.

"¡Woof!"     Es el ladrido de un perro, ¿Acaso?

¿Pero que hace un perro a tales horas de, actualmente, la madrugada? 

La lluvia sigue, y no parece querer detenerse. Es tan fuerte como hace una hora, al igual que su espíritu. Se niega a retirarse, irá, verá que es lo que pasa, y luego, una vez quede complacido, se retirará pacífico.

"¡Woof!"       Proviene desde detrás de los gruesos encinos, que cubren su visión por completo.

Lobos albinos, y entre ellos, un niño de ojos azules, como gemas preciosas. Largo cabello plateado alumbrado por la luz de la luna, y opacado por la suciedad. Ropa tan malgastada que parecían trapos. Piel blanca, que brilla por las aguas que caen desde arriba. Jadea. — Oh, oh... —    "¡Ese niño está en problemas!"    Los lobos lo rodean, se refriegan contra él en busca de mimos, como cachorros con su amo. Pero no, ese niño albino no es el líder, si no la víctima. Teme que si no hace algo rápido, pase a ser de la víctima, a la cena.

"¡Necesito ir por ayuda!".      ¿Pero estás seguro, Gon Freecss?

Teme también dejarlo solo, y que cuando vuelva ya no haya alguien a quien salvar. Se refugia y esconde a la vez tras el  árbol.
Nervioso, busca en su mochila algo útil, algo que le ayude en tal inusual situación. ¿Pero habría algo capaz de ello? No lo sabe. No es como si fuese una caricatura, no puede pedir ayuda a objetos inanimados.
   "Necesito un plan".