Todos estaban en el comedor principal esperando a cierto pelinegro de apellido Kogane para empezar a comer y los presentes comenzaban a desesperarse.
—Por Dios, Lance, a la próxima recuérdale a tu novio la hora a la que comemos. —Se quejó Hunk, mirando el plato en frente de él, el cual se enfriaba de a poco, y Hunk sufría junto con el platillo de baba espacial.
—Tranquilo, seguro que ya no tarda... creo... espero... —comentó Lance, susurrando aquello último, era verdad, no sabía cuanto más tardaría Keith, ni siquiera sabía que era lo que tanto hacía el pelinegro allá arriba. En cuanto las puertas se abrieron y el pelinegro entró, todas las miradas se posaron sobre él.
—... ¿Qué es eso Keith? —preguntó Pidge extrañada al ver un paliacate cubriendo la parte inferior de su rostro hasta su cuello.
—Es que... no me siento muy bien, y no quiero... ¿contagiarlos? —contestó alzándose de hombros, tratado de evitar el contacto visual con cualquiera de sus compañeros. Todos se miraron entre sí, y le restaron importancia, lo único que en realidad querían era comer algo.
Keith tomó asiento entre Pidge y Lance, como era la costumbre, mientras que el resto disfrutaba de la comida que tenían frente a ellos. El pelinegro suspiró, buscando la mejor manera para comer, sin tener que retirar el trapo de su rostro y exponerse frente a todos, comportamiento que la menor notó de inmediato.
—Sólo quítatelo Keith, no pasará nada. Terminas de comer y te lo vuelves a poner. —comentó Pidge, Keith mostró ansia en sus ojos y frunció su ceño con vergüenza.
—O-oh... no es eso, es que en realidad no tengo mucha hambre y... será mejor que me vaya, sí. Buen provecho. —Keith se puso de pie, pero Lance lo tomó de la muñeca evitando su partida.
—Llevas horas quejándote de que tienes hambre, no nos vengas con mentiras. —Añadió Lance, Keith le lanzó una mirada fulminante, casi de odio. Aunque era evidente que no lo odiaba, después de todo estaba en una relación amorosa con él.
—B-bueno... después de tanto tiempo el hambre desapareció. —intentó excusarse Keith para poder abandonar la sala de inmediato. Shiro se puso de pie y se acercó a donde estaba el pelinegro.
—¿Qué te pasa? —preguntó el peliblanco, esperando una respuesta.
—Ya lo dije, me siento enfermo. Es todo.
—No suenas enfermo Keith. —se cruzó de brazos Shiro, desmintiendo las palabras del pelinegro, quien comenzaba a entrar en calor debido a los nervios.
—E-eh... Umm... Tengo... ¿una llaga? —el pelinegro se quedaba sin excusas, por lo que mientras divagaba intentando dar una respuesta concreta y fácil de creer Pidge se acercó a él por detrás hasta desanudar el paliacate que cubría el rostro de Keith.
—¡Ajá! ¡Expuesto! —exclamó Pidge triunfante, sujetando la tela en los aires, dejando el rostro de Keith a la vista de los demás, o más específicamente su cuello y mandíbula.
—¿¡Qué te sucedió Keith!? —preguntó alterada Allura, acercándose al de orbes violetas, inspeccionando su cuello, pues una serie de lo que parecían casi moretones o golpes se repartía a lo largo de su cuello hasta perderse en el pecho y la cicatriz del lado derecho de su rostro. Por otro lado, el causante de aquella serie de marcas se hundía en su lugar, esperando pasar completamente desapercibido.
—Pues... —comenzó, antes de explicar lo que había pasado, si ya habían descubierto la evidencia, ¿de qué serviría mentir?
[Minutos antes...]
Keith y Lance estaban en el cuarto del azabache, recostados en la cama e intercambiando uno que otro beso entre ellos.
—Keith... —susurró Lance a contra los labios del pelinegro, el cual para ese entonces ya se encontraba debajo del moreno, prácticamente a su merced, y no parecía mlestarle.

ESTÁS LEYENDO
30 días OTP [LAITH/KLANCE]
FanfictionOtra historia de las muchas que hay de 30 días de OTP Challenge.