Capítulo 5

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Reino de Corona.

Desde que nací tuve una muy mala suerte. Yo soy la futura reina de Corona o eso es lo que yo creía.
A que se debe mi mala suerte?, pues haber nacido omega en este mundo donde todos respetan a un alfa y realmente no tengo esa debilidad de aceptar que alguien más me diga que debo hacer o no, odio ser omega y odio este cuerpo.

Todo comenzó cuando tenía 13 años y tuvo su primer celo, ella estaba de visita en otro pueblo no tan lejano al suyo y allí conoció a la princesa del lugar que sólo era tres años mayor que ella, de piel canela, ojos color miel; cabellos largos y negros, ella sintió ese click al verla. Se sintió de la nada que tenía dos pies izquierdos.
La joven de cabellos negros se le acercó y le dijo:
- Buenas! Tu debes ser la princesa Elsa, verdad?- sonriendo más ampliamente continuo- yo soy Honeymaren la princesa del pueblo Northuldra y debo añadir que usted princesa Elsa es demasiado hermosa para este mundo- haciendo sonrojar a la pálida muchacha.

-Asi es soy Elsa- respondió secamente, era la primera vez que la halagaban de una manera tan descarada y aunque suene tonto le gustaba mucho aquella morena pero de repente comenzó a sentir un agudo dolor en el vientre que la hizo arrodillarse de bruces en el piso del castillo Northuldra.
Se comenzó a marear y sólo pudo sentir como la morena la cargaba en sus brazos para luego volverse todo de negro.
Cuando despertó estaba en una habitación extraña, se asustó y se levanto de prisa, la invadió de nuevo un calor y sintió como fluia algo de su entrepierna y un fuerte aroma a cítricos la invadió y se abrió de golpe la puerta de la habitación...era Honeymaren quien espedia ese olor que atraía a Elsa.

De golpe la rubia tuvo un fuerte impulso de acercarse a ella pero la morena le imploró que no se acerque y comenzó a pedirle disculpas quizás entro en celo porque la morena confesó que era una Alfa.

Elsa sabía de manera teórica lo que podían causar en ella los alfas pero nunca lo sintió en carne propia y de cierta manera detestaba saber eso pero por alguna razón sentía que Honeymaren era diferente.

Cuando Honeymaren le paso los supresores, la rubia se fijó que tenia colmillos y la morena le dijo que porque fuese una omega no la iba a poseer a la fuerza, eso hizo que Elsa cometiera un error y era confiar en aquella mujer.

Luego de ese incidente los padres de Elsa prácticamente la confinaron en su castillo en Corona y ya no salía excepto para ver el jardín.

Pero eso no impidió que Elsa y Honeymaren intercambiaran cartas todos los días por dos años, se veían cada vez que podían en uno de los pasadizos del castillo de Corona. La rubia estaba para ese entonces más que nunca segura de sus sentimientos y estaba dispuesta a darle a Honeymaren por su cumpleaños su amor de manera física.

Espero que pase la medianoche y por el mismo pasadizo que siempre usaban metió a Honeymaren a su habitación, ni siquiera estaba en celo porque quería hacerlo de manera consciente y más por amor que por lujuria.
La morena también se mostraba nerviosa, sus toques eran torpes y Elsa se moría de la vergüenza pero las caricias de Honeymaren la hacían temblar.
- La primera vez suele ser dolorosa- murmuró la morena.
- Ya lo sé-
-Nada más no quiero causarte dolor-
Elsa besó apasionadamente a la morena, si seguía hablando la pondría mas nerviosa también.

Elsa pudo ver el contraste de sus pieles mientras ambas ya sin ropa se rozaban en su cama.
Honeymaren atrapó con sus labios uno de los pechos de la pálida joven. Elsa tuvo que reprimir un gemido para no hacer tanto ruido.
Lo que le escandalizó para sus adentros a la joven de cabellos claros era el bulto de la entrepierna de su novia.

Una de las manos de Honeymaren encontró ese botón de placer que tenía entre las piernas, la rubia comenzo a dejar de pensar con claridad para entregarse a las sensaciones que le brindaba los toques de su pareja que parecía devorarla con intensa lujuria.
De repente cuando iba a alcanzar el éxtasis la morena paro su toque y separó los muslos temblorosos que no ponían resistencia de la joven que estaba debajo de ella , se introdujo dentro de la pálida joven, la omega sintió una mezcla de ardor y placer a medida que la morena se enterraba más profundo, la morena comenzó a embestirlaa suavemente para luego volverse rudo, mordia a Elsa en el cuello pero no para marcarla sino por el placer que iba sintiendo.
Elsa sentía que se iba a derretir y de repente sintió como una sensación placentera bajo su vientre se dirigía luego a todo su cuerpo, comenzo a tensarse para luego temblar y sintió también como Honeymaren se contraía dentro de ella. Continuaron así hasta el amanecer.

...

Pero nada es para siempre o eso piensa Elsa y una semana después Honeymaren se casó sin decirle nada con otra princesa.
Se excusó diciéndole que no tuvo el valor de decirle previamente pero que aún podrían ser amantes. La rubia rió amargamente ante tal descaro.
No creía más en el amor, no creía más en nadie y más que nada odiaba a esos malditos alfas.

Pero su mala suerte no cesaba ahi, después de dos años de ese incidente aún no olvidaba del todo a esa mentirosa y lo peor de todo sus padres la comprometieron contra su voluntad probablemente a un alfa, pero ella haría todo lo posible para que esa persona le pida el divorcio de vuelta.

Escucho que en su pueblo vecino Arendelle se preparaba una fiesta y ella estaba bastante aburrida, el pueblo de Corona era aburrido prácticamente sólo celebraban año nuevo y Navidad, así que decidió escabullirse de nuevo por el pasadizo e irse a la fiesta.

Ya en Arendelle, Elsa pudo sentir esa alegría que no sentía hace mucho y se sentía invadida por esas ganas de danzar pero de repente sintió un olor a menta que la hizo marearse. Por Odin! Un alfa estaba cerca pero de repente el aroma se alejó pero aún así causó un malestar en Elsa así que optó por ir al baño, vio a una pelinegra en la fila del baño y su corazón comenzó a latir con fuerza para salir de las dudas y no quedar como intensa comentó en voz alta
- Tu también tienes una emergencia- la pelinegra se dio la vuelta y para Elsa fue un poco decepcionante en el fondo cosa que le dio rabia sentir.
- Algo asi- le contesto- por cierto quien eres?- continuo la pelinegra.
Elsa vió que sus ropas tenían el sello del reino de Arendelle, probablemente trabajaba en el castillo, si sabían su identidad Elsa tendría problemas, soltó una risa nerviosa ante tal idea y se acomodó el cabello por la ansiedad.
- Mi identidad no te incumbe, sólo soy una forastera que vino a divertirse- respondió- por lo que veo vienes del castillo- volvió a añadir.
Escucho como la pelinegra reía pero de la nada el aroma a menta se intensificó y mareo a Elsa.
- Sólo soy una forastera como tú - le respondió la más alta.
Elsa no se tragó ese cuento pero decidió seguirle el juego.
- Entonces que te trae por aquí?-
Y de repente Elsa vió en la sonrisa de la pelinegra dos colmillos, se le agolparon a la mente recuerdos tristes pero agradeció que Honeymaren nunca la marcase, así que ésta persona es el alfa que apesta a menta.
- Vine aquí para encontrarte- le respondió la joven que tenía delante suyo y súbitamente la agarró de la muñeca y la llevo antes que pueda procesar lo que estaba ocurriendo a Elsa le invadió la rabia y le advirtió.
- Estas avisada que si vas a secuestrarme voy a golpearte hasta el cansancio- y se soltó del agarre de la alfa desconocida.
De repente sintió los labios de la alfa mezclándose con los suyos, debía admitir que la sensación era embriagadora pero los alfas son animales egoistas y no tardo en lastimarle el labio con sus colmillos, eso fue algo que la trajo a la realidad así que decidió correr y huir de allí, sabía que su propio cuerpo podía traicionarla cuando se cansó se volteó para ver hacia atrás y no vió a nadie de alguna manera se sintió ¿decepcionada?... No podía ser, no podía fiarse de ningún alfa.

Matrimonio entre extrañas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora