M E A T R A E S ( Finn Wolfhard y Tú)

Capítulo 14

— No te muevas —

Narra Finn:

Me encuentro comiendo papas fritas mientras veo una película de interés propio (Gosthbusters), Millones se había ido a hacer sus cosas, sus hermanos no están al igual que Ava y la señora Brown, prácticamente estoy solo.

Además me siento mejor. Recordando el tema de que Mills y yo por poco tenemos relaciones, se ha comportado como si fueramos novios. Sin embargo no quiero dar el primer paso, muy en el fondo sé que no es lo correcto, pero tengo que enfrentar la situación, esto no está llevando a nada bien.

Por un momento me está dando sueño. Bostezo repetidas veces; ¿no les pasa que justo su cuerpo se pone en su contra debido que en la posición que estén sentados o acostados es simplemente cómoda y relajante dándoles un hormigueo?

Pues a mí sí.

Comienzo a cerrar mis ojos. Cuanto menos empiezo a roncar.

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Siento algo húmedo en el cuello, muevo mi cabeza de lado a lado, llego a sentir cosquilleo, lo ignoro por un momento. Pronto reacciono que son besos, realmente no me quejo. ¡Dios!

Van bajando hasta mi pecho. Suspiro y me besan. Rodean mi cintura con sus piernas. Hay un escalofrío recorriendo mi piel expuesta. Esto no es un sueño, es demasiado real...

Me dejo llevar... Hasta que escucho que susurran en mi oído “No te muevas” me dejó pensando. ¿Quién es? Espera... ¿Podrá ser...?

Cuando recupero la cordura, escucho que el cierre de mi cremallera se baja y tocan mi miembro. De cierta forma me sonroje y a la vez no me gustó. Parpadeo. Sus labios están en mi pelvis.

Abro los ojos acompañándolo de un bostezo. Mi campo de visión se aclara, está por bajar mi ropa interior, la aparto, por un momento pensé que era Cooper y es claramente que es Millie.

— ¡¿Qué estás haciendo?! — me acomodo mi pantalón viéndola desconcertado —.

— Creí que ahora si... — dice frenéticamente —. Querías hacerlo —.

— No — me abotono la camisa. Apartir de ahora no más camisetas con botones —. Ya te dije que no estoy listo y no quiero hacerlo — ella se pone de pie (estaba sentada sobre sus rodillas, a la altura en la que pudiera quedar cerca de mi entrepierna) —.

— ¿A qué le tienes miedo? — coloca sus manos a los costados de sus caderas —.

— Yo... No sé si realmente me gustas — ella suspira —. Sé que te besé, fue por impulso y por dejarme llevar. No quiero confundirme — se sienta a un lado mío —. Te aprecio demasiado, eres mi mejor amiga y eso nadie va a poder cambiarlo pero... — desvío mi mirada —. Si tenemos relaciones no será la respuesta a mi duda — musito —.

— Te equivocas Finn — sujeta mi mentón para verla —. Verás que si es la respuesta... Sólo dejate llevar como la otra vez — se acerca, aprieto mis labios —.

¿Confío en ella o dejo pasar de largo esto?

Todo es demasiado tarde cuando comienza a besarme y nuevamente a desabotonar mi camisa.

Ya no hay vuelta atrás. Sólo espero que Cooper me perdone, que lo que esté haciendo no sea un error.