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-Narra Paulo -
29-1-20
-Venga Paulo debemos irnos ya levanta - me pidió Aitana y me ayudó a levantarme de la cama y yo puse una mala cara debido al esfuerzo que debo hacer para moverme y levantar mi propio peso.
Me medio apoyé en Aitana y en mi amigo y compañero de equipo Juan Cuadrado, que ha venido a ayudarnos a volver a casa.
Estos días Aitana ha estado viniendo a visitarme pero no podía quedarse mucho tiempo debido a que esta en la recta final del embarazo y no debe venir pero ahora vamos a estar los dos en casa, inválidos prácticamente y sin saber que hacer.
Mi madre lleva unos días viniendo unos minutos a visitarme pero nunca me habla, yo la hablo pero ella me ignora o hace que Aitana hable por ella.
Estos días también nos enteramos que Oriana esta bien, y su bebé también pero al parecer el padre de ese niño no se quiso hacer cargo y ella publicó su teléfono y le reventaron el móvil sus fans, vamos que twitter estuvo salseante estos días.
-Venga dale amigo, tienes que firmar esos documentos y ya eres libre- me pidió Juan y yo me acerqué al mostrador para poder firmar los documentos.
Esta mañana el doctor me explicó que pastillas debo tomar estos días para recuperarme cuanto antes.
Debo estar una semana sin hacer nada de movimientos bruscos y un mes sin hacer deporte.
Mínimo no estoy en reposo y puedo salir a andar, moverme con cuidado, pero bueno algo es algo.
Desde el accidente no he vuelto a hablar con Oriana y tampoco lo volveré a hacer, mi mamá tenía razón, voy a ser papá no debo caer en sus trampas.
Fuimos los tres hasta el coche de mi amigo y monté atrás con cuidado e intentando no hacer mucho esfuerzo con el abdomen.
Los dos se sentaron en la parte de adelante y yo me quedé atrás mirando el camino, todavía no puedo levantar mucho los brazos ya que me duele el abdomen, espero que los dolores acaben pronto o no podré cargar a mis hijos en brazos, pero
para eso todavía queda un poco, o eso espero.
- ¿Vas bien? - me pregunta Aitana y yo asiento aún que no pueda verme, estos días se ha preocupado por mi demasiado, se que la he echo daño, la he visto llorar cuando pensaba que dormía.
No hemos vuelto ha hablar sobre el beso y menos nos hemos besado.
Siento pena hacía ella, no creo haber sido bueno, estábamos bien y yo tuve que aceptar quedar con ella por su estúpido intento de hacerme un chantaje.
Llegamos al barrio en el que los futbolistas de la Juventus vivíamos y mi compañero nos dejó en mi casa, le agradecí por ayudarnos a volver a casa y se fue.
