Capítulo 8

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[ A l e s s a n d r o C ]

La miré por un momento antes de volver a recordar a Ross, ¿ella estaría bien?, ¿que le harían esos hombres justo ahora?

—¿Quieres contarme? Haberte contado lo que te dije me libero muchísimo, tal vez para ti sea así—la suave voz de Beatrice me trajo devuelta a la realidad. La miré y tenía una mirada significativa, sabía que no me obligaría a hablar, solamente me quería hacer sentir bien liberándome. Tal vez si le contaba todo dejaría de dolerme tanto.

—Mi prima Rossan...—tragué un doloroso nudo en mi garganta y nuevas lágrimas se acumularon en mis ojos—la secuestraron hace poco. Yo estaba en casa cuando entró una llamada, me pidieron dinero que podía darles pero... ellos querían una vida a cambio de la otra, la mía... fue horrible. Yo no sabía-a que hacer en ese momento, solamente salí de casa, tomé un auto de mi padre y llegué aquí. Mi casa me atormentaba, quería huir y tener un plan para salvarla, algo para salvarnos—cuando termine me di cuenta que estaba llorando de nuevo y Beatrice estaba a mi lado abrazándome.

—Dios... ¿pero por qué no le dijiste nada a tus padres?—susurró intentando tranquilizarme.

—Por que mi madre murió hace mucho y mi padre vive con el recuerdo, no quería verlo sufrir si es que perdía a alguien más—respondí tomando bocanadas de aire y apretando el vaso en mi mano.

—Pero él lo debe de estar ahora, debe de estar buscándote, tal vez no fue buena idea huir—la miré con duda y ella me sonreía con lástima, con dolor, con tantas emociones que pensé que también empezaría llorar.

Y era cierto... no quería que mi padre sufriera más por mi madre, no lo quería ver de nuevo triste, no quería que sufriera, pero estaba yo aquí arriesgando mi vida, cuando él pudo hacer algo mejor, algo más inteligente.

Tal vez algo oscuro se apoderó de mi, el desespero, algo que hasta ahora no había notado... Sabía que había entrado en una crisis, pero tal vez aquello fue lo que hizo que llegara aquí, que dejara a mi padre con la incertidumbre, que Giordana se preguntará si escape o si realmente regresaría a los dos días.

Recuerdo que en una tarde en el colegio me contó por que fue que se había ido, que había sido liberador, que había sentido paz, y que lo volvería a intentar, y tal vez una parte muy profunda analizó sus palabras muy profundo.

—No sé realmente qué hacer—susurre a la nada mientras miraba mis uñas perfectamente pintadas de color esmeralda.

—¿Que podríamos hacer?—.

Levanté mi mirada fruncida mirándola. ¿Realmente acaba de decir que me ayudaría?

—No, no, no, agradezco el té. Pero no quiero entrometerte en mis problemas sé que tienes suficientes—le sonreí suprimiendo el deseo de pedirle que en realidad sí que necesitaba su ayuda, que necesitaba un plan, que estaba perdida. Asustada.

—Pero los míos están resueltos—sonrió devuelta mientras ponía su pálida mano en la mía—. Sé que huiste, y ahora no sabrás como actuar—río débilmente tapándose la boca—Lo lamento, me refería a qué tal vez juntas crearemos alguna forma para salvar a tu prima, en equipo...

—Dios mío... Estoy tan agradecida contigo Beatrice, realmente me siento como un pequeño punto inexistente en un gran lienzo—recordé los cuadros que hace mucho tiempo–parecía ser que fue en otra época–había dejado mis cuadros en el cuarto destinado para relajarme y tan sólo pintar el arte de mi día a día.

—Ahora hay dos puntos—. Beatrice río y solté una risa.

Alguien tocó la puerta con un golpe seco y las dos brincamos en el pequeño sillón.

—¡No que habías salido a tomar aire unos minutos!, ¡mueve el culo que los hombres esperan!—la voz chillona de alguna mujer se escuchó enojada.

—¡Ahora voy!—gritó devuelta la rubia.

Abrí mis ojos sorprendida mientras miraba hacia la puerta y hacía Beatrice.

—¿Realmente no te obligan?—susurre mientras apretaba su mano bajo la mía.

—Oh no, pero el dinero es bueno y como dije lo necesita mi madre y mi hermana—suspiró resignadamente y se levantó para caminar de un lado a otro.

—Algo bueno...—rascó su cabello mientras veía al piso—Tenemos que planear algo, algo que sea mucho más grande, algo bueno...—me miró como si tuviera la respuesta tan cerca—Dices que ellos buscaban dinero... pero después te amenazaron con tu vida, ¿no?—me miró esperando la respuesta con la esperanza ante sus ojos.

—Si... pero como digo—me interrumpió levantando su mano hacia mí.

—Él podría ayudarnos, realmente lo hará. Sé que tiene un fuerte lazo con mi Jefe, sé que está metido en cosas muy turbias—apretó sus manos y me pregunté ¿quien podría ser esa persona?, ¿si esta metido en cosas turbias sería bueno su ayuda?, ¿pero y si..?—Él fue el que me ayudó a solamente bailar, realmente nos ayudará—sonrió ampliamente con un brillo en sus ojos que me hizo fruncir el ceño.

—¿Pero cómo?, ¿y si decide ayudarlos? No estoy segura que sea una buena idea si es que dices que está metido en cosas malas, no lo creo, algo me dice que no—Realmente sentía tantas cosas que me era difícil identificarlos todos, pero algo mucho más intenso me gritaba peligro, corre, pero otra parte estaba desesperada, que gritaba arriésgate, sin embargo la desesperación dejaba ver todo como una buena idea.

—No, confía en mí, él sabrá que hacer, estoy segura. He hablado con él un par de veces y realmente no es lo que parece, Alessandro nos ayudará—sonrió sin darse cuenta que soltó el nombre del hombre que parecía ser la única persona que me ayudaría, ¿Alessandro podría salvarme?

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cerezaytristeza

Él es más que un chico malo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora