Caminando Sobre Un Mundo Muerto

La Salida Facil

Cuando dimos los primeros pasos se sentía como si la tierra estuviese hecha por masa y agua turbia, las vistas eran hermosas y devastadoras, tristes y solitarias como  los arboles que quedaron  enterrados con  forma de una mano intentando salir de toda esa tierra y muerte que los tenia asfixiados.

El aire era sumamente gris y verdoso, pesado y nublado, pero no había de otra, teníamos que abrirnos paso a través de lo que quedaba de nuestra civilización.

La radiación aun es muy fuerte pero confió en que el traje y la mascara me proteja por al menos lo que me quede de vida o de tiempo acá afuera, hay veces que no se puede ver nada y el silencio es tanto que lo único que se oye es el aire recorriendo nuestros cuerpos y nuestra respiración constante y agitada.

No conocía lo suficientemente a ningún miembro del equipo para animarme a hablarles, así que en ese momento  solo me concentre en observar y recopilar información de este oscuro y muerto mundo, por lo poco que mis ojos llegaron a  ver puede identificar una especie de iglesia o edificación al otro lado de una pequeña colina.

Rápidamente nos preparamos a ir hacia ella para ver que era lo poco que abría sobrevivido allí.

Lo que allí encontramos dejaría a cualquier hombre con la piel pálida y pesadillas por el resto de su vida, no era nada mas y menos que una gran cantidad de cadáveres en el piso con la cabeza destrozada y sus cuerpos derretidos y putrefactos.

—¡O mierda pero que diablos paso aquí!— Exclamo uno de los miembros que recién entraba a la iglesia.

—Maldita sea parece como si algún gusano gigante los hubiera devorado —dijo con disgusto el capitán del equipo.

Revisando los cadáveres encontré lo que parecía ser una escopeta de cañón doble y una pequeña caja de balas junto a una hoja hecha cenizas.

—Oigan vean esto...creo que decidieron suicidarse al ver lo que se venia— les dije con un nudo en la garganta.

—Rayos, al parecer no corrieron la misma suerte que nosotros—.

—¿Y que haremos con ellos?—les dije mientras miraba las paredes manchadas de barro y sangre.

—No lo se, ¿acaso quieres hacerles un cementerio?— me respondió en un tono sarcástico.

—Es lo mínimo que podemos hacer por ellos—.

—No tenemos tiempo para esto, nuestra misión es investigar no trabajar en la morgue—.

En ese momento supe que no me llevaría bien con el capitán, tenia ganas de soltarle un puñetazo en la cara.

—¿Y si los quemamos?— pregunto el soldado de apoyo.

—Esta bien maldita sea, solo perdemos tiempo aquí dentro—.

—Si tu acabes así ¿no quisieras que al menos te den una despedida digna?—le respondí mientras se alejaba por los escombros.

En ese momento no dijo nada y solo se dispuso a darnos la espalda, así que junto a los otros soldados acomode y reuní cada uno de los cuerpos que allí se encontraban.

Tomamos un poco de carbón que guardábamos para calentar pequeñas cantidades de agua y acto siguiente el soldado de apoyo les prendió fuego.

Era una imagen cruel y un tanto siniestra, pero de eso a que sus cuerpos quedaran derretidos y destrozados era por lo menos, una pequeña muestra de respeto.