𝐅𝐀𝐋𝐋𝐈𝐍' 𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑 ✿【JunHao】✿

✿【1】✿

— Jun ¿Dónde andabas?, la fiesta empezó hace media hora. — JeongHan alargó todas las vocales, sonando estúpidamente ebrio.

Joshua lo sostenía de un brazo, mientras el rubio mantenía una botella de cerveza en la mano.

— ¿Estás nervioso? No te preocupes, Hao tampoco ha llegado— El estadounidense lo relajó.

Había pasado dos horas frente al espejo buscando qué ponerse y comprando un regalo para SeungKwan ya que era este el que cumplía años.

Se hizo novio de Vernon hacía poco tiempo y era normal que aún no hayan querido irse juntos. Como el mestizo vivía solo no fue complejo celebrar allí.

No invitaron personas fuera de su círculo, sin embargo, el ruido por doquier y la melodía alta mezclándose con las feromonas de tantos alfas, omegas y betas ya lo estaba mareando.

Ayudó a Vernon y el resto de chicos con la decoración y voló al departamento para cambiarse. Seguía con la mirada a la puerta y Joshua le avisó que iría con JeongHan a una habitación, no le sorprendía que tuvieran su pequeña burbuja, eran pareja y el estado del omega lo hizo suponer que antes de la acción se dormiría. Así era él, un perezoso completo.

— Aquí estás. — Una dulce voz lo alertó.

Lo reconocería hasta con los ojos cerrados, era una belleza difícil de olvidar, ¿Quién en sus cinco sentidos superaría a Xú MingHao? Nadie, de eso estaba convencido.

— ¿Me buscabas? — Preguntó en tono seductor.

En medio de sus monólogos y por las dos mil cachetadas que le pegó SeungKwan se grabó en la mente que debía estar sereno, firme y con el orgullo en alto. Era Wen JunHui, maldita sea, ¿Cuándo inclinaba la cabeza? ¡Jamás! Además, su atractivo principal era el ego que se cargaba, solía exagerar en broma con ello pese a que era bien sabido que su confianza se destruía cuando el chino aparecía, pero qué interesaba, era una velada estupenda.

— Sí, es que... Tu saco— Señaló la prenda en sus manos.

— Oh, eso. Sigo lamentando el accidente, perdona, MingHao. — Se disculpó formalmente.

¿Accidente? ¡Claro que no! Estuvo recorriendo el edificio donde estaba el pelinegro como un vil idiota para simular un encuentro casual y hablarle. Fue obligado por JiHoon, pero no imaginó que se chocarían. El destino los quería pegados o confirmaba que Jun era especialmente torpe... Prefería no saberlo.

— Ya te dije que no fue nada, Jun. — Sonrió amablemente.

Sus mejillas teñidas de rojo, la ropa cara y el estilo en el cielo inundaban su joven corazón. Estaba ciertamente estúpido por él, ¿Cuándo podría notarlo? Ojalá que nunca, porque el rechazo lo aterraba.

— ¿Me acompañas a guardarlo?

— ¿Vives con Hansol? — Sus orbes se abrieron como platos.

— No, somos buenos amigos. Él tiene cuartos de sobra, me permite guardar mis cosas, no se enfurecería. Mi departamento está a unos minutos. — Informó esto último como dato innecesario.

— Ya veo... Debe ser duro acostumbrarse a la soledad.

Subieron las escaleras sin romper el hilo de la conversación. Incluso la música se bajó, como si el ambiente deseara que permanecieran envueltos en sí mismos.

— No me siento así, en lo absoluto. Sí, llegué a Corea persiguiendo mi sueño, pero no me aterrorizó empezar de cero y conocí a los chicos, ¿Qué mejor que eso?

— Yo llegué hasta hace poco... — Comentó rascándose la nuca— ¿Te molesta si charlamos en chino? No hay nadie con quien pueda conversar en mi idioma natal y tú eres el único que...