✿【2】✿

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Estaba aterrado, jamás en su vida como alfa habría sido capaz de hacer algo como eso.

Aunque su cabeza le repetía que no, sus impulsos decían otra cosa, JunHui estaba con las copas elevadas y no sabía cómo detenerse, no podía. El instinto de reproducción pulverizó cualquier rastro de cordura que llevaba y sus poros emanaban las fuertes feromonas de un macho poderoso. Porque sí, pese a que se comportaba desinteresado de su entorno la mayor parte del tiempo él era un hombre sumamente imponente.

MingHao se retorcía impaciente, tanteando con sus largos dedos los brazos de JunHui. Estaba en ropa interior y sin quererlo rasgó las prendas del contrario

De alguna manera, cuando estaban juntos algo en su vestimenta se arruinaba.

A Jun le gustaba ese hecho.

— Hao, me gustas. — Confesó mareado.

— Demonios Wen, no pares. — Exigió cuando la boca del alfa invadió su tez.

Besó sus labios, dejándose llevar por la adrenalina del beso. Se imaginó el primer encuentro de un modo distinto, con ternura y afecto. ¿Qué importaba? Lo tenía a su favor y no procesaba información, seguía jodidamente ebrio.

El calor era una molestia, JunHui no se midió y arrinconó el delgado cuerpo de MingHao contra el colchón, subiéndose encima de este, capturando los belfos carmín y esponjosos del chino. Jugueteaba con sus pezones rosados, haciendo círculos y halándolos a su antojo.

Hao cedía al tacto ajeno como si perteneciera a la persona correcta. No solía ser impulsivo, pero con su celo y un Dios griego como JunHui pensarlo se le hacía imposible.

Era como un niño, inclinando sus caderas al frente para rozar sus miembros, estaba desesperado, sediento y dispuesto a cualquier reto con tal de recibir un mínimo de atención.

Jun bajó sus besos al abdomen plano del omega, mordisqueando a su paso cuanto pudiera. Al menos así, en un par de días sabría que MingHao aún lo mantendría en sus recuerdos de carne y hueso. Era suyo, lo sentía como propio, como su pareja; su otra mitad.

Supuso que no era suficiente por lo que su mano rodeó el pene de MingHao, masturbándolo de una manera tortuosa. El omega casi podía ver las estrellas, blanqueando sus ojitos brillantes, guiando a JunHui con el contacto desenfrenado.

— No... No voy a resistir. — Tartamudeó lubricando su entrada.

— Hazlo, MingHao— Ordenó el alfa.

Su voz era un orgasmo auditivo, Hao creyó que caería y sus piernas no responderían un segundo. Agradecía estar en la cama y no de pie, porque si fuera el caso estaría en el suelo, a merced de Jun.

Obedeció siendo bueno. Oh, sí, él quería ser bueno, quería complacer a su alfa; darle lo que pedía si este se lo susurraba de ese modo suave y demandante.

La esencia blanca mojó la mano de Jun y se cohibió de lamer el líquido para apurarse a dilatar a MingHao. Honestamente, se hallaba duro como una roca y no aguantaría las ansias de tenerlo.

— Dolerá un poco, ¿Bien? Confía en mí, no te haré daño— Rogó al omega.

— S-sí, yo... ¿Puedo abrazarte? — Musitó jadeando, aferrándose a los hombros de Jun cuando él se lo permitió.

Un dígito, luego dos... Perdió el lapso del tiempo, el escándalo de afuera, la situación... Eran él y el chico del cual llevaba enamorado meses.

— Estoy listo. — Chilló inquieto— P-por favor, JunHui...

¿Había mejor caos que Xú MingHao? No, para él no.

𝐅𝐀𝐋𝐋𝐈𝐍' 𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑 ✿【JunHao】✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora