Único

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—¿Que tu quieres qué?

El brujo rodó los ojos, claramente había visto venir aquella respuesta y no le sorprendía, pero lo hacia sentir un tanto frustrado. Doyoung nunca cambiaba.

—No lo digas como si te hubiera pedido una pluma de las alas de tu padre bañada en la sangre divina de Jesucristo, solo quiero que vayas a una cita. No es tan dramático.

Doyoung alzó una ceja, su mirada cargada de incredulidad, ¿En serio Ten acababa de llamarlo dramático? ¿A él? Le daban ganas de burlarse por su hipocresía, pero lo dejó pasar rodando los ojos también y yendo al punto que verdaderamente le importaba.

—Dijiste citas, en plural.

—Bueno, si. Citas. Tengo unos cuantos amigos interesados en ese culito celestial tuyo.

—Primero, ew, no vuelvas a llamar Celestial a ninguna parte de mi cuerpo —señaló, alzando un dedo y vio como Ten abría la boca para hablar, pero le chistó y siguió, alzando otro dedo—. Segundo, no.

Ten golpeó la mesa con las palmas y jadeó con algo parecido al enojo, pero no estaba enojado. Doyoung lo conocía bien y sabía que se trataba de otro de sus actos teatrales que usaba para enredarlo y convencerlo de hacer algo que no quería. A veces se preguntaba si todos los brujos eran iguales de dramáticos que él.

— ¿Por qué no?

—Porque ya me has presentado amigos antes y nunca ha salido bien.

—¿Cuando vas a superar lo de Jun?

—¡Me intentó matar! ¿Cómo superas eso?  Y no hablaba de él, hablaba de Baekhyun.

—En mi Defensa, no sabía que Baek es una Banshee —Ten alzó las manos y se encogió de hombros, antes de apoyar los codos sobre la mesa y juntar las manos con un gesto suplicante—. Por favor, Dodo, te prometo que esta vez no habrán episodios como esos.

—No, preséntales a otro. Oí que Jihoon busca pareja.

—Ellos no quieren a un brujo enano y gruñón, te quieren a ti. Además, puede que Jihoon ya haya conseguido a alguien.

—¿Ah, si?

—Si, pero eso no es el punto. El punto es que estoy aquí tratando de ser un buen amigo para ti...

Doyoung, que se había levantado para hacer café, se volteó y apoyó la cadera contra la repisa de mármol, cruzando los brazos y alzando una ceja. No podía creerle del todo, Ten era un buen amigo, pero no de la manera que cualquiera esperaría, y su repentino acto de "filantropía" solo lo hacía sospechar de que el brujo en realidad tenía otra cosa entre manos. 

—¿Y cómo es que me conocen? —preguntó con sospecha, porque si había algo seguro era que él muy poco solía interactuar con los amigos de Ten.

—Te han visto por ahí, no sé. Probablemente en la Universidad o en la librería. No sé qué es lo que pasa con ellos, pero por alguna razón todos se sienten atraídos por tu-

—No digas culo Celestial.

—Carita de Ángel —concluyó el brujo, mostrando todos los dientes de forma retadora—, ¡anda!  Puede ser divertido, además que todos mis amigos son  guapos y no has salido con nadie desde Jungwoo.

Todo aquello le generaba desconfianza, había algo dentro de si que le advertía que eso no era todo. Conocía demasiado bien a Ten (llevaba viviendo con el brujo tres años después de todo), y sabía que, incluso cuando parecía estar más interesado en su vida sexual que en la propia, nunca traía el tema de Jungwoo a colación a menos que de verdad quisiera convencerlo de algo.  Doyoung lo miró con los ojos entrecerrados por unos segundos, sopesando la idea en su cabeza y preguntándose si realmente valdría la pena.

Break my bones (and all my rules) ➷ JaeDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora