¿Qué tiene Kirishima?

Derechos de Autor: Obviamente, los personajes de esta historia no son míos, sino que pertenecen a  Kōhei Horikoshi, yo solo los tomo prestados para nuestra diversión. 

Género: Romance y comedia

Advertencias: No, no hay lemon jaja

Espero que les divierte tanto como a mí me divirtió escribirla !!

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Manoru Mineta era un pervertido, un verdadero pervertido que añoraba el contacto femenino. A veces encontraba el apoyo perfecto en su amigo Denki Kaminari, a veces debía enfrentarse solo a la vorágine de atacar las habitaciones de las chicas en los dormitorios de la escuela. Nada lo detenía en su intento por colmar de caricias el cuerpo femenino, ni las puertas cerradas con llave, ni las ventanas colocadas a una altura considerable. Ni las golpizas por parte de sus compañeras de clase, ni las cachetadas por parte de desconocidas, ni las sanciones por parte de los profesores. Nada. Absolutamente nada podría detenerlo. Sin embargo, esto podía ser considerado una virtud.

Al estar tanto tiempo observando detrás de algo, escondido entre las sombras de los deseos oscuros que tenía con relación a sus compañeras de clase y mujeres en general, había desarrollado una gran capacidad: la observación. Mineta era muy observador y sus ojos podían ver a distancias desconocidas, sus oídos eran extremadamente sensibles a las voces de féminas y su tacto tan desarrollado que parecía que podía tocar un pecho a distancia. No era un simple pervertido que soñaba con ser héroe sólo para aplacar sus deseos de perversión, sino que era el aspirante a héroe más pervertido de toda la Academia de Héroes. Era el mejor de todos cuando de acosar se trataba. Así fue como notó una verdad que estaba a la vista de todos y que todos tomaban con una naturalidad que le fastidió por sobremanera.

Todo comenzó cuando un día vio como una juntada de estudio, sólo de chicas, lo incluía a él. Sí, un chico en medio de una reunión únicamente de chicas. Un chico rodeado de mujeres en pijama estudiando para el examen del día siguiente. No lo podía creer, era simplemente inaudito, una abominación, una burla para sus paupérrimos ideales. Pero no se conformó sólo con saber que un chico había sido invitado, tuvo que acercarse lo más posible a la habitación de Mina, dado que era allí donde se juntarían a estudiar, acercar su oído completamente desarrollado para escuchar esa voz dentro de la habitación. Podía sentir como los pechos de las jóvenes podían ser acariciados a distancia por sus dedos, pero un par de pectorales se le interponían. ¿Cómo era posible que eso estuviera pasando? ¿Cómo era posible que él, Eijiro Kirishima, tuviera el placer y el honor de acompañar a las chicas? No era justo, la vida no era justa con él.

Kirishima siempre se mostraba con una actitud muy masculina, siempre era fuerte, valiente, se esforzaba por ser un héroe digno de admirar, musculoso, atlético, era todo lo alejado de un cuerpo femenino con rasgos distintivos. ¿Entonces por qué le dejaban estar cerca de ellas? No lo entendía, simplemente no lo entendía. Lo peor es que todos actuaban de la forma más natural mientras el idiota pelirrojo pasaba sus días de estudios repartidos con aquellas jóvenes. ¿Cómo lo hacía? ¿Cuál era su secreto?

Sin contratiempos, se acercó a su compañero de clases, esperando tener la complicidad masculina de la que muchos hablaban. En la zona común de su dormitorio, alrededor de la mesa redonda, aprovechando la ausencia de sus compañeros de clase, se acercó al joven que leía un manga, o eso parecía, y decidió dar inicio a su plan infalible.

— ¡Hola Kirishima! —le saludó con una energía desmedida.

—Oh, hola Mineta. No te había escuchado llegar —contestó eel joven contrario sin saber que estaba a punto de ser víctima de los pensamientos perversos de su compañero.