1. La chica del Nilo

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A Jennie siempre le tranquiliza pasear por la orilla del Rio Nilo, el calmante oleaje de las aguas turquesas la hacían perderse en un nuevo mundo, escapar de su realidad, allí solo era ella, ella consigo misma, sin nadie ni nada que la entorpeciera. El ambiente en el palacio estaba tenso, el padre de Jennie, el faraón de Egipto estaba muy enfermo lo que significaba que su hermano tendría que tomar el mando.

Siempre que podía iba al Nilo junto a su dama de confianza, Joy. Cuando llegan allí Jennie le da permiso a Joy para ir al pueblo si es que quiere, así puede estar sola. Joy era como su mejor amiga, cuando fue designada como su dama de confianza eran solo unas niñas, pero Jennie nunca la trato como una sierva, era ridículo pensar que una niña podía ser una sirvienta.

Ese día como de costumbre la morena recorría a paso lento por la orilla del rio, su vestido blanco y peluca negra se movían levemente debido a la mínima brisa que había, Jennie cerró los ojos alzando su cabeza hacia el cielo, ese momento de serenidad era lo que amaba. Pero esa tranquilidad se rompió cuando sintió una brisa rápida pasar a su lado, abrió los ojos viendo como una chica corría rápidamente adentrándose al rio sin importarle nada, Jennie solo la siguió con la mirada. La chica comenzó a hundirse lentamente hasta el agua tocaba su cintura, su respiración era rápida pero parecía no tener ni la más mínima idea de lo que hacía, Jennie aun la miraba, tenía curiosidad, la chica seguía dándole la espalda mostrándole a la morena su blanca espalda y su peluca con joyas colgantes. La mujer estuvo así unos minutos como si pensara en algo, luego prosiguió a continuar hundiéndose, en ese momento Jennie se alertó, la chica avanza hacia la parte más honda del rio, obviamente no planeaba hacer algo bueno.

— ¡Oye! — grito la morena, pero la chica no se inmuto. Jennie miro a todos lados, no estaba Joy, no había trabajadores cerca ¿Qué podía hacer? Las aguas del Nilo ahora estaban en el cuello de la chica y Jennie comenzó a entrar en pánico, estaba a punto de presenciar un suicidio. Sin importarle nada se quitó sus sandalias y se adentró en rio poco a poco, las aguas además de ser muy hermosas eran bastante tibias por lo que perfectamente podría estar allí todo el día.

La chica sintió que alguien se aproximaba por lo que rápidamente se hundió completamente, Jennie se apresuró en alcanzarla pero esta se encontraba bastante alejada de ella, la chica ya tenía unos minutos de hundida pero aún se alcanzaba a ver la coronilla de su peluca, eso le dio un poco de esperanza. Una vez que la alcanzo la tomo de su brazo alzándola, la chica seguía consiente pero muy débil. Jennie la puso sobre su espalda sujetando sus brazos con sus manos y como pudo comenzó a avanzar hacia la orilla.

Cuando finalmente llego a la orilla la puso sobre la tierra y se sentó a su lado sacudiéndola. Se tomó el tiempo para mirarla con detención, era una chica de unos diecisiete años, tenía facciones muy linda: cara delgada, nariz respingada, labios carnosos, su cuerpo era menudo y tenía una buena figura. Perfectamente podría ser una reina. Jennie quedo inmediatamente encanta con la belleza de la chica, no se imaginaba que podía ser lo que la hizo querer acabar con su vida. Con cuidado saco la húmeda peluca negra de la cabeza de la chica dejando caer el largo y sedoso cabello rubio.

—Realmente es preciosa. —susurro en voz baja. Se limitó a observar la peluca, tenía muchas joyas y piedras preciosas incrustadas. —Debe ser noble— susurro nuevamente.

La chica comenzó a quejarse y moverse lentamente. Jennie se incorporó dejando la peluca a un lado, la mujer comenzó a tomarse su cabeza mientras se levantaba lentamente. La morena la seguía con la mirada.

—¿Qué me paso? —pregunto. Miro a la chica que tenía enfrente, Jennie la miro con sus ojos felinos y el maquillaje corrido.

—¿Qué te paso?—soltó enfadada, la chica gacho su cabeza. —Que audacia, venir hacer eso al Rio Nilo y ante los ojos de los dioses. — La chica permaneció con la cabeza gacha mientras jugueteaba con sus dedos. —¿Quién eres?

The Nile River; CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora