ᴛᴡᴇɴᴛʏ ɴɪɴᴇ: ᴇɴᴛᴇʀɪɴɢ ᴛᴏ ʜᴇʟʟ

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(Dos días atrás)
Oscuridad. Era la única palabra con la que se podía describir en donde se encontraba Jane. La cabeza aun le dolía, y sabia que estaba sangrando. Se pasaba las manos por la cabeza y sentía un liquido. Miraba su mano, y la veía con bastante sangre.

Por el golpe, habia perdido fuerzas. Aun veía borroso, aunque tampoco es que podía ver mucho desde el baúl de un carro. No tenía mucho espacio para moverse, y aunque lo tuviera, no podía hacer mucho tampoco.

Luego de muchos minutos, el carro se detuvo. Desde el carro escuchaba murmuros, y al segundos pasar, se hacían mas fuertes los mismos. Abrieron el carro y se encontraron con Jane, quien tenia una cara llena de terror.

Los hombres tomaron con fuerza las manos de Jane, y estas las amarraron con una soga. Sus muñecas se comenzaron a poner rojas de tan apretadas que estaban amarradas.

- ¿Que mierda quieren de mi? No e hecho nada malo. -Pregunto Jane empezando a forcejear con uno de los hombres

- No hagas fuerza si no quieres ser mas lastimada. -Le advirtió un de los hombres

- ¡Suéltenme! -Grito Jane haciendo mucha mas fuerza para intentar salir de los brazos de uno de los hombres

- ¡Haz silencio! -Le pidió un hombre

- ¡No! ¡Hasta que me expliquen que cojones hago aqui! -Le grito Jane

- Te lo advertimos. -Le contesto el otro hombre mirando hacia atrás

Otro hombre entro a donde estaban Jane y los otros hombres. Venia con una inyección, y venia directamente a Jane. Uno de los hombres tomo a Jane de la boca, evitando que gritara. Otro de los hombres tomo a Jane del cuello, y la estiro lo suficiente para que fuera mas sencillo para inyectar a Jane.

Jane sintió un pinchazo y después de unos segundos empezo a ver borroso nuevamente. Eventualmente se desmayo.

Minutos o horas después, Jane despertó. O mas bien empezo a despertar, su visión aun estaba borrosa. Una vez se aclaro, comenzó a notar en donde estaba.

Era un cuarto oscuro. Sin ventanas, sin nada. Empezó a mirar a su alrededor y se dio cuenta que estaba atada una silla. Sus brazos y piernas estaban amarradas a la silla. Intento mover sus labios pero ahí sintió que tenia algo en los labios, una especie de cuerda que impedía que Jane hablara.

Empezó a forcejear con sus manos para intentar soltarse de la silla, pero estos intentos eran en vano. Sus manos estaban amarradas muy fuerte, al igual que sus pies. Intento gritar pero era imposible, pues la cuerda no la dejaba.

Unas pequeñas lagrimas comenzaron a paseaban por sus mejillas. El terror empezo a inundarla, empezaba a temblar y a desesperarse por salir de ahí.

En eso unas puertas comenzaron a abrirse. Empezó a entrar mucha luz al cuarto, tanta que pudo ver un poco mas del cuarto. Dos siluetas comenzaron a aparecer, aunque no les podía ver la cara. Jane sentía que su corazón se le saldría por la barriga.

Estos hombres se dirigieron a los laterales de Jane, sin decir una sola palabra. Jane los miraba con terror, no sabia que esperar de ellos. En eso, entro una silueta familiar. Esa persona cerro la puerta detrás de el. Prendieron una luz del cuarto, y Jane pudo verle la cara al hombre.

- Quitenle esa mierda de la boca. -Pidió este hombre

- ¿Teodoro? -Pregunto Jane

- Hola, Jane. -Le contesto Teodoro

- ¿Porque? -Le pregunto Jane comenzando a llorar

- Veras, no puedo ir a la cárcel. Supongo que no querrás que Carla y Polo vayan también a la cárcel. -Le contesto Teodoro agachándose para estar al nivel de Jane

- Y si te digo que, me importa un carajo lo que les pase a ti y a ellos. -Le dijo Jane pegándose a la cara de Teodoro

- Jane, somos casi de tu familia. Te vimos crecer, ¿no te importa? -Le pregunto Teodoro

- Fíjate no, porque tu y tus amiguitos casi matan a mi hermano. Carla me miro a los ojos y me dijo que no sabia porque querían matar a mi hermano. -Le contesto Jane

- ¿Estas dispuesta a traicionarnos? -Le pregunto Teodoro

- Ustedes me traicionaron primero. -Le contesto Jane

- Lamento decirte que, desgraciadamente, no podrás tener tu venganza. Ya que, no veras mas la luz del sol. -Le dijo Teodoro para levantarse

- No me puedes tener aquí para siempre. -Le contesto Jane

- ¿Quien puede detenerme? Tus padres ni si quiera están en España. ¿Tu novio? Ese no va a aparecer, solo te quiere por tu cuerpo seguramente. Tu amiga esta, Rebeka, es una pandillera que seguramente tampoco le importas. No tienes a nadie. -Le dijo Teodoro

- Eso no es cierto. Ander se preocupa mas por mi, mucho mas que mis padres. -Le contesto Jane

- ¿Y donde estaba cuando te secuestraron? ¿Donde esta ahora? -Le pregunto Teodoro

- No lo se, deberías preguntarle a estos dos. -Le contesto Jane mirando a los hombres a sus lados

- Sabes que, digas lo que digas, no saldrás de estas paredes. -Le dijo Teodoro

- No quiero morir aquí. -Le contesto Jane comenzando a llorar

- ¿Quien te manda a intentar abrir la boca? Tu sola te metiste en estas cuatro paredes. -Le dijo Teodoro

- Te odio. -Le contesto Jane

- Chicos, tienen libertad de hacer lo que quieran con ella. Pero, la quiero viva. -Les dijo Teodoro mientras salia del cuarto

Las puertas del cuarto se cerraron dejando a Jane sola junto a los dos hombres misteriosos. Jane se limitaba a mirar hacia el frente, no quería ver las caras de estos hombres ni las expresiones que pudieran estar haciendo.

En eso, comenzó a sentir como un mano paseaba por su cabeza. Esa mano paso por su cabello, rostro y termino en el cuello de Jane. Uno de los hombres se paro frente a ella, con su mano en el cuello. Miraba con detalle el cuerpo de Jane.

Jane comenzó a llorar porque ya se imaginaba lo que venia. Cerro sus ojos e intento imaginarse en un sitio mejor. Comenzó a sentir la mano del hombre bajaba del cuello a su pecho, manoseando todo lo que estuviera en el camino.

- Nos vamos a divertir mucho, Jane. -Le dijo el hombre comenzando a sonreír

LIES | ÉLITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora