❤️[RayEmma] The Promised Neverland ❤️

Capítulo 7: Parte 2/ Secretos

Notas: Gracias por la espera, abajo les explico todo. Disfruten el capítulo.

❤️Los sentimientos apestan❤️
Parte 2: Secretos

Yuugo muy pocas veces se sintió tan escéptico como esa vez. Pero no era para menos, sentía como si alguien le estuviera observando de lejos. Examinó todos los lados de la zona pero no vió nada sospechoso, aunque el sentimiento del asecho no desapareció no le dió más importancia. Se encogió de hombros y caminó relajadamente hasta la parada del autobús.

Ese mismo momento aprovechó Emma para salir de su escondite detrás de un buzón. Cruzó la calle y se acercó más al edificio donde vivía su amigo y vecino. La mochilla que cargaba era algo pesada, le molestaba un poco los hombros. Golpeó la puerta varias veces. Afortunadamente el tío de Ray ya se encontraba lo suficientemente lejos para darse cuenta de su presencia.

Golpeó una vez más la puerta ya que nadie le abrió. Iba a golpear una tercera vez, cuando oyó el silbido de alguien provenir de arriba. Subió el mentón rápidamente y se topó con la negra mirada fija de su amigo, ligeramente recostado sobre el alféizar de su ventana. 

—Hey...

—¡Hey!

Ray tenía una expresión persistente y aburrida. No se movía de su lugar, así que Emma se aclaró la voz y dijo amablemente— ¿Podrías abrirme la puerta? Hace frío aquí afuera, ¡brrr~!

Ray suspiró pesadamente y asintió. Entró nuevamente adentro mientras la pelirroja aguardaba segundo a segundo allí afuera. Estaba ansiosa y muy nerviosa, desde la última vez que no les hizo una visita a sus amigos. Quería saber qué tal se portaban. Sabía que estaban bien, Ray se lo había dicho por teléfono, pero no era lo mismo escuchar que ver.

Se espabiló cuando la puerta de enfrente se abrió. Ray todavía usaba el piyama y se notaba que se tomó una ducha porque su cabello estaba mojado. Incluso así aparentaba tener algo de sueño, probablemente por dormir muy tarde.

—Hola, Ray...— saludó Emma, con una sonrisa enorme y brillante.

Ray no sonrió.

—Buen día, Emma. No te esperaba hoy.

Había pasado una semana desde la última vez que Emma estuvo allí. Sinceramente no esperaba verla tan pronto, y que bueno porque su tío había estado muy gruñón por el "pequeño" incidente de la última vez. Juró no volver a dejar solos a esos dos, de lo contrario podrían matarse entre ellos. No eran una pareja dispareja, es solo que a su tío no le caía bien la chica que supuestamente era la amiga que lo mal influenciaba.

Salió de sus pensamientos cuando Emma le lanzó una pregunta.

—Oye... ¿Que te pasó en la cara?

Ray no entendió a que se refería, hasta que recordó el detalle por el cual no había abierto la puerta enseguida. Trató de taparse mejor la cara con el flequillo, pero Emma no era boba y se había percatado de aquel morado en su ojo.

Dió media vuelta y murmuró algo de "cierra la puerta". Caminó adentro y Emma lo siguió por detrás. Ella seguía repitiendo la misma pregunta pero Ray no respondía, lo que la hizo preocuparse más. El moreno se detuvo más arriba de las escaleras, para decirle la verdad a medias porque no quería que ella lo malinterpretara todo.

—Me golpeé con la puerta— murmuró bajito.

—¿Que? ¿"Te golpeaste con la puerta..."?— parpadeó dos veces— ¿Cuando?