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Me encontraba de camino a mi complejo con el informe conmigo.

Me había tardado más de lo esperado ya que tuve que registrar el arma de mi padre a mi nombre.

El oficial también me dio algunos consejos sobre el arma.

En parte me sentía muy feliz de saber que mi padre no mato al padre del chico que me gusta.

Pero mis pensamientos fueron interrumpidos por una llamada

Llamada

-Hija- escuche el sollozo de mi madre

- ¿Estas bien? – me preocupe rápidamente

-Tu padre desapareció- dijo mientras lloraba fuertemente

- ¿Cómo? -pregunte preocupada

-Dijo que iría a comprar algo y ya son tres horas desde que se fue. Antonio fue a buscarlo, pero no aparece- lloro mas fuerte

-No llames a nadie y quédate en la casa. Intentare buscarlo- dije segura

-Si- dijo y corto la llamada

Fin de llamada

Rápidamente llame a Marcus, pero no me respondía.

Cambié de rumbo y fui a su casa en donde él había planeado todo.

Conduje cómo una loca hasta que llegué.

- ¡Papá! - grite mientras golpeaba la puerta

-Dios tranquila- abrió la puerta un Marcus relajado

- ¿Dónde esta mi padre? – pregunte temerosa

-Entra- se hizo hacía un lado y rápidamente entre buscando a mi padre

Él estaba golpeado en el sofá mientras sus ojos estaban cerrados.

En segundo saque mi arma y lo apunte a la cabeza.

-No te acerques- lo mire enojada

-Primero baja el arma- comentó calmado

-Golpeaste a mi padre- respondí enojada sin bajar el arma en ningún segundo

- ¡Que bajes el arma! - grito sacando un arma de su espalda

Ahora éramos solo nosotros apuntándonos a ver quien disparaba primero

- ¿Por qué? - solloce mientras miraba a mi padre golpeado

-Baja el arma y hablaremos civilizadamente- su mirada era de enojo

- ¿No podíamos solo querernos? - limpie una lagrima traviesa

- ¿Por qué entraste a esto? - su mirada era de confusión

-No entre en nada- solloce más fuerte

- ¿Por qué quieres lastimarme? - me aleje un poco mientras lo seguía apuntando

-No quería lastimarte Eleonor al contrario quiero amarte, pero todo duele en esta vida y nada es fácil- comento acercándose a mi

-Mantente lejos- seguí caminando de espalda por la sala

-Veo que conoces muy bien mi casa- sonrió mientras seguía apuntándome

-Sube a la habitación que visitaste la última vez- comento completamente serio

En todo el trayecto nuestras armas apuntaban a nuestra frente.

Volví a encontrarme con toda esas escenas que miré aquella tarde.

Amor en la CocinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora