Al nacer la hija de Afrodita, Hemna, ésta le da un don. El don de la belleza y el encanto, pero, ¿Qué pasa cuando los tres grandes, Zeus, Poseidón y Hades, caen rendidos por su belleza?
Tras una relación amorosa con los tres grandes, Hemna concede...
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—Hola, un placer tenerla hoy aquí.
—El placer es mío.
—Bueno, comenzaré con las preguntas, ¿Cuál es su nombre?
—Hemna Rosette Zabat.
—Mi mascota se llamaba Rosette.
—Linda comparación.
—Sii, mmm... ¿Qué edad tiene?
—37 años.
—Eso quiere decir que tuvo su primera hija a los 16, ¿Correcto?
—Correcto y la última a los 20, bueno la última por ahora porque aún me falta tener a esta.
—Por cierto, felicidades por el embarazo. ¿Es niño o niña?
—Aún no sé, pero cuando lo sepa a la primera persona que quiero decírselo es a su padre, le llenará de mucha emoción.
—Eso es bonito, ¿Qué se siente ser madre?
—Es la experiencia más bonita de todas, claro, tiene sus momentos no tan buenos pero es muy lindo.
»Además los padres tenemos un gran trabajo ya que nuestros hijos son el reflejo de nuestras acciones aunque algunos toman su propio camino sea para bien o mal.
—¿Qué es lo más loco que ha hecho?
—Supongo que meterme con tres dioses, fue genial ya que gracias a ello tengo a mis princesas, sin embargo, todo fue y es muy loco.
—¿Aún mantiene una relación con Hades?
—Claro, hasta el final.
—¿Cómo es estar con un dios?
—Es como subir a una montaña rusa de emociones, es excitante, en el buen sentido... y en el malo también.
—¿Como ves todo lo que está pasando?
—Creo que todo pasa por algo y... uy espérame un tantito, es que me está entrando un poco de náuseas.
—Si necesitas un momento o ir al baño no hay problema.
