Welcome to the fatherhood-Tom Holland

44.

Tom Holland.

Hoy era el cumpleaños de Stanley y vinieron por el finde semana mi familia así que lo vamos a celebrar con una fiesta de cumpleaños con las dos familias juntas y unos amigos.

—El pastel de cumpleaños viene en camino—Isabelle me dijo y siguió caminando pero la detuve tomándola del brazo.

—Tomate un descanso, que estás de aquí para allá todo el rato—Le dije y ella me sonrió.

—Cuando este todo perfecto me quedare tranquila—Me respondió y yo rodee los ojos—No pongas esas caras—Me dijo poniendo su mano en mi rostro y reí quitándola—Ve a ver si Lee se cambio ropa ¿Si?

—Voy—Le dije y bese sus labios—Hey—Le dije antes que se fuera—Si no te pones ese vestido que tanto te gusta cancelare la fiesta ¿Me oíste?

—Ya claro—Ella río—¿El vestido que tanto me gusta a mi o a ti?

—A lo dos—Le dije y ella sonrió.

—Lo haré, solo por la fiesta.

Reí y me dirigí a la habitación de Stanley, al entrar vi a mi hermano, Harry con Stanley pegados al teléfono.

—¿Cumpleañero todavía no te cambias ropa?—Le pregunte y el me miro con una sonrisa inocente—Harry la fiesta comenzará pronto, necesito que Stanley se arregle.

—Ok, ok—Harry dijo levantándose de la cama—Me iré papá—Se burló y salió de la habitación.

—Ven aquí—Le dije a Stanley y el se acercó.

Comencé a cambiarlo de ropa y al terminar arreglé su cabello desordenado.

—Que guapo Lee ¿Invitaste a alguna amiguita o amiguito?—Le moleste.

—Si.

—¿Si?

—Si, a tres amigos ¿Vendrá Jeremy verdad?—Me pregunto.

—Si, debe estar por llegar—Lo tome en mis brazos—Vamos abajo, puedes estar con el teléfono hasta que comience a llegar la gente ¿Ok?

—Ok—Me contesto.

Lo senté en el sofá de la sala y me acerqué a mi madre que estaba con Emily.

—¿Todo bien con Milly?—Le pregunte.

—Si, Emily es un ángel.

Le sonreí y busqué a Isabelle por el salón como no estaba caminé a la cocina y tampoco. subí a la habitación pero antes de entrar la vi modelando el vestido frente al espejo, hacia muecas de disgusto pero luego volvía a sentirse segura, me quede mirándola con una sonrisa, ella dio una vuelta y mientras lo hacía me vio asustándose.

—¿Que haces mirándome como un acosador?—Ella dijo y reí entrando.

—Te ves preciosa—Me acerqué a ella.

—No lo se Tom, quizá no es algo que una mujer con dos hijos se pueda poner.

—¿Perdona? Tú te puedes poner lo que quieras con dos hijos o con seis hijos.

—¿Se me ve bien? Se sincero por favor—Se volvió a mirar al espejo.

—¿Quieres saber lo que pienso?—Me acerqué a ella por detrás y ella asintió, la mire de pies a cabeza por el espejo—Que ganas tengo de quitarte ese vestido, y las inseguridades también—Le dije y ella sonrió, bese su cuello abrazándola por detrás—Te ves hermosa Belle—Le susurre—Eres hermosa, sexy, bella, dulce, todo, lo eres todo.

Ella soltó una risita y se volteo, junto nuestros labios, baje mis manos a sus trasero y lo apriete, ella sonrió mientras me besaba.

—Te amo—Le dije sin separar nuestros labios—Con lo que estes puesta te ves bien, me calientas hasta en pijama.

Ella rio y ocultó su rostro en mi pecho, bese su nuca y le pegue una nalgada.

—Ya Thomas—Se quejó riendo y yo reí con ella.

—¿Que me pongo yo?—Dije caminando con ella acercándome a la cama, al sentarme la senté arriba mío.

—No lo se—Pasó su mano por mi cuello—Tu súper traje—Ella dijo y reí.

Baje mi mirada al escote de su vestido, y deje caer mi rostro en el, ella rio y levantó mi cabeza.

—Ya sabes que estás pequeñas—Dijo refiriéndose a sus pechos—Ya no te pertenecen.

—Claro que me pertenecen—Le respondí y ella negó con su cabeza.

—Son de Emily.

—No, son mías y yo se las estoy prestando a Emily.

Ella rio y yo corte su risa besándola, deje caer mi cuerpo a la cama e Isabelle quedó encima mía.

—No tenemos tiempo Tom—Dejo de besarme.

La tome con cuidado y la dejé a un lado, me levante de la cama y cerré la puerta con seguro.

—Siempre hay tiempo—Le dije y quite mi camiseta.

Isabelle arreglo mi cabello desordenado al salir de la habitación, le mire y reí.

—Estuviste increíble—Le susurre y ella rio.

—Vamos Tom, que es el cumpleaños de nuestro hijo—Ella dijo y reí bajando las escaleras con ella a mi lado.

Ya estaba toda la familia de Isabelle y la mia, Ashley con Harrison y el pequeño Jeremy, Damon que no se separaba de Lucia y algunos pequeñitos que estaban con Stanley en el salón comiendo y jugando.

—Un brindis—Mi madre hablo fuerte—Para los adultos—Dijo mirando a los pequeños que nos habían mirado—Un brindis a Isabelle y Tom, por crear una maravillosa familia y porque estamos todos aquí reunidos—Ella dijo.

—Salud—Todos dijeron.

Tome de mi vaso con una sonrisa mirando a Isabelle que estaba en el otro lado del salón.

—Yo también quiero proponer un brindis no se tomen todo—Dije y todos me prestaron atención—Quiero dedicarle este brindis a la mujer más increíble que conozco—Dije mirando a Isabelle y ella me sonrió—Mi esposa, por ser tan buena madre y quiero que sepas—Le hable directamente a ella—Que todos los que estamos aquí te amamos, yo te amo y espero que lo sepas ya que no me canso de decírtelo y nunca lo haré, eres hermosa y sin ti nadie de nosotros seríamos quienes somos ahora, nunca me aburriré de mirarte ni tampoco dejare de pensar de que estoy viviendo la vida que siempre quise, con el amor de mi vida a mi lado, gracias por darme los mejores tres regalos de mi vida, a Emily, a Stanley y el privilegio de despertar todos los días a tu lado, te amo, y te amamos—Ella se acercó a mi—Salud—Dije cuando la tuve a mi lado.

Me abrazo fuerte y todos nos miraron sonrientes, pude ver como mi madre se sacaba una lágrima y reí.

—Eres maravillosa ¿Ok?—Le susurre y ella me asintió sin separarse de mi—No lo olvides por favor—Me miro y seque sus mejillas que estaban húmedas.

Luego de estar un rato más conversando entre todos, Stanley estaba enfrente del pastel esperando a que le cantáramos el feliz cumpleaños, comenzamos a cantarlo y el miraba a todos sin saber que hacer, reí y seguí cantando, con Emily en mis brazos.

—Pide tres deseos—La madre de Isabelle le dijo y el cerró sus ojos para luego soplar las velas.

Todos aplaudieron y Stanley sonrió avergonzado.