¿Cómo había escapado de la petición de Naruto? Hinata no lo sabía, se negó tanto como pudo a pesar de las constantes razones y explicaciones que daba aquel zorro rubio, por lo menos así fue hasta que fueron llamados a la sala de guerra, Minato y Madara querían al grupo reunido, sólo por esa razón pudo escapar del pobre Kitsune que estaba a punto de llevarse un par de golpes más por parte de Obito para que dejara en paz a Hinata.
Ahora simplemente estaban en aquella sala, el suelo limpio reflejaba un poco la figura de Hinata quien observaba ese reflejo borroso con algo de curiosidad ¿Lucía presentable? Al menos no quería verse demasiado sucia, intentó acomodar su cabello y atar un listón para hacerse una coleta baka parecida a la que portaba Itachi. Las dos fusumas que conectaban a los largos pasillos de los palacios se abrieron de manera repentina y Hinata suspiró de alivio pues había terminado de peinarse justo a tiempo.
Por la entrada derecha vieron llegar a un Tengu de largo cabello negro y alas incluso más grandes que las de Obito, su rostro era imposible de descifrar, no parecía transmitir ninguna clase de emoción, hakama y haori eran de color negro, sobre aquellas ropas portaba una larga túnica roja que tenía bordado tres tomoes a cada lado, además se podían ver plumas negras bordadas a lo largo, parecían caer hasta el borde inferior de la túnica para acumularse en montones detallados finamente, así como un collar donde sólo se veían cinco tomoes, en la cintura de su hakama estaba atada una máscara semejante al rostro de un cuervo pues había un pico similar al de aquella ave, en la parte alta de aquella máscara había detalles de plumas negras y las pequeñas aberturas para los ojos delineadas por lo que Kioko apostaba era oro, la joya roja al centro de aquella máscara llamó la atención de la exterminadora, en su interior parecía haber tres tomoes, era como ver los ojos de Obito, el líder de los Tengu era sin dudas una criatura extraordinaria de ver, su andar reflejaba seguridad y una autoridad que muy pocos podrían atreverse a cuestionar.
Cuando la exterminadora y la sacerdotisa desviaron su vista hacia el líder de los Kitsune entendieron por qué estaba en ese lugar, si alguien cuestionaría al Tengu que se había sentado junto a él en uno de los grandes cojines de ahí era él, quizás su túnica verde era menos ostentosa, pues sólo llevaba bordados un par de fuegos fatuos de color plateado a los lados de su pecho, su haori era de un verde claro y su hakama era de un tono muy parecido al musgo, su mirada era tan amable como la de su hijo Naruto, quizás lo era un poco más según creía Hinata, su rostro tranquilo transmitía indulgencia y serenidad, su cabello rubio estaba despeinado en mechones medianamente largos y sus orejas sobresalían, sus nueve colas parecían acomodadas en un gran abanico dorado y las puntas de estas eran de un color blanco como el de la nieve acumulada en lo más alto del Monte Kurama. Aquellos dos espectros eran en realidad un contraste del otro y era más que seguro que entre ambos se complementaban para tomar las decisiones más adecuadas.
— Bienvenidos.- Habló Minato con una sonrisa un poco más amplia.- Me alegra que llegaran a salvo.
— Gracias, Minato-sama.- Kakashi agachó ligeramente la cabeza.
Madara observaba a todos en silencio, pero su mirada se encontraba especialmente interesada en las armas que portaban, podía notar que estaban hechas de manera especial que sólo los exterminadores sabían trabajar, incluso aquel orbe que Itachi mantenía en su manga izquierda emitía una energía bastante interesante, dejó a Minato saludarlos con toda la tranquilidad del mundo cuando por fin decidió interrumpir.
— Veo que vienen con una exterminadora.- Aquel par de ojos negros se concentraron en ella, podía ver que había pasado un entrenamiento riguroso con tan sólo escudriñar su mirada, no se echaría atrás ni se amedrentaría por su presencia, por lo que decidió cambiar un poco el juego.- Veamos.- Toda el aura tranquila que rodeaba a Madara cambió de manera brusca, emitiendo para ella una advertencia.
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Tengu
FanfictionSalvar la vida de un cuervo cambio la vida totalmente de Hinata Hyuga, conocida como la sacerdotisa errante. Encarnación de la pureza y de la bondad. ¿Podría ella sanar el corazón de un Yokai?