Aire fresco entrando por la ventana abierta de mi habitación. Los árboles saludándome desde afuera, se mueven de izquierdo a derecha y así sucesivamente.
¿Qué se hace cuando ya no se siente?
Nunca había querido saber algo con tanta insistencia.
La mayoría de personas siguen en este mundo, enfrentando cosas, soportando dolor, ¿por qué? Es decir, nos vamos a morir tarde o temprano, ¿por qué esforzarnos tanto por vivir?
Es estúpido como nos aferramos a estar aquí, ya sea por una persona o incluso por miedo a dejar de existir.
Yo tampoco sé que sigo haciendo aquí.
Después de cuestionarme un montón de cosas más he tomado la gran decisión.
Ya no quiero estar más en este mundo.
Sé eso, lo sé perfectamente.
Lo difícil, y no entiendo porqué, es decírselo a él. Tal vez ya se dio cuenta.
Él es muy diferente a mí, él es estúpido, pero es realmente lindo también.
¿Por qué aún siendo consciente de que ese niño lindo me ama yo todavía quiero irme?
No lo entiendo.
Es que sentir que no siento, es sentir, ¿no?
O tal vez es... Saber que no puedo sentir y aún así querer hacerlo.
No me levanto de esta cama, no salgo de esta habitación y no despego mi vista de la ventana.
Estoy agotado, aburrido y exhausto.
Quiero terminar con esto.
¿Cansarme es sentir?
Es complicado. Si alguien siente, debe ser en toda la extensión de la palabra.
Si alguien no siente, no debe sentir sueño, ni cansancio, ni tristeza, ni empatía, ni dolor y mucho menos amor.
Me dijeron que no siento pero... siento mucho, siento tanto que el dolor de todo me enmudece, me impacta, me seca y me desecha.
Siento tanto que de tanto sentir ya no siento.
Yoonie, ¿estás despierto? — los pasos más livianos que pueden haber en el mundo, resuenan acercándose a mí.
Sólo doy un leve asentimiento con la cabeza y sigo con la vista directa en la ventana mientras él se sienta en el borde de mi cama.
¿Tienes hambre? —Sus manos acunaron mi rostro y con su dedo índice acaricio suavemente mi labio inferior.
Negué y puse mis ojos en él.
¿Entonces tienes sed? —¿por qué se preocupa tanto por mí?
Volví a negar.
¿No quieres nada? ¿Por qué? ¿Te duele algo? —se ve tan bonito siendo tan parlanchín.
Negué una vez más.
Aish, ¡es tu especialidad preocuparme! —siseó supuestamente molesto.
Sonreí, sus mejillas están rojas y sus labios abultados.
Hyung, has sonreído, ¿sabías que tienes la sonrisa más bonita de todas?—me sonrió dulcemente.
Esta vez reí, me hace gracia. Él tiene la sonrisa más hermosa que puede haber sobre la faz de la tierra.
¿Cómo se lo explico?
Sus manos siguen en mi rostro, su muñeca huele a vainilla, demasiado dulce.
