Lara.
Eran de madrugada y yo no podía dormir, daba vueltas en la cama. Todavía afuera seguía cayendo gotas. El cielo se veía aún más gris.
Anastasia y yo nos habíamos ido a dormir sin decir ni una palabra más del asunto.
Me acerqué a la cocina e hice una taza de té. Eso no me quitaba aun el remolino de pensamientos que tenía en la cabeza. Entre ira, tristeza, melancolía.
Yo era una persona de cuidar las cosas materiales y más si esas cosas eran regaladas por mis padres.
Muchos dirían: la niña de papi y de mami. Rica, con todo. Pero no, había trabajado duro para conseguir mi puesto. Era casi la dueña de la empresa familiar y eso no era de gratis, había dado todo. Estudiado y trabajado.
Nadie veía eso, solo lo más cercanos.
Entonces tenía que llegar el idiota este, a dañar un regalo que tenía gran carga sentimental para mí.
Me puse un sweater y bajé a tomar aire fresco y despegar un poco la mente.
A esta hora nadie andaría por estos al rededor. Era martes ya y todos de seguro se tenían que trabajar temprano para estudiar o para trabajar.
Y aquí estaba yo, a mitad de la madrugada deambulando por el estacionamiento. Prendí un cigarro y me acerqué a mi Harley davidson. Detalle los daños hechos por el inmaduro.
Me las pagaría de alguna forma, esto tenía que tener venganza.
Me senté en la moto y seguí con el cigarrillo. Ya todo estaba comenzando a tornarse relajante de alguna forma, no tenía tanta ira.
Me fui despojando de la rabia, no podía seguir así por una persona.
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Aléjate o déjate llevar
Novela JuvenilLara y Santiago, muy diferentes pero al mismo tiempo tan iguales, con las mismas ganas de comerse al mundo. Lara es una chica fuera de lo común, desde su aspecto hasta su personalidad ruda y fuerte, chocara con Santiago al demostrar de verdad que un...