💙🔥Felación 🔥💙

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Keith descansaba en el sillón, completamente tranquilo, sin nadie que lo molestara. Sólo él y el silencio. Nada podría arruinar su mañana... o bueno casi nada.

—¡KEEEEF! —exclamó Lance llegando a máxima velocidad, tirándose encima del cuerpo del azabache, quien soltó un quejido al sentir todo el aire de sus pulmones abandonar el lugar en el que deberían de estar.

—¿Qué quieres Lance? —preguntó levemente molesto. Lance sonrió y le enseñó la pantalla de su celular. —Es... un celular. —comentó Keith con simpleza, confundido y molesto al ser su tranquilidad perturbada.

—No eso idiota, mira lo que encontré en tiendas amazon. Es... ¡una taza para palomas! —espetó mientras que sus ojos brillaban al decirlo, Keith frunció el ceño preocupado por la reacción del moreno.

—Lance. ¿Una... taza para... palomas? —preguntó el azabache completamente fuera de sus casillas, Lance asintió. —Eso es... una tontería. Para empezar, ¿por qué necesitaríamos tazas para palomas? No tenemos palomas, y además las palomas no pueden agarrar la taza ¡porque no tienen brazos! ¡Y toda mi explicación suena completamente estúpida! —espetó Keith molesto, Lance hizo un puchero y miró su celular.

—Entonces... —tecleó algo en su celular y volvió a mostrárselo a Keith. —¿Una taza para ardillas? Esas si tienen manitas. —comentó Lance. Keith gruñó con enojo.

—¿Te estás escuchando Lance? —preguntó molesto, Lance frunció se ceño y acercándose un poco al rostro del encabronado pelinegro, apoyó su barbilla en el pecho de éste.

—¿Qué te tiene tan molesto Mullet? —preguntó haciendo un puchero. Keith balbuceó por lo bajo.

—No es mi culpa que no me dejen relajarme por una tarde. Hemos estado saliendo tanto y tantos planes que ya no puedo ni pegar el ojo por la noche. Además de que me sales con tus estupideces justo cuando puedo descansar. —Lance ladeó su cabeza con una leve sonrisa.

—Entonces, en resumen... ¿estás estresado? —preguntó Lance, Keith echó su cabeza para atrás suspirando pesadamente ante la pregunta obvia.

—¿Qué te parece Lance? Ahora, ¿puedes dejarme sólo y venir cuando encuentres una taza PARA HUMANOS? —preguntó Keith cerrando sus ojos en busca de relajación. Lance imitó a Keith infantilmente y en su rostro se posó una sonrisa maliciosa.

—Pero, yo sé como relajarte bebé. —comentó Lance, intentando sonar lo menos perverso posible. El azabache suspiró y miró al castaño frente a él.

—¿Cómo? —preguntó cansado. Lance sonrió y besó sus rosados labios castamente.

—Juguemos un juego, ¿sí? Te ayudará a relajarte, lo prometo. —espetó el cubano con una sonrisa. —Es simple, las reglas son las siguientes: —Lance comenzó a pasar sus manos por el pecho de Keith de manera cariñosa para luego bajar por su torso, sin ser tan sospechoso, pues hacía aquello con frecuencia. —Si tu gimes, pierdes. ¿Hecho? —preguntó seductoramente Lance. El rostro de Keith se volvió rojo sin entender lo que sucedía.

—ESPERA, ¿¡QUÉ!? —preguntó confundido y alterado después de escuchar las simples reglas del perverso juego de Lance, quien besó su cuello de manera lenta, comenzando a dejar leves mordidas, lo suficiente para hacer suspirar al azabache, quien al sentir las frías manos del moreno debajo de su camiseta mordió sus labios y cerró sus ojos con fuerza.

—Puedes suspirar... puedes jadear... Pero no gemir. ¿Entendiste bebé? —preguntó Lance con una sonrisa lujuriosa al ver el rostro sonrojado del menor (de estatura). Keith asintió sumiso ante el toque frío del cubano.

Lance sonrió y su mano derecha bajó hasta le pantalón de Keith, desabrochándolo con agilidad, dando vista al abultado y ajustado bóxer rojo del azabache. El pelinegro suspiraba mientras mordía sus labios con fuerza con tal de no gemir. Sitió los besos de Lance bajar por encima de la ropa que cubría su torso. Asustado por lo que podría ver abrió sus ojos lentamente. Enfrente de él estaba Lance, bajando con lentitud sus pantalones hasta la mitad de sus muslos. Suspiró fuertemente al ver aquella imágen y sentir como los delicados y finos dedos de Lance paseaban con delicadeza sobre la fina tela del bóxer, haciendo palpitar su miembro.

Lance alzó levemente la camisa de Keith, sólo para poder apreciar la marcada "V" que tenía el azabache gracias al arduo ejercicio que practicaba. Besó aquella marca antes de bajar sus beso hasta dónde antes paseaban sus dedos.

El azabache tuvo que morder su mano para evitar soltar cualquier tipo de sonido al sentir la húmeda lengua del moreno sobre su hombría más que despierta. No era que le hiciera caso al estúpido juego del moreno, a él le encantaba gemir cuando hacían este tipo de actividades en su habitación, sin embargo no estaban en ninguna de ambas habitaciones, estaban en la sala de estar, y si hacían un mínimo ruido extraño, todos saldrían de sus habitaciones para ver que sucedía, y lo único que encontrarían sería a un sonrojado y sudado Keith con los pantalones abajó y a Lance entre sus piernas, dándole una mamada como forma de relajación. Así que prefería guardar silencio a pasar por aquel momento incómodo.

Lance lamió sin ningún tipo de inhibición la erección creciente del de tez pálida. Keith rodó sus ojos debido a la oleada de placer que lo atacó al sentir el movimiento y calidez sobre su miembro. El moreno decidió bajar levemente los bóxers del ojivioleta, solo lo suficiente para sacar su erección, tomándola entre sus manos.

—La-Lance... si nos... descubren... !! No tendremos... nada por... un año. —logró formular Keith al sentir como el moreno lamía con descaro el falo de su miembro excitado.

—En ese caso no hagas ruido precioso. —contestó Lance ante la acusación. Finalmente, depsués de esperar por tanta tortura, Lance metió el miembro de Keith dentro de su boca. El zabache abrió grande su boca susurrando un "Oh" de manera entrecortada al sentir la humedad de la boca de Lance envolviendo su entrepierna.

El castaño miró las expresiones de Keith desde abajo, moviendo su lengua de manera desorganizada, intentando alcanzar todos los puntos dulces del azabache, quien simplemente se dedicaba a respirar de manera pesada, mientras ponía su brazo encima de sus ojos, cerrando éstos con fuerza.

—La-Lance... N-no puedo. Para... P-para... —pidió Keith sintiendo llegar a su límite, Lance orgulloso engulló aún más el miembro de su pareja en su boca, sorprendiendo al azabache en el momento, arqueando su espalda con una tremenda ola de placer invadiendo su cuerpo, y liberándose de la presión del orgasmo. Keith separó el rostro de Lance cuando se corrió, evitando la vergüenza de ver a Lance tragarse su semen, después de todo Lance era un sinvergüenza, manchando así la camisa del moreno, así como parte de su rostro.

Keith intentaba reincorporarse en su lugar. Lance se puso de pie y agarró una toalla de papel para limpiar su rostro y posteriormente limpiar el relajado miembro del azabache. También retiró su camisa manchada.

—Felicidades. No sabía que durarías tanto sin gemir. —comentó Lance aún coqueto. Keith se sonrojó ante el comentario y se alzó de hombros, volviendo a vestirse rápidamente antes de que alguien los encontrar así.

—Fue más complicado de lo que parecía... —contestó en un susurro casi inaudible. Lance sonrió con ternura. —Pero... no gemí, así que yo gane. ¿Cuál es mi premio? —preguntó Keith con una sonrisa. Lance abrió los ojos sorprendido, no esperaba que ganase, así que no puso ningún tipo de premio. Nervioso rascó su nuca. Keith rió. —Ya sé, serán mi... mayordomo por una semana. —contestó Keith.

—O sea en otras palabras... seré tu esclavo. —comentó Lance, Keith hizo una mueca.

—Esclavo suena muy fuerte y feo. Prefiero mayordomo. Y mi primer pedido, es que mi mayordomo me lleve a mi habitación y me atienda. —comentó Keith de manera sugerente. Lance lo miró alzando una ceja coquetamente. Se puso de pie y le ofreció la mano a Keith, quien la tomó con una sonrisa.

Rápidamente Lanc lo cargó en sus brazos al estilo nupcial, molestando al azabache.

—¿Qué crees que haces idiota? Ésto es completamente innecesario. —Se quejó el ojivioleta, removiéndose entre los brazos del castaño, quien sonrió y comenzó a avanzar hacia la habitación del pelinegro.

—¿De qué hablas? Recreo nuestro momento de vínculo. —comentó parando para mirar a Keith,  a quien le brillaron los ojos y miró a los zafiro directamente.

—¿Si lo recuerdas? —preguntó ilusionado, Lance rió y lo besó castamente.

—Cada detalle. Sólo me gustaba joderte. —Comentó Lance, siguiendo con su camino.

—Aún te gusta hacerlo. En los dos sentidos. —agregó Keith con simpleza, haciendo reír a Lance.

—En eso tienes razón Mullet. En eso tienes razón. —Contestó mientras entraba a la habitación y cerraba la puerta a sus espaldas.  

    

30 días OTP [LAITH/KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora