Habían estado ensayando diariamente todas las tardes, incluso se habían reunido el fin de semana en el parque central de la ciudad. Sin quererlo, las personas se habían detenido a mirarles e incluso habían ganado algunos dólares. Probablemente las personas que ahí se encontraban les habían confundido con artistas callejeros o algo parecido. Habían utilizado lo que habían ganado para imprimir algunos folletos de la obra y, con el permiso de Miss Grant, los habían repartido en el parque donde ensayaban. Tal vez fuese solo una obra escolar que serviría como cierre para el festival y año escolar, pero Sam sentía que era algo más y quería compartirlo con cuánta gente pudiera.
La última semana de ensayo habían hecho todo como si de la obra se tratara. Tomando el tiempo entre el cambio en la utilería, los disfraces y la escenografía. Habían logrado reducir todo a siete minutos con quince segundos. Casi tres veces menos que la primera vez que lo habían intentado. Miss Grant había estado en el primer ensayo formal que habían hecho y las cosas habían ido un tanto mal. Sam había estado tan nerviosa que había dado direcciones erróneas, terminando con las escenas fuera de tiempo. Al final, Miss Grant había aplaudido el esfuerzo de todos y los había alentado a ensayar.
Para mala suerte, la profesora había decidido asistir a todos y cada uno de los ensayos de esa última semana. Las chicas no habían visto a Sam tan nerviosa desde ese primer ensayo. Poco a poco, fue tranquilizándose y recuperó la confianza en lo que tanto habían trabajado. La sonrisa de aprobación Miss Grant al final del último ensayo había sido todo lo que necesitaba.
— Sabía que lo lograrían. Excelente trabajo, Sam y ustedes también, chicas — dijo, antes de caminar fuera del auditorio.
Tan pronto como la puerta se cerró, risas nerviosas comenzaron a escucharse, seguido de gritos de alegría. Era raro o poco usual que la profesora Grant diese un cumplido, prácticamente tenían su aprobación.
— ¡Estoy tan feliz en este momento! — dijo Sam con lágrimas en los ojos.
— ¡Todas lo estamos! — dijo Alex con emoción, abrazándole.
Pronto, todas las chicas se unieron en un abrazo grupal.
...
— No puedo hacer esto. No puedo hacer esto. No puedo hacer esto — repetía Sam una y otra vez.
— Justo tenía que darle un ataque de pánico a minutos del estreno — dijo Lena, mirando a su amiga con preocupación.
— Vamos, Sam — Alex tomó una de sus manos —. ¿Sam?
— No puedo hacer esto, Alex — susurró, mirando a la chica frente a ella.
— Vamos Sam — sonrió —, esta es tu gran noche. Todas hemos puesto nuestro mejor esfuerzo. El vestuario es perfecto, la escenografía es perfecta, la obra es perfecta. Tú eres perfecta. Y estamos a nada de demostrarle al público eso.
— Sam — Kara habló —, todo saldrá bien — sonrió.
— Todo saldrá bien — convino Diana con una sonrisa.
— Vamos, Sam — Andrea habló.
— No podemos hacer esto sin ti — esta vez Nia habló.
— Es hora de demostrar lo que han hecho, señorita Arias — la voz de Miss Grant llegó a sus oídos —, no es tiempo para tener un ataque de pánico — colocó sus manos en los hombros de su estudiante —. Han hecho un excelente trabajo, Sam. Tienes que estar orgullosa de lo que has logrado y confiar en tus compañeras y su esfuerzo.
Sam le miró durante algunos segundos, pensando en lo que su profesora había dicho. Miró a sus amigas y las chicas que se habían convertido en sus nuevas amigas a lo largo del mes. No podía defraudarlas, ellas habían puesto todo de su parte para hacer que esto, lo que estaba apunto de pasar, llegara a ese punto. No podía dejar que sus emociones arruinaran la presentación.
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Cuando el amor regrese marchando a casa
FanficAU, Instituo. - Después de mucho pedirlo, Miss Grant accede a dejar que Sam presente su obra de teatro "Cuando el amor regrese marchando a casa". Kara, Alex, Nia y Lena están dispuestas a hacer todo para que el sueño de Sam se haga realidad. Sin em...